Jenn. [+18]

Capítulo 23.

Mande a que arreglaran una habitación para Tanaka, tenemos que hablar sobre el tipo ese y el disparo que recibió. Eso de que sepa que esta o estamos con Jenn, no es nada bueno, nada. 

—Ahora si explícame que fue lo que sucedió. 

—Sabes que el va cada mes a mi bar —asenti—, pues.. Pense que iria a cobrar como de costumbre, pero el asunto es que fue a decirme que me apartara de Jenn. 

—¿Como supo que estas con Jenn? 

—Me vio con ella, no lo comprendo... —miro hacia la nada— yo creo que el la vigila. 

—¿Que te hace creerlo?

—Me dijo cosas muy, demasiado detalladas de Jenn —soltó un suspiro—, ellos tuvieron sexo. 

—En el pasado —le corregi—, el mismo idiota dijo cosas intimas de Jenn el dia en que fue a su oficina, lo encontré hablando con ella, incluso le llevó flores. 

—¿Que? ¿Por que demonios me lo dices hasta ahora Kang?

—Por que no pensé que el volviera a hacerlo pero veo que me equivoque.. Cuéntame lo que paso.

El solo asintió. 

-Flashback- 

—Jefe, el policia Hills está aquí. 

—Hazlo pasar Kyoto. 

No pensé que viniera tan temprano pero así es mejor, mientras mas rápido venga, me deshago de el. 

—Tanaka.

—Hills, viniste solo, que milagro. 

—Vine por dos razones, la primera es mi dinero —sonrió de lado—, la segunda es hablar sobre alguien que conoces perfectamente... Mi querida Jenn. 

Mi cuerpo se tenso ante lo que dijo, el solo sonrio. 

—Se que ambos son bastante cercanos, mucho diria yo... Pero si te digo esto es para que te alejes de ella Tanaka, Jenn es demasiado para ti. 

—No sabes lo que dices idiota. 

—Si se lo que digo... —camino de un lado a otro— Ella es hermosa, inteligente y sexy, tiene lo que cualquier hombre desearía —me miró—, por eso vine, para que te alejes de lo que es mio. 

—¿Tuyo? ¿Desde cuando Jenn es un objeto? 

—No me importa, solo alejate de ella Tanaka... Sabes que no le convienes, eres un maldito mafioso que asesina por placer.. ¿Que crees que diga Jenn si se entera? 

Si supieras bastardo. 

—Llévate tu dinero y déjame en paz, no me conoces aun. 

—Claro que conozco a los de tu clase —soltó un arisa—. Ella es demasiado para ti... Es que de solo recordarla cuando teníamos sexo, aumenta las ganas de volverla a poseer.