Final

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El sonido de las olas despertaron sus sentidos. Habían gaviotas volando por dónde se encontraba y con tan solo removerse podía sentir la suave arena en la superficie de sus pies.
Ricky se levantó de su lugar y comenzó a caminar sin una dirección en específico, observando a su alrededor y recogiendo las conchitas que le parecieran las más bonitas.

De repente pensó: “¿Cómo había llegado ahí?", nadie lo sabía, probablemente. Pero lo cierto era que, cómo si de un milagro se tratase, él se sentía muy relajado, quizás más de lo que había estado en toda su desaliñada vida. Podía sentir en todo su interior que no tenía problema alguno del cual preocuparse, que solo había tranquilidad en su organismo y que estaba bien.

Sí, después de tanto tiempo, finalmente Ricky estaba en paz.

Continuó caminando entre la orilla del mar durante unos minutos más hasta encontrar un pequeño cangrejito rondando por ahí. Se inclinó dispuesto a mirarlo más de cerca pero justo antes de hacerlo tuvo la sensación de que no estaba solo, así que se enderezó y rápidamente una ráfaga de sensaciones se presentaron en su cuerpo y corazón.

Jiwoong estaba frente suyo, portaba únicamente prendas holgadas y su cabello se desordenaba gracias al tenue viento.

Riri no podía creer lo que estaba viendo, tampoco sabía el porqué de todo lo que estaba pasando. Sin embargo, al tener la presencia del mayor solo se inquietó y bajó la cabeza con nerviosismo, poco a poco sus manos comenzaron a temblar hasta que tuvo que dejar caer las conchas y caracoles que llevaba entre sus manos. De repente, Jiwoong actuó rápido y se acercó para agacharse y recoger cada uno de los objetos recién caídos, ocasionando que el menor diera un paso hacia atrás y le observara sorprendido.
Al terminar Kim recolectó las conchitas en un pequeño vaso desechable que había localizado entre la arena, seguido de esto lentamente se puso de pie y al ver que Shen aún no le miraba sus labios se fruncieron en un pequeño e infantil puchero. Con cautela trató de acercarse más al chino y manteniendo la lentitud en sus acciones sustuvo su mentón con el índice y el pulgar, levantó su cabeza y al percatarse de lo que estaba ocurriendo le dedicó una mirada tranquilizadora al menor.

Ricky y Jiwoong permanecieron así, perdiéndose en el iris de los ojos del contrario y llenando sus almas con la calidez de su acompañante. Jiwoong, continuando con su labor, se acercó un poco más al rubio para entregarle aquel vaso que sostenía y con la misma mano en la que sostenía su mentón pasó sus nudillos por la mejilla de su Kiki, acariciándola con ternura. Finalizó acomodando unos mechones de su dorado cabello por detrás de su oreja.

“Tranquilo, cariño, ya estás a salvo", susurró.

Y Ricky le creyó, sonriéndole encantado.

En el siguiente rato ambos se la pasaron entre risas y bromas. Ya sea jugando con el agua o haciendo algún castillo de arena, era muy evidente que los dos se habían divertido en grandes cantidades. Pero luego de tales energéticos momentos ahora ambos chicos se hallaban sentados, uno junto al otro, observando el embelesante atardecer acompañado de las fuertes olas del mar. Ricky se recargó en el hombro de su hyung, aspirando el relajante aire y disfrutando de los ahora débiles rayos del sol. De pronto Jiwoong suspiró entrecortadamente y tragó saliva, sus manos entrelazadas con las de Shen temblaron de inquietud.

“Uhm, Kiki, yo- hay algo que debo decirte...", murmuró, moviendo un poco su hombro para llamar la atención del recién nombrado.

“Oh... bueno, ¿qué pasa, hyungie?", preguntó, enderezándose para encarar al pelinegro.

Jiwoong relamió sus labios, tomándose unos segundos para reunir la valentía suficiente para decir lo que estaba apunto de confesar. Acarició los dorsos de las delgadas manos del contrario y suspiró de nuevo, exhalando el aire que de repente se había acumulado en sus pulmones.

Lie like you love me - Riwoong Donde viven las historias. Descúbrelo ahora