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VIERNES 24 DE OCTUBRE. 00:36 hrs.

Kiera se refregó con fuerza las manos para sacarse el resto de sangre dentro de la ducha. Un largo y cansado suspiro se escapó de sus labios cuando dejó que el agua corriera sobre su cabeza hacia el resto de su cuerpo.

Apenas los emisarios se retiraron, Dante le llevó directo a su casa y le ordenó limpiarse. Al llegar, ni siquiera intentó salvar la ropa y simplemente la lanzó a la basura.

La detective levantó la cabeza y el agua se escurrió por su rostro. ¿Por qué Dante no podía entender sus acciones? Una vida, era una vida y se debía proteger por igual.

Todo humano, al momento de nacer, tenía sangre color blanca. Aquello simbolizaba la pureza de sus almas, pero si a lo largo de su vida la persona cometía pecados, su sangre comenzaba a tornarse cada vez más roja, revelando la perdida de su pureza.

En su labor, Kiera había visto varios tonos rosados e incluso algunos cercanos a rojos, pero esta era primera vez en su vida que se encontraba con un color escarlata. Podía entender porque todos la miraron raro, pues aquella víctima claramente había cometido pecados que ni ella quiso imaginar.

Pese a eso no era tarea suya juzgar, sino de los emisarios. Pero, mientras eso no ocurriera ¿por qué debía dejar que alguien pereciera solo por el color de su sangre? ¿Cómo podía saber ella las razones por las cuales una persona había cometido algún pecado? Negó con la cabeza.

Aun así, no había podido ayudarlo y la mirada de aquel hombre la atormentó por unos segundos.

Salió de la ducha y escuchó sonar su celular.

—Detective Hart al habla.—Escuchó unas palabras rápidas y resopló cansada—. Entendido señor, voy para allá.

Le escribió un mensaje a Dante y se preparó para volver a la estación. Su noche parecía todavía no haber terminado.

Crimen Escarlata {En actualización}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora