Se miró una y mil veces en el espejo, estaba impaciente, faltaban 12 minutos para las seis, en cualquier momento llegaría Namjoon. ¿Debería bajar a esperarlo en la entrada del edificio o mejor aguardar a que llamara para bajar?. Los nervios lo estaban comiendo, por cuarta vez se aplicó perfume y acomodó su cabello. Nunca había sentido tanta ansiedad para una cita, es que era Namjoon, ese hombre de ensueños, el Dios del Olimpo. Cada vez que por accidente habían rozado sus manos el día que fueron a la pastelería, se le erizaban los pelos de la nuca y una sensación de agitación se hacía presente en su pelo, lo peor, es que no lo podía controlar. Mejor lo esperaría en la oficina, al menos el aire acondicionado lo mantenía sin aumentar la temperatura de su cuerpo.
Se paró frente a la ventana de su oficina, observando la ciudad desde la altura del piso 18 donde se encontraban las oficinas de su empresa, comenzaba poco a poco a bajar el sol, sería una bonita tarde cálida. Su móvil vibró en su bolsillo y el respingo que dio casi lo hace caer al suelo, vio la pantalla, un minuto para las seis - Uf que puntual- se sonrió y abrió el mensaje:
" estoy en la puerta del edificio"
" de acuerdo, en tres minutos estoy contigo" Había contabilizado a medio día cuanto se tardaba en bajar el ascensor, al parecer se estaba tomando muy en serio la cita.
Al salir del ascensor caminó hacia la salida, despidiéndose del guardapuerta con una pequeña reverencia - Hasta mañana señor Hwang-
- Hasta mañana Señor Kim, es bueno tenerlo de vuelta-
- Gracias señor, para mí también ha sido grato volver-
Cuando salió del edificio miro alrededor del acceso al edificio, pero no vio ningún auto ni tampoco una persona esperándolo, era extraño, se supone que Namjoon ya había llegado. De pronto giró la vista hacia un costado y se sorprendió al descubrir a un un hombre parado al lado de una gran motocicleta con dos cascos en la mano y que además le dirigía una gran sonrisa, era él. Caminó a su encuentro y cuando casi lo alcanzaba Namjoon se acercó y le dió un abrazo, Jin casi explotó de la emoción, no imaginó que pudiera querer saludarlo de esa manera.
¿Cómo estás Jin?
-Muy bien Namjoon, sorprendido con tu transporte-, soltando una risa un tanto nerviosa.
-¿Te molesta?, la podemos dejar aquí si te atemoriza subir a una motocicleta- Namjoon lo miró con un poco de preocupación.
- No, por favor, para nada, solo estoy impresionado.-
- Vamos entonces, el camino es largo, debes colocarte el casco, si necesitas que pare por favor aprieta mis costillas y entenderé.-
- Ok-
Namjoon lo ayudó a ajustar su casco y a subir a la Moto, luego emprendieron el camino que tenía pensado.
Se dirigían por un camino de arboleda, el sol se colaba por los arboles y Seokjin admiraba el paisaje un tanto rural por donde circulaban, iba abrazado a Namjoon, se sentía confiado al tocar el fuerte y grueso torso del conductor. Cuando recién partieron era un manojo de nervios, el pudor lo invadía, pero poco se fue relajando y disfrutando de la compañía del hombre que le robaba los pensamientos últimamente. Namjoon expelía seguridad, era como si no le temiera a nada, el haberse enfrentado a tanta aventura en busca de imágenes inéditas de la naturaleza, de seguro, le habían dado las herramientas suficientes para enfrentar lo que fuera. Jin se aferró un poco mas a su espalda y disfrutó la sensación de estar tan unido a Namjoon, ojalá esta escena durara por mucho tiempo pensó.
Ya llevaban alrededor de 40 minutos de viaje cuando el motociclista se salió de la carretera para tomar un camino secundario, el sol había bajado y la tarde se había tornado un poco más fresca. Continuaron por unos minutos y pararon frente a una entrada a una propiedad imponente, Nam sacó un control de su bolsillo y el portón comenzó a abrirse, ingresaron por un largo sendero de piedras que contenía un pequeño bosque, hasta que de pronto se mostró ante ellos una gran casa de estilo Provenzal. Jin estaba impresionado, la iluminación hacía ver el inmueble como una locación de película.
Namjoon estacionó la motocicleta bajo un portal que salía de la construcción y paró el motor. Ambos bajaron y comenzaron a sacar sus cascos.
-¿Qué tal? ¿cómo te sientes?, espero no te haya asustado el trayecto-
Jin acomodó un poco su cabello y sonrió a Namjoon -toda una aventura, gracias por esto, me encantó.-
- Qué bien, así puedo invitarte a pasear en mi Nena otra vez.- le dijo guiñándole un ojo. Frente a lo cual Jin se sonrojó en forma automática.
Caminaron hasta la entrada de la casa y subieron unos escalones, en la puerta estaba un señor de aspecto elegante esperándolos.
-Bienvenido Joven Namjoon-
- Hola Señor Shing, Él es mi amigo Seokjin, Seokjin él es el señor Shing, gracias a él esta familia evita provocar desastres naturales. Comentó Namjoon con una sonrisa, a lo que el empleado también mostró sus dientes sonriendo.
- Buenas tardes Joven Seokjin, Bienvenido-
- Buenas tardes, Muchas gracias Señor Shing-
-¿donde está mi madre?-
- Lo espera en el comedor-
Namjoon tomó la mano de Jin y entrelazó sus dedos y lo condujo hacia un gran comedor que se abría luego de un arco. Seokjin estaba estupefacto, le toma su mano y le presenta a su madre, su corazón iba a explotar de un momento a otro.
- Nam Hijo, que bueno que ya estés aquí- La mujer estiró sus brazos para recibir con un abrazo a su hijo.
- Mamá, te extrañé estos días. Ma, él es Seokjin, el amigo del que te hablé-
- Bienvenido a casa, un gusto tenerte aquí Seokjin.- la mujer también lo abrazó calidamente, -llámame Byeol.-
- Buenas tardes Byeol, es un placer conocerla.-
- Bueno pero basta de formalidades, los espero hace rato, sentémonos a comer.-
La cena transcurrió entre conversaciones y risas, la madre de Namjoon era una mujer con un gran temple, había tenido que asumir muchas responsabilidades desde que su esposo enfermó prácticamente se había transformado en su sombra, a pesar de eso, ella mostraba una alegría de vivir inmensa.
- Qué dijo el doctor Han ayer mamá.-
- Que todo va igual hijo. No hay avances pero tampoco retrocesos.-
- ¿Sigue con la misma medicación?-
- Sí hijo, no cambió nada-
- Ok-
- Tu hermana llamó ayer, habló con él por videollamada, la reconoció y se puso muy contento. Es probable que el próximo mes venga a Corea con los niños.-
- Me alegraría mucho ma.
- Pero ya, no involucremos a Jin en cosas tristes, dijiste que le querías mostrar tus fotografías.
- ¿Jin me acompañas? Nam apoyó su mano sobre la de Jin.
- ¡Claro!, Byeol la comida estaba exquisita, muchas gracias-
La madre de Nam lo abrazó y le dijo, - Nada que agradecer hermoso, eres un sol-
Jin pensó que la familia de Nam era especialista en dar abrazos, le encantaba que fueran así.
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Casualidad o destino?
RomanceSeokjin es un empresario que recién comienza en el mundo de los negocios en forma independiente. Cansado de ser un empleado poco valorado a pesar de sus excelentes referencias y aptitudes en la empresa que trabaja, se aventuró en este desafío de l...