Bakugo katsuki y Izuku midoriya amigos con beneficios en su momento, pasarán por los 30 retos sexuales. Y quién sabes. Depronto terminen en algo más o terminen siendo nada...
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Narrador omnisciente
Después de ese momento tan caliente entre el cenizo y el pecoso, este mismo fue directamente a su habitación, no podía mirar a su cenizo después de eso.
Y así empezó nuestro día número cinco.
Ahora mismo son alrededor de las 10 de la mañana y el pecoso no tenía ganas de levantarse de su cama, quería dormir más pero su cuerpo no lo permitía, así que se quedaría ahí hasta que le dé sueño.
Mientras estaba acostado miraba la ventana, mientras palomas y aves pasaban por el aire, y pensaba que significaba para kacchan todo lo que habían hecho y lo que estaban apunto de hacer.
Esas cosas no son normales en los amigos no..?
Se preguntaba el pecoso en su mente, murmurando cosas que ni el entendía.
Cuando el pecoso salió de sus pensamientos, decidió a levantarse y ir directamente a la ducha, cerrando sus ojos disfrutando el baño.
Sintió varios besos en el cuello y toqueteos en su cintura haciéndolo subir la temperatura, aquellas caricias fueron sensuales y un poco desesperadas.
Abrió los ojos y se volteo buscando mirar a quien se encontraba ahí aparte de él, encontrándose con el cenizo que lo miraba con una mirada de lujuria, el antes mencionado acercó su cara juntando sus labios profanando los carnosos labios del pecoso, juntando sus lenguas e entrelazandolas, por falta de aire terminaron ese fugaz beso y el pecoso abrió sus ojo intentando encontrar otra vez al pecoso.
Cuando abrió los ojos rápidamente se despertó de aquel sueño... un poco húmedo, ¿no creen?
Al tener ese sueño húmedo el pecoso se encontraba en su cama con una gran erección. Saltó un poco de la cama al escuchar tocar su puerta, se puso una camisa que intentará cubrir su problema.
Cuando abrió la puerta se encontró con el cenizo topandose cara a cara.
- Que tienes? Por que mierda no has bajado?
Mierda.
- N-no es nada. - dijo tratando de ocultar su nerviosismo algo que obviamente el castaño se dio cuenta y este mismo entró a la habitación acorralando al pecoso y cerrando la puerta.
- Habla rápido - Dijo el cenizo intentando hacer hablar al pecoso.
Este mismo el volteo la cara intentando evitar ver a los ojos del cenizo.
- Sino hablas te obligo a hablar, a las buenas o a las malas - Dijo siendo un poco pícaro agarrando el mentón del pecoso haciendo que este mismo pensara un poco.
Izuku sentó cabeza y se puso a pensar en ese mismo momento, ¿será buena idea provocar al cenizo? ¿y si el cenizo, lo rechaza y se burla? ¿Y si se arrepiente después? - A la mierda! - pensó el pecoso volteando a mirar al cenizo que tenía el señor fruncido.
