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 LUNES 27 DE OCTUBRE-. 12:15 hrs.

La puerta del ascensor se abrió y los dos emisarios caminaron por un largo y moderno pasillo.

—Ningún atisbo de miedo... Kiera a veces parece que no fuera capaz de sentir, casi como si no fuera humana —murmuró con deleite, Hamish—. ¿Acaso no le teme a los demonios?

Joshua rodó los ojos.

—Tienes un retorcido afán por ella, deberías dejarla en paz. Fue suficiente toda la información que le dimos, seguro que debe estar en shock.

El emisario de la muerte gruñió, molesto.

—Mi interés en ella no afecta mi trabajo.

Joshua abrió la puerta de vidrio frente a ellos.

—No, tu trabajo no, pero si tu juicio. Estoy seguro de que lo único que piensas cada vez que la ves es en devorarla, literalmente.

—¿Y a quién quiere devorar con tanta pasión mi súbdito? —replicó una voz grave.

Tras la puerta había un enorme y lujoso estudio. Las luces de la ciudad revelaron una decoración moderna, un enorme bar surtido de un sinfín de extravagantes botellas y una pulcra mesa de pool.

En esta última, un hombre alto de cabellos oscuros, barba ordenada y enorme espalda sostenía un taco de madera, listo para jugar. A simple vista parecía un humano bastante atractivo, sin embargo no era nadie menos que la representación de la muerte en el mundo terrenal.

—Mi señor —Hamish hizo una reverencia y desvió la mirada, avergonzado.

—Deja a tu pobre emisario en paz, Malik. ¿Por qué te regocijas en su incomodidad?

Desde el bar apareció otra figura. Un segundo hombre tonificado, de pelo albino y una sonrisa divertida. En sus manos traía dos vasos cargados en algún tipo de licor.

—Mi señor —fue turno del emisario de la vida hacer una reverencia, ante la presencia de la representación de la vida en la tierra.

—Mi Joshua querido, ¿cuántas veces he decirte que te refieras a mí por mi nombre?

—Lo lamento, mi señor... Señor, Salem.

La vida negó con la cabeza, divertido.

—Yo sigo esperando una respuesta —señaló Malik con seriedad y alzó una ceja—. ¿A quién tienes en mente?

Hamish le regalo una mirada de odio a Joshua.

—El emisario de la vida simplemente está exagerando, yo...

—¿De verdad? —le interrumpió Salem con una risilla—. Joshua no se destaca por inventar cosas.

El emisario de la muerte apretó los puños, humillado y bajó la vista.

—Es solo una mujer —murmuró.

—¿Estás interesado emocionalmente por una humana? —le cuestionó Malik con un tono despectivo.

—¡No! Yo no...

—Carnalmente entonces —le interrumpió Salem con una mueca burlona.

—Está obsesionado con ella —agregó Joshua.

Hamish se sostuvo el rostro deseando poder desaparecer del lugar.

—No está prohibido que los emisarios tengan relaciones con los humanos, Hamish —se limitó a señalar Malik, aburrido—. Mientras sean relaciones puramente... carnales —enfatizó sus últimas palabras con seriedad.

—Mi señor, yo no...

—¿Y cómo conociste a la humana? —preguntó curioso Salem.

—Es una detective del departamento de policía —le respondió Joshua.

—Vaya, vaya... —murmuró divertido Salem.

Malik resopló frustrado. Había hecho la pregunta simplemente para hacerle notar a los emisarios que sus conversaciones banales y personales no le interesaban en absoluto, pero no esperó que Salem fuera realmente a interesarse por algo tan insignificante.

—Emisarios —su tono molesto cortó todo atisbo de diversión en el ambiente—. ¿Traen novedades?

Hamish y Joshua asintieron.

—Hemos confirmado que el hombre asesinado correspondía a un cuerpo poseído por un demonio —dijo el emisario de la vida—. Tenemos un testigo que confirmó el color de ojos, además de la sangre escarlata.

Malik y Salem cruzaron miradas en silencio.

—¿Es el testigo de fiar? —les cuestionó Salem, todo atisbo de alegría se había esfumado de su rostro.

—Completamente —respondió Hamish.

—¿Cómo están tan seguros? —preguntó Malik.

—La misma detective que mencionamos anteriormente encontró el cuerpo. Ella intentó salvarle la vida antes de que muriera —explicó Joshua.

—¿Disculpa? ¿Intentó salvarle la vida a un demonio? —exclamó Salem.

—La mujer no tenía noción de que se trataba de un cuerpo poseído —dijo el emisario de la vida.

—Pero, incluso el color de la sangre le debió haber advertido —reclamó Malik, extrañado.

—Cuando llegamos a la escena, la detective estaba cubierta en sangre, pues el color no la detuvo. Recién hoy, fue notificada de que era un demonio —agregó Hamish.

Joshua carraspeó, incomodo y añadió —A su vez, note ciertas alteraciones en el aura de la detective. No sé si su interacción con el demonio pudo haberla afectado, pues tenía señales de verse algo agobiada, pero puede ser que los hechos sean mucho para que ella lo procese.

—La humana no es relevante en este asunto —bufó Malik poniendo los ojos en blanco—. Han de averiguar por qué un demonio estuvo vagando por la tierra en un cuerpo humano.

—Si, mi señor —respondió el emisario de la muerte.

—Pues yo si quiero estar atento a la detective —señaló Salem.

La muerte lo fulminó con la mirada y los emisarios lo miraron extrañados.

—No es normal que una humana desee preservar una vida al ver ese color de sangre. Además, si ya tuvimos un cuerpo poseído donde perdimos esa alma, no debemos bajar la guardia de que ocurra de nuevo —resopló frustrado—. Puede que la acción de la detective la haya puesto en una situación peligrosa.

Malik gruñió —¿Por qué se interesaría un demonio de una humana común y corriente?

—Corriente tal vez —le dijo Salem—. Pero común no lo creo. ¿No te llama la atención que alguien haya querido evitar la muerte de un demonio?

La muerte negó con la cabeza. —Los humanos son ignorantes.

—Y bondadosos. Prefiero proteger la vida de aquellos de buen corazón de tus sucias manos.

Vida y muerte se observaron con desafío, dejando una ola de tensión en el ambiente.

Finalmente Malik se encogió de hombros.

—Haz lo que desees. 

Crimen Escarlata {En actualización}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora