Sientes que el mundo avanza,
pero tú no.Permaneces perdida,
quieta,
atrapada en una corriente dónde todos nadan,
pero tú te ahogas.Quieres salir,
chapotear,
flotar a tu propio ritmo,
ver qué hay a través del mar (de dudas).
No puedes,
eres incapaz de llegar a la superficie para respirar.Después,
cansada de boquear,
te das cuenta que tienes una mano sujetando tu cabeza,
empujándola hacia abajo.
Y no es una mano ajena.
Eres tú siendo tu peor enemigo.
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Pequeñas catástrofes con final (in)feliz ©
PoetryA veces queremos ser escuchados; enfadados y frustrados porque no hay oídos para nosotros. A veces queremos guardar silencio; encerramos en un cajón lo que nos duele por si algún día lo olvidamos. Y, cuándo por fin llega alguien que nos pide hablar...