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LUNES 3 DE NOVIEMBRE-. 08:35 hrs.

El bullicio de la comisaria se apagó brevemente cuando Dante y Kiera entraron a la sala de reuniones, listos para comenzar otro día de trabajo. Fueron recibidos por un solitario Razael que les dedicó una sonrisa amigable.

—¡Buenos días, Razael! —saludó con extremo entusiasmo el detective y le dedicó una mirada burlona a su compañera.

—Buenos días.

Kiera por su parte, tenía la mente todavía en el regalo que había recibido. Por un lado, no podía negar que le había encantado, pero por otro, sentía una cierta incomodidad ante la posibilidad de que Razael usará el gesto como una forma de superioridad sobre ella. ¿Debía o no darle las gracias? Por unos segundos consideró que mejor no le diría nada, evitando que el hombre pudiera sentirse con derecho a cobrarle sentimientos. Sin embargo, sabía que también era importante ser cortés y agradecida, en especial si el gesto había sido fruto de buenas intenciones.

—Buenos días detective Hart.

La voz de Razael disipó sus pensamientos.

No, ella era una mujer educada, no iba a dejar de dar las gracias, pero el detalle no iba a cambiar la forma en que veía a ese hombre.

—Buenos días —murmuró ella—. Gracias por...

Antes de que pudiera terminar la frase el capitán Simmons irrumpió en la oficina con un expediente en mano y una expresión seria en el rostro. Su mirada cayó sobre Dante y Kiera.

—Detectives, tenemos un nuevo caso. Ha ocurrido un robo en el centro, necesito que vayan a encargarse de eso —anunció con tono autoritario.

—Capitán, puedo entender su urgencia, pero también requiero del apoyo de los detectives para investigar la nueva pista que les brindé el día de ayer —intervino Razael inesperadamente, obligando al humano a recordar su presencia—.¿Por que no permite que la detective Hart y yo continuemos con la investigación? Podemos manejarlo mientras el detective Pearce va a investigar el robo, he escuchado que su especialidad son este tipo de casos.

Simmons frunció el ceño, evidentemente molesto que contradijeran sus ordenes y por la propuesta, sin embargo tampoco podía negar la afirmación. Si bien Dante era un destacado detective especializado en robo, el capitán también había interrumpido la investigación de Razael el día anterior de forma intencionada, por lo que asintió a regañadientes.

—Esta bien, que así sea. Pero quiero un informe detallado al final del día —ordenó con firmeza.

—Lo tendrá señor —le dijo Kiera.

Razael asintió como respuesta y disimuló su victoria al saber que trabajaría a solas con la detective. Era la oportunidad perfecta para compartir con ella, aunque debía mantener la compostura.

Kiera, por su parte, sintió como los nervios le recorrieron el cuerpo. Ya le bastaba con haber recibido los chocolates y le era más fácil ignorarlo cuando habían mas personas. Pero, ¿trabajar ambos solos? De solo pensarlo se estremeció, incomoda.

Dante estudió a su compañera, divertido, pues aquel hombre sabía mover sus cartas con precisión. Tal vez a Kiera le haría bien pasar un rato con alguien que parecía tener un genuino interés por ella. No podía ser algo tan malo ¿o si?

Tras ello, todos abandonaron el lugar.

—¿Sazamon traerá el auto? —preguntó la detective mientras caminaban, en un intento de ocultar su incomodidad.

Razael negó con la cabeza y le regaló una sonrisa maliciosa.

—Esta vez iremos solo los dos, detective. 

Crimen Escarlata {En actualización}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora