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—Yo estoy seguro de que nunca antes te he visto. —responde William.

—Disculpa, seguro te estoy confundiendo.

Ok, hora de interceder.

—Papá—intervengo—Jade y yo estaremos en mi habitación, hoy se queda. ¿Podrías pedirle a María que nos avise cuando ponga la mesa?.

—Está bien, no hay problema.

—Con permiso. —dice mi novio y subimos a mi habitación.

¿He dejado de pensar en William?, No, ni un poco. Pero debo hacerlo. Y estoy segura que la mejor manera de sacármelo de la cabeza es pasando tiempos con Jade.

Entramos a mi cuarto y nos ponemos a ver una película. Me recuesto sobre su pecho y el acaricia mi cabeza con sus dedos.

—¿Pasa algo?—pregunto ya que parece estar pensativo.

—Solo que creo haber visto al socio de Jack. ¿No te parece conocido?.

Por favor que no lo reconozca. Aunque ese día estaba oscuro y dudo que halla podido verle el rostro. ¡Dios mío, que no lo reconozca!.

—Yo nunca lo había visto.

—Tienes razón. —me da un beso—Mejor pensemos en cosas más importantes.

—¿Cómo qué?—sonrío y me le subo encima mientras me besa.

—Me gusta por dónde vas.

Seguimos besándonos, nos desasemos de nuestra ropa poco a poco. Jade puede ser muy delicado si se lo propone, y dijo que iba a cambiar. Solo espero que esta vez si sea de verdad.

Nos besamos suavemente. Rodamos en la cama y él queda sobre mí, se coloca en mi entrada preparado para adentrarse en mí. Lo hace despacio y cuando está seguro de que no va a dolerme empieza a moverse, primero suave para ir aumentando el ritmo de manera que cada vez sea más rápido. Ambos estamos a punto de corrernos, su pecho está muy sudado, el sudor le corre por el abdomen, igualmente yo. Estoy sudada y muy exitada. Poco a poco va dando las últimas estocadas dentro de mi y llegamos al climax, los dos al mismo tiempo.

El se deja caer a mi lado cubriendo con su mano mi abdomen.

—Te quiero.—me susurra al oído.

Solía amar esas palabras. Me las dice poco, pero las pocas veces que lo hace me sentía la persona más especial del mundo.

¿Solía?, ¿Sentía?.

Sí, no sé pero ahora mismo no me siento como antes. No paresco una jodida adolescente enamorada de un chico y que ese chico acaba de notar su insignificante existencia. Ya no me siento así, algo está cambiando, lo sé, pero... No puedo permitirlo, tengo que esforzarme por qué todo vuelva a ser como antes. Sí Jade hace un esfuerzo yo también lo haré.

Nos levantamos de la cama y vamos al baño, yo entro primero que él, cuando entra se pone bajo la regadera y ambos nos enjabonamos y bañamos. Más tarde sale del baño primero y otros minutos después salgo yo. Quise quedarme a disfrutar un poco más del agua tibia sobre mi piel.

Siento que tocan la puerta.

—Señorita, la mesa está puesta.

—Gracias María, ya bajamos. —responde mi novio.

Me pongo unos shorts rosados y una blusa blanca. Jade se pone un pantalón de pijama y una camiseta.

Bajamos.

Mi padre y William ya están sentados. ¡Díos mío!, Se ve tan sexi con esa camiseta. Evito mirarlo para no sentir mis bragas mojadas. Rodeo a mi padre y le pasó la mano por el hombro. Me siento a su derecha y justo en frente de William quien está a su izquierda, Jade se sienta a mi lado.

Yo Tu Demonio. Tú Mi InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora