Blue - [MinJoong]

❈•≪01. Impresiones≫•❈

Las personas siempre habían asegurado que las primeras impresiones eran importantes y debían ser tenidas en cuenta tanto por el emisor como por el receptor de éstas, cualquiera sea el ámbito en el que se encuentren. Después de todo, la información que más rápidamente se trasmite al cerebro siempre tenía que ver con lo visual.

Ya más tarde es que uno analizaba lo recolectado y veía cómo actuar o qué hacer en función de un aspecto enteramente superficial.

Hongjoong no era lo que alguien definiría como un anti-sistema, sin embargo, nunca se tomó dicha recomendación muy en serio. Seguro, cuidaba su apariencia pero eso estaba entre los comportamientos básicos que suponía, la mayoría llevaba a cabo sin darle mayor profundidad. Tenía que ver con la higiene al final del día y ese no era un aspecto que podía sólo ser ignorado. Pero eso y juzgar literalmente a alguien en base a cómo lucía o cómo se comportaba en una determinada situación, eran casos distintos. No se hallaban sujetos a comparaciones.

Las personas eran más que una simple impresión dada en una ocasión en particular. Quienes se empeñaban en negarlo, en su opinión, carecían de un desarrollo cognitivo apropiado. Y no cambiaría de postura en un futuro cercano, eso era seguro.

Ahora bien, si tenía que ser honesto, admitía que la primera impresión que se creó de Song Mingi no fue la mejor en muchos sentidos. Eso sí, tampoco fue mala o en un extremo desagradable. Que podría haberlo sido. Pero si tenía que ponerla en palabras, no sabría cómo describirla porque el entorno y su propio estado emocional no fueron de ayuda. Decir que fue aleatoria e insustancial no era una aproximación del todo errónea, y aún si no era correcta en su totalidad, se acercaba de alguna manera indescriptible.

Aunque claro, en una fiesta y con una cantidad considerable de alcohol en el organismo, pocas cosas tenían algún tipo de consistencia o valor real. Y si a esto se le sumaba el detalle de que había asistido por insistencia de su ligue actual, quien lo había dejado por su cuenta hacía dos horas, el contexto no dejaba pase libre a nada que tuviera relación con el positivismo.

A menos en su concepción personal y ligeramente achispada.

Y Dios, él accedió a la idea de asistir a esa condenada fiesta de fraternidad porque se le aseguró que la pasaría bien, se divertiría y serviría para distraerlo de su estrés actual, pero al carajo con eso, pura basura. Se encontraba cansado, las piernas le dolían en consecuencia y la frustración porque ninguno de sus mensajes estuvieran siendo vistos, comenzaba a volverlo loco. Quería una señal, una respuesta, algo maldición. Escuchar las quejas amorosas de una chica desconocida, en un rincón de una cocina en la que nunca había estado antes, no eran acontecimientos que hubiera planeado para esa noche y menos en su situación presente.

Si alguno de sus amigos hubiera aceptado acompañarlo, quizás y sólo quizás, no habría sido tan malo. De hecho, dudaba que lo hubiera sido con la personalidad de Wooyoung particularmente. Con Jongho al menos habría tenido de qué hablar. Al fin y al cabo, es que de éstos haber asistido, habría tenido con quienes distraerse o irse al carajo, pero no era así para su mierda de suerte. Y en cuanto más pensaba en todo, peor se sentía, porque su ligue no solía dejarlo tirado en lugares en los que no había estado con anterioridad. Era más atento que esto. Incluso si ya no estaban en su faceta de luna de miel.

O cómo sea que Jongho soliera llamarlo para molestarlo. Ya que definitivamente, ellos no estaban enamorados.

De lo único que estaba seguro ahora mismo pese a la neblina de alcohol ligero que le empañaba los pensamientos, es que no volvería a ver a ese tipo de ahora en adelante. Y estaba muy consciente de que era descuidado en la mayoría de sus decisiones, pero tampoco al grado de lo absurdo.

«Jodida mierda de noche», pensó para sus adentros.

—Oye, estorbas.

Y ese anuncio conciso y sumamente seco, plagado de un vacío emocional, fue el que dio inicio a un cruce futuro.