Capítulo 16

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DECISIONES CON INTENCIONES

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—¿Sucedió algo malo?

—Tengo algo que mostrarte...

—Vale—sonrió aun desentendida.

—¿Recuerdas el día que me preguntaste si sospechaba de alguien?

—Sí—asintió—. Me dijiste que me lo dirías cuando estés seguro.

—Hoy fui al medico para quitarme el yeso...

—¡Ah, cierto! ¡Ya no lo tienes!

—Sospeché de Adem.

    El rostro de Zeynep cambió por completo. Arrugó su frente, con un gesto incrédulo y luego de varios segundos de debate, replicó:

—Esto es demasiado, Mert—se levantó—. Vale. Entiendo que odies a Adem y que no te agrade, pero ¿inculparlo?

         Mert sintió celos en aquel momento.

—Está bien, Zeynep. Sigue defendiendo a un idiota, que no conoces en absoluto.

   Se levantó y dispuesto a marcharse se dio la vuelta.

   Sin embargo, Zeynep se opuso, haciéndole frente.

—¿Por qué dices eso? ¿Tienes pruebas?

—¿Crees que te lo diría si no las tuviera? ¿Por qué nunca me escuchas? ¡Eres tan ingenua!

—No me hables de ese modo—dijo con lágrimas contenidas.

    Mert suspiró. Trató de comprender que no era fácil para Zeynep asimilar todo aquello. Así que, decidió tener paciencia.

—Vale, no llores—soltó más comprensivo—. Por favor.

     Sacó su teléfono del bolsillo, y mientras le mostraba las fotos, le explicó con detalle lo que sucedió desde que salió del hospital.

—Y luego, grabé la conversación—le dio el teléfono—. Por eso se puso nervioso cuando me vio en la madrugada, pensó que lo había escuchado. Estoy seguro de que ese hombre fue uno de los que me golpeó. 

    Zeynep mantuvo su mirada clavada en el celular de Mert, mientras sus lágrimas salían disparadas de sus ojos.

     Él le dio espacio alejándose un poco y volviendo a sentarse sobre la banca.

     Vio el video varias veces. Y, entre lágrimas, volvió a sentarse junto a Mert.

—No vale la pena que llores por alguien así—dijo Mert con la esperanza de que su llanto se detuviera.

—Nos conocemos desde hace años—limpió sus lágrimas entre sollozos—. ¿Cómo es posible?

—Zeynep—tocó su brazo—. No te lo dije porque quiero hacerte sentir mal, ni porque él no me agrade y quiera vengarme, yo solo quiero...

     En ese instante el corazón de Mert se detuvo por dos segundos, y sus palabras permanecieron atrapadas dentro de su garganta, al sentir los brazos de Zeynep rodeando su torso con fuerza.

   Su rostro descansaba delicadamente sobre el pecho del muchacho; y sus mojadas mejillas humedecían su chaqueta.

   Paralizado dentro de sí mismo, oía su corazón palpitante más vivo que nunca.  Esperaba reaccionar, por fin, ante aquel abrazo inesperado que llenó cada rincón de su corazón.

RAABTA [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora