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¿Recuerdas aquellas promesas que me hiciste? Porque yo sí.
Cumpliste muchas de ellas y estoy tan agradecida porque fue gracias a ti y tus promesas que yo cambie y pude darme un valor a mí misma y superar todos mis límites como hechicera.
Fue gracias a ellas que pude ver nuevas perspectiva de la vida y no solo las que mi clan me inculcó. Me diste un motivo para seguir, encendiste en mi la alegría de volver a vivir y disfrutar un poco más, causaste que todo fuera color rosa siempre que estuviera a tu lado.
¿Recuerdas todas nuestras charlas sobre el futuro?
Es divertido recordar cada una de ellas ya que pensábamos que teníamos la vida comprada. Siempre decíamos a dónde iríamos, que conoceríamos y que haríamos.
Pero jamás hablamos de lo que pasaría cuando uno de los dos faltase para cuidar del otro.
Por eso en estos momentos, estoy perdida. Me aferre tanto a la idea de que siempre estarías a mi lado que no se que camino tomar ahora que faltas en mi vida.
¡Me prometiste que ganarías! ¡Que regresarían a mi lado! Ahora yo estoy frente a tu tumba sin saber cómo continuar... Sin saber que hacer, llena de miedos e intriga por lo que la vida traerá a partir de este punto.
—Tal vez en esta vida no cumpliste todas tus promesas. Pero en la siguiente, cuando las maldiciones dejen de existir y renazcamos nuevamente como humanos te obligaré a cumplirlas todas... Está vez si te quedarás a mi lado, Satoru. —El rostro de Hinata se llenaba de lágrimas mientras ambas manos estaban en su pecho. Se prometió a su misma que en otra vida jamás permitiría que le volvieran a quitar a Satoru aún si debía dar su propia vida.
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