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VIERNES 31 DE OCTUBRE-. 20:10 hrs.

El aire del estudio estaba cargado en tensión.

El rostro de Salem no podía esconder su furia mientras observaba con disgusto la nueva noticia sobre el funeral de Jude Gia. Malik, por otro lado, permanecía en silencio.

—¡La misma mierda! ¿Por qué cree ese puto príncipe que puede caminar por la tierra como si fuera su reino? —bramó la vida, colérico.

La muerte bufó.

—Porque técnicamente, si puede.

—¡No deberíamos quedarnos de brazos cruzados!

—¿Cuántas veces te he dicho que no hay nada que podamos hacer al respecto?

—¡Los demonios no merecen pisar la tierra, y mucho menos mezclarse con los humanos! Altera el equilibrio y lo sabes —bramó Salem sin prestarle atención.

—Aun así, no tienes el poder ni la autoridad para sacar a un demonio real de la tierra —murmuró Malik cansado.

La frustración ardió en los ojos de la vida.

—No puedo creer que estés tan resignado en aceptar la situación. ¡Deberíamos estar buscando la manera de hacer algo, no quedarnos como simples espectadores!

Salem observó como Malik lo ignoró, se levantó y caminó hacia la salida.

—¿Te retiras? —inquirió con sarcasmo.

La muerte se giró hacia él con una expresión de resignación en su rostro.

—No tengo ganas de seguir escuchándote.

—¿Vas a huir como siempre lo haces? ¡Observen! ¡La muerte no es más que un cobarde!

—Vete al infierno.

Sin más palabras, Malik se dio la vuelta y abandonó el lugar. Al cerrar la puerta tras él oyó pedazos de vidrio romperse. Seguramente Salem le había lanzado alguna botella, pero ni siquiera se detuvo a averiguarlo.

Crimen Escarlata {En actualización}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora