Jenn. [+18]

Capítulo 20.

Llevo horas sin poder dormir, daba y daba vueltas en mi cama pensando en lo que había dicho Suke, el dolor en sus palabras y la sinceridad que había en ellas, se nota que le era difícil decirme todo lo que tenía guardado. 

Justo ahora lo miraba mientras dormía, su torso estaba al descubierto. Yo misma le pedí que se quedara esta noche conmigo ya que se notaba un poco alterado.. Toque su cabello y su mejilla, se nota que no ha dormido nada bien ya que esta profundamente dormido. 

Me senté en la cama a ver el tatuaje en su espalda, un enorme Dragon descansaba en su espalda, era tan hermoso a decir verdad, lleno de colores y mucha simbología que no lograba entender. También algunas cicatrices en su espalda, todas en linea, quiero pensar que es de otra cosa y no de navajas o espadas. 

Mire hacia la ventana, ya estaba por amanecer. 

No se como me siento, no se que estoy pensando, pero lo único que se es que no quiero separarme de el, de ninguno.

Puede que me esté metiendo en la boca del lobo pero no tengo opción alguna, se que me han visto con el y debo permanecer con el si quiero vivir. No temo por mi, temo por mis padres, temo de que los lastimen por meterme con ellos. 

Es que joder, no lo sabía ¡No lo sabía! Y si tan solo me hubiesen dicho la verdad desde el inicio, si tan solo no hubiese aceptado ir esa noche al barrio chino, mi vida no fuese un dilema ahora. 

Me coloque la bata y me puse de pie, me pose hacia la ventana de mi habitación esperando que el sol terminara de salir, mire de nuevo a Ryosuke, esto sobrepasa mis límites. 

Busque en mis cosas esa grabación, aun la poseía por que estaba asustada de destruirla, regrese a la cama y me senté en ella, Ryosuke empezó a despertar, al abrir los ojos me dio una sonrisa que correspondi. 

—Buenos días —su voz salió espesa por el sueño— ¿dormiste bien?

—Si, eso creo... —mire mis manos. 

—¿Que tienes ahí? 

—La grabación —se la mostré—, me he tardado demasiado tiempo en destruirla, pero aqui esta —se la di—, haz lo que quieras con ella. 

El se sentó en la cama y miro el pendrive que le había dado. Que el haga lo que quiera con ella. Yo solo pensaba en la imagen de ese hombre siendo asesinado por el. 

—Jenn mi amor —me tomo del rostro— ¿Por que lloras?

—La imagen de ese hombre no sale de mi cabeza —solté un sollozo—, tu lo mataste Ryosuke. 

—Yo lo maté por que era necesario... 

—¿Necesario? —quite sus manos de mi rostro— ¿Necesario, dices? 

—Iba a entregarnos a la policia, la informacion que iba a darte, nos destruiría a mi y a Dak Ho —dijo en tono serio—, el estaba traicionándonos y eso debe pagarse con la muerte.