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Belial.

Despierto un rato más tarde aún bajo los efectos de la droga que deben ser muy fuertes ya mi sistema es más resistente q el de los humanos a este tipo de sustancias y aún así me derribó con facilidad. Svo mi celular y le envío la dirección a Baal con la dirección y que era urgente que apareciera.

Observo a Venus en el piso y saco fuerzas de mis entrañas para caminar hasta ella y tomarle el pulso rogando al mismísimo Dios que esté viva. Y al parecer escuchó mis plegarias porque abre los ojos poco apoco dándome a entender que solo estaba dormida. Las ojeras bajo sus ojos se ven horribles, ¿qué han hecho con ella?. Hay algo que está mal, algo diferente en ella, algo que tenía la última vez que la vi. Sus ojos, el brillo que tenía en sus ojos la última vez que me miró ya no está.

Hago el gesto de abrazarla porque está demasiado débil y lo único que necesito es sentirla cerca, saber que está bien, que no pudieron hacerle daño. Y me llevo una sorpresa cuando ella me aparta bruscamente y me mira está vez con odio, decepción y rabia.

—¡En tu maldita vida te atrevas a volver a tocarme!.—grita y sus ojos se vuelven cristalinos.

Quedó anonadado, y sí, entiendo su reacción, es más que justo. Y asumo toda la responsabilidad, ahora solo me queda tratar de explicarle.

—Venus, lo que sea que te hayan dicho no...

—¡Me dijeron todo lo que tú no fuiste capaz de decirme!. ¡Maldito mentiroso!—lágrimas llenas de resentimiento se desplazan por sus mejillas.

—No por favor,—le ruego—no me hagas esto. Al menos déjame explicarte.

—¡¿Explicarme!?—prrgubta indignada—¿Ahora quieres explicarme después de verme la cara d imbécil todo este tiempo?.

—No es lo que crees...

—¡Jugaste conmigo, solo fui un estúpido peón para tí, un trofeo que querías mantener a base de mentiras!. ¡Una estúpida marioneta!. ¿Cómo pudiste mentirme tanto?—me mira decepcionada—¡fingiste quererme, hiciste que me enamorara de tí, dijiste que nunca me harías daño, y ¿qué?, todo fue una maldita mentira!.

—No Venus,—mis ojos amenazan con derramar lágrimas—yo te quiero tanto como tú a mí.

Sonríe con tristeza.

—Entonces todo será mucho más fácil, porque—no por favor, no lo digas, por favor, te lo ruego, no lo digas...—ya no siento nada por tí.

En el momento que esas palabras salieron de su boca, sentí como mi corazón se rompía y dolió como nunca imaginé que podría doler algo. Sentí como cada una de mis eridas se habrían, se hacían más profundas y empezaban a sangrar. Descubrí cuánto dolor podía llegar a soportar un demonio, y este era el límite del mío. Nunca me he sentido vivo, sin embargo, en ese momento me sentí morir.

—Venus, no...

No hay palabras existente que pueda describir lo que siento ahora mismo, es como si Miles de cuchillos me apuñalaran una y otra vez y la verdad lo preferiría, preferiría mil veces eso al haber escuchado esas palabras salir de su boca.

Todo lo que quería ya no está, todo a lo q me aferraba ya no está, todo lo que me mantenía en control ya no está.

Baal aparece preguntando que pasó y aprovecho para girarme y evitar que vea el estado en el que estoy. Escucho como abraza a Venus y está empieza a llorar en sus brazos. Me siento la peor basura del universo.

—Por favor, sácame de aquí.—le ruega a Baal y me doy la vuelta para observarla antes de que se vaya.

—Venus...

Yo Tu Demonio. Tú Mi InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora