❈•≪07. Irregularidades≫•❈

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Estirándose en la comodidad de la cama, Hongjoong de todavía ojos cerrados, soltó un suspiro profundo. Pese a no haber bebido demasiado la noche anterior, nada en realidad, sentía el cuerpo adolorido y cansado. Como si pesara una tonelada entera.

Lo que no era buena señal.

Removiéndose bajo las sábanas, notó las primeras anomalías que no correspondían a su dormitorio. En particular, notó una pared repleta con fotografías, no sólo de personas que conocía de hace poco, sino que también de paisajes teñidos de violeta y de horizontes pintados en naranja. Una majestuosidad que no tuvo tiempo de apreciar. También percibió una pila de libros relacionados a la anatomía que no recordaba haber tomado prestados de la biblioteca y algunos sobre dietas que tampoco tenía en la memoria.

Confundido, se enderezó en la cama que ocupaba y miró alrededor con mayor detenimiento. Notando un escritorio de madera oscuro con varios artículos encima. Un recipiente con anillos grandes y llamativos junto a un portador de gafas. Habiendo de sol y lentes de lectura. Los cuales claramente no le pertenecían. A los suyos los tenía en un cajón bien organizados. Pero eso no fue todo, sus prendas de la noche anterior yacían plácidamente en una silla de madera. Bien dobladas y apostaba que incluso hasta lavadas.

Pero eso en lugar de tranquilizarlo, hizo que su corazón comenzara a repiquetear en su esternón como loco, cegado en un pánico trepidante y en un temor desconocido. Era la primera vez que pasaba la noche con alguien que no era más que un acostón, o peor que eso, un simple conocido casual. Por lo cual, la situación era de temer.

Nervioso y con las manos sudando, el más bajo se relamió los labios y miró hacia abajo. Percatándose de que traía prendas holgadas, tanto una sudadera gris ordinaria como un pantalón corto un tono más oscuro. Lo que significaba una sola cosa: lo habían cambiado mientras estaba en las redes reconfortantes de Morfeo. 

Lo que no era tan serio si lo pensaba desde la perspectiva de que de ese modo estuvo más cómodo para dormir. Sin embargo, todavía fue sin su consentimiento.

Tragando en seco, no supo si agradecer la muestra de humanidad de Mingi o juzgarla escasamente.

«Y hablando del Diablo», pensó en el momento exacto que la puerta se abrió y el alto de cabellera café apareció. Luciendo increíblemente atractivo que le robó el aliento un segundo. Pelos desordenados en una imperfección deliberada, flequillo cubriéndole el rostro en una apelación juvenil y refrescante. Camiseta azul remangada hasta los codos y pantalones de mezclilla negros en las piernas, lucía como si acabara de salir de una pasarela y no de clases, dato que percibió por la mochila que cargaba en su hombro con soltura. Era de no creer.

Pero espabilando, el más bajo pronto salió de su ensoñación y miró al alto con las cejas fruncidas en una inquisición implícita que por algún motivo, hizo al contrario sonreír de esa manera deslumbrante que tenía. Dejando a la vista sus dientes disparejos.

—¿Por qué estoy en tu dormitorio? —preguntó con los ojos entrecerrados. Dios, él ni siquiera tenía idea de la hora o si se había saltado una clase.

—Porque la noche anterior te dormiste en mi espalda.

—Esa no es justificación suficiente para que me encuentre aquí —declaró con cada vez más relieves en su frente. Riéndose con brevedad, el moreno pasó a tomar asiento al final de la que era su cama, manteniendo una distancia segura y dejando la mochila a sus pies.

—Bueno, explícame cómo hacía para meterme a tu edificio sin la clave —replicó el nadador con astucia, haciéndolo abrir y cerrar la boca torpemente—. Más aún cuando no tengo el número de ninguno de tus amigos.

Blue - [MinJoong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora