❈•≪15. Arte y amor≫•❈

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Hongjoong se encontraba nervioso, con las terminaciones vibrando y la piel ardiendo en llamas abrasadoras. Él no sabía si tuvieron suerte o Mingi se encargó de que así fuera, pero al llegar al edificio del alto, los compañeros de éste no se hallaron en su dormitorio. El lugar estaba silencioso a más no poder y despejado, sepultado bajo una capa de tensión perceptible y anudado bajo hilos que quemaban. Era insoportable e incómodo de una manera que no sabría especificar.

Removiéndose en el colchón, de repente Hongjoong se preguntó si lo que llevaba era ideal para lo que ellos tenían planeado. Pantalones grises y un poco ajustados, sí, pero por arriba y al ser otoño traía una remera de cuello de tortuga, era un tanto ceñida a su figura y de color negro, sin embargo, seguía siendo una prenda ordinaria que no destacaba demasiado. Mingi en cambio, traía un cárdigan azul oscuro, afelpado y sin nada debajo, lo que le hacía cuestionarse qué tanto frío podía tolerar sin ir realmente abrigado. En las piernas llevaba unos pantalones negros que moldeaban sus muslos fuertes y grandes. 

Si bien iba mucho más expuesto que él, seguían llevando prendas casuales. Típicas de otoño. O de mediados de la estación.

Y mientras observaba al moreno posicionar la cámara en un rincón de la estrecha habitación, los pensamientos se amontonaron en su mente como avalancha. La idea le emocionaba, no iba mentir, sería la primera vez que intentaría algo como eso con alguien más. Su única base de referencia eran aplicaciones de citas y fotos sugerentes donde no dejaba ver su rostro, es todo. No había más. Pero que ahora lo hicieran con una cámara profesional y sobre una cama, eso ponía su mente a trabajar de una manera absurda. Llenándola de escenarios pecaminosos que sus familiares no aprobarían sin lugar a dudas.

Pero Hongjoong llevaba conociendo a Mingi por meses ya y confiaba en su integridad personal, tanto como en su palabra y como bien dijo, nada se expandiría de esas paredes ni de los límites acordados. Por lo que no estaba tan preocupado como, quizás y sólo quizás, debería estarlo de ser alguien más.

Sacudiendo las piernas de manera inconsciente, Hongjoong observó a Mingi sostener un aparato pequeño conectado a un cable largo, y confundido, ladeó la cabeza con interés.

—¿Qué es eso? —no pudo evitar preguntar, atrayendo la atención del hasta ahora concentrado nadador.

—Esta de aquí es mi bebé —dijo mientras levantaba el pecho con orgullo y colocaba una mano sobre la cámara en cuestión—. Es una Nikon D5, fue una de mis primeras cámaras —confesó poco después—. Y esto de aquí —agregó, sacudiendo el aparato pequeño con un círculo en el centro—. Es un disparador remoto. Como bien dice su nombre, nos permite tomar fotografías a largo alcance, sin tener que estar detrás de la cámara. Sólo hay que encargarse de la posición, de las luces y lo demás se hace solo.

—Creí que la fotografía era un pasatiempo para ti, nada más.

—Me gusta aprender sobre las cosas que me interesan, ¿cómo piensas que conozco tan bien tu cuerpo?

Riéndose, Hongjoong se echó para atrás en la cama y cruzó una pierna sobre la otra—. ¿Es así cómo coqueteas por lo general?

Antes de que la pregunta llegara a obtener una respuesta, hubo un rayo de luz que ensombreció su vista de aquella sonrisa ladina. Parpadeando repetidas veces, el artista se frotó los ojos con suavidad.

—Así coqueteo contigo, ¿no te gusta? —replicó el nadador, riéndose.

—Estaría bien un aviso de antemano, ¿sabes? —masculló con las cejas fruncidas, enfocando al atleta a unos centímetros de distancia, acercándose como un predador directo a su presa. Pasos lentos y mirada conectada.

Blue - [MinJoong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora