❈•≪12. Conflictos≫•❈

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Dos días después de su encuentro acalorado en el Jeep del moreno, Hongjoong se lo terminó topando en la fila para comprar su comida en la cafetería. Fue difícil distinguirlo del resto por lo presentable de su apariencia y por la falta de un bolso en el hombro. Con tejanos negros y apretados a las piernas y una camiseta blanca desabotonada en el dorso, hicieron ver al tipo como un modelo de revistas.

Mordiéndose el labio inferior, el más bajo dudó al principio pero tras una apresurada deliberación, se decidió por actuar, diciéndose que no causaría ningún daño. Después de todo, se veía aburrido, ¿y por qué no entretenerlo un rato?

Al menos eso fue lo que se dijo para convencerse de acercarse. Al fin y al cabo, ¿que daño podría causar un saludo rápido y espontáneo? Según él, ninguno.

Pero a medida que se acercaba, sus planeas parecían cambiar, porque el nadador no se encontraba tan solo como creyó, ya que un par de chicas, que al parecer eran admiradoras de él, le daban conversación. Incluso si parecía ser superficial y ligeramente unilateral. Desconocía el tema pero no tenía al alto muy interesado.

Suspirando por lo bajo, se detuvo un momento en el costado de la fila, pensando en dar marcha atrás y volver a su lugar, sin embargo, ya era demasiado tarde, el atleta lo había notado luego de que se pasara una mano por la cabellera y girara el rostro de forma casual. El material de la camisa se tensó y su rostro cincelado en una seriedad inmaculada, se modificó a una de asombro. Pese a ello, hubo un indicio de sonrisa. No fue sugerente como las anteriores ni maliciosa, por el contrario y muy para sorpresa del más bajo, se caracterizó por ser suave. De indicaciones dulces que atestiguó por primera vez de su parte y dirigida a él nada menos.

Encandilado por el gesto tan perezoso en algún punto, Hongjoong se encontró conteniendo el aliento y paralizado en su lugar. Viéndolo sin parpadear. Ensanchando la sonrisa, Mingi le hizo una indicación con la cabeza para que se acercara. Y tras un corto proceso de razonamiento, él accedió, poniéndose en marcha y recordando cuál era su plan inicial. Sin embargo, nada lo preparó para lo que pasó a continuación.

Tan pronto se acercó a Mingi, el moreno tomó la oportunidad para estirar un brazo y con toda la naturalidad del mundo, le rodeó la cintura con la mano y lo acercó hasta que sus cuerpos estuvieron pegados. Fue una acción sutil y diestra que le cortó la respiración, casi al mismo tiempo, que el beso casual que recibió en la mejilla a modo de bienvenida.

Totalmente anonadado, levantó el mentón hacia arriba, sólo para encontrarse con la sonrisa amable del nadador. Era apenas una curvatura sutil que bordeaba sus labios con una suavidad indescriptible.

Fue tan aleatorio y tan doméstico, que por un instante pensó en las palabras de sus amigos. Las aseveraciones que habían hecho con respecto a ellos y que lo habían desencajado.

—Luces precioso hoy —susurró el moreno contra la piel de su sien, rozándola con los labios.

Mordiéndose el proprio, el aludido tardó en formular una respuesta, todavía atontado por la serie inesperada de acontecimientos. Lo que lo llevó a poner sus engranes a trabajar en busca de una respuesta coherente con lo recibido.

—Muchas gracias.

Y eso fue todo, lo más congruente que pudo decir. Pero por alguna razón, eso hizo al moreno reírse, atrayendo un par de miradas, ya que el sonido no fue discreto ni mucho menos sutil. Sin embargo, supo a gloria por algún motivo que no pudo identificar. La tesitura ronca de su voz combinada con la jovialidad de su apariencia, influyeron en su concepción, quería creer.

—¿Por qué tan silencioso? —preguntó mientras avanzaban en la fila—. ¿Qué le pasó a esa lengua viperina tuya? ¿Está sedada?

Espabilando de su tontera, Hongjoong golpeó el pecho del alto con la palma abierta—. Déjate de cosas rara —le pidió en un susurro, esquivando las miradas indiscretas—. Sólo me tomaste por sorpresa, es todo.

Blue - [MinJoong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora