*✭˚･ﾟ✧*･ﾟ*✭˚･ﾟ✧*･ﾟ*
⸻ En los Decimos Juegos del Hambre, Adiane Argyros del Distrito Dos es seleccionada como tributo y viaja al Capitolio, donde se encuentra con su antiguo amor, Sejanus, ahora en una posición social diferente.
Coriolanus Snow, el...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
NOTA: Copito de nieve y Sejanus no se van a ir tan pronto al distrito doce, es decir van a pasar algunos días antes de que se vayan.
⸻ ADIANE VEIA CON INCREDULIDAD todo a su alrededor. Estaba viva ¿por qué medios?, ya no quería saberlos. Pero estaba viva.
Edine, fortuna, capitolio, todo eso estaba en sus manos ahora. Tenía que olvidarse la arena, tenía que olvidarse de los juegos y de los tributos, tenía que olvidarse de su antigua personalidad.
— ¿A donde nos llevan?.— pregunto Lucy Gray mientras por la pequeña ventana veían los enormes edificios del capitolio.— A la academia. Después de la entrevista usted se irá directo a la estación de tren. Pero usted.— apunto a Adiane.— Usted se quedará aquí con su familia.
— ¿Yo no haré la entrevista?.
— ¿Familia?.— cuestiono Lucy sorprendida y Adiane respiro profundamente.— Si, mi familia está aquí.
— Su hermana la señorita Argyros pago para que solo la lleváramos a la academia. — Adiane bajo la mirada, agradecida pero confundida.
— P-Pero tú solo tenías una hermana ¿no?.— la confusión en la cara de Lucy Gray era evidente. Adiane tuvo que resumir toda la historia que hasta ahora sabía de su "familia" mientras Lucy se sentia un poco abrumada por la situación.
Pocos minutos después llegaron a la academia. Lucy fue encadenada de nuevo para poder entrar sin embargo Adiane fue libre de moverse hacia donde quisiera, se sentía extraño, que su trato ya no fuera el mismo de siempre. Caminaron por el pasillo, por los grandes ventanales de cristal que la academia poseían, visualizaron fuegos artificiales en los cielos, al igual que los alumnos de la academia se veían sonrientes (hipócritamente) hacia ellas aunque se veían ligeramente asustados cuando su mirada chocaba con la de Adiane. Ella no sabía si era por lo que había hecho o por lo mal que se veía pues aunque ya tenía una venda que cubría su herida, seguía manchada de sangre seca por todo su cuerpo.
— Porfavor, continúen caminando.— les llamo el hombre que las había estado acompañando todo el camino. Caminaron bastante hasta llegar a una gran puerta, en cuanto la abrieron Adiane se cruzó con Rhea quién se abalanzó a sus brazos sollozando.
