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—El azúl.—le digo a Andrea.

—El rojo. —señala el vestido rojo que yace sobre mi cama.

—Azúl. —repito.

—Rojo. —me reclama.

—Ok, tu ganas, será el negro entonces.

—No sé para que me pides consejo si siempre haces lo que te da la gana.—se queja.

—Porque eres mi mejor amiga. —le recuerdo—¿No es obvio?—pregunto con descaro. Me encanta hacerla enojar.

—No es gracioso. —me regaña.

—Tu cara sí que lo es.—respondo mientras que cojo de mi inmenso armario un par de tacones no muy altos que me posibiliten bailar y un bolso ambos a juego con el vestido.

Camino hasta el baño y empiezo a cambiarme. Me deshago de mi bata de baño y me empiezo a poner el vestido.

—¿A qué club vamos hoy?.

—No sé,—contesto desde el baño—Jade dijo que el se ocupaba.

—¿Jade va con nosotras?.

—Umju.—termino de abrocharme el vestido y me miró en el espejo.

Tan hermosa como siempre.

Me giro un poco para mirarme de costado y este vestido me queda muy bien. Es arrugado y ajustado a mi cuerpo resaltando perfectamente mis curvas, tiene dos finos tirantes en la parte superior. Es sencillo pero muy hermoso.

Salgo del baño en pantuflas dejando mi bata organizada. Me siento en la cama y empiezo a ponerme los tacones.

—Debí imaginarme que él iba a venir.

Hago oídos sordos a lo que dice, no quiero que empiece con su sermón de mamá protectora. Ya tengo suficiente con una madre que de paso es una drogadicta y me abandonó en cuanto nací para irse con otro hombre. Por eso fui criada y malcriada por mi padre. Ya que soy su única hija. No me quejo, tanto el dinero como el amor de mi padre me han sobrado.

—No me ignores—me regaña—te estoy hablando.

—¿Qué quieres que diga?.

—Quiero que dejes de intentar llamar la atención de alguien que no te quiere.

—Claro que me quiere—me defiendo—es mi novio—exclamo con obviedad.

—¿Tú novio?—me recrimina—te obligó a tener una relación abierta.

—No me obligó, yo acepté. —termino de abrocharme los zapatos y me levanto camino al tocador para maquillarme.

—"Si no podemos tener una relación abierta entonces no podré seguir con esto". —cita las palabras de Jade.

—Solo me advirtió.

—Ag,—gruñe molesta—estoy arta de esto. Algún día te vas a dar cuenta de que no mereces que se folle a otras tías en tu cara.

—No se folla a otras chicas en mi cara.

—Lo único que le falta es desnudarlas frente a ti.

Ignoro nuevamente su comentario, me duele saber que en el fondo tiene razón. Por eso cada vez que voy a verlo me visto y me maquillo lo más hermosa posible para ver si se da cuenta de lo que se está perdiendo. No voy a negarlo, tengo un buen físico. Pero a él parece interesarle cualquiera menos yo.

—¿Me ayudas o me dejarás hacerlo sola?—alzo la brocha en mi mano derecha y ella se levanta de la cama para ir hasta donde estoy.

—Sabes que nunca te dejaría sola. —toma la brocha y empieza a maquillarme.

Yo Tu Demonio. Tú Mi InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora