Una de Nosotros.

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Andeyla y Neteyam bajaron del árbol, el Omaticaya llevaba consigo la canasta con frutas que habían recolectado para su familia. Neteyam miro a la navi viendo como daba un aterrizaje perfecto después de saltar de una rama alta.

- Eres buena trepando – felicitó el navi al encontrar un nuevo talento en la chica.

- Sí, no es muy diferente de trepar las barreras que la RDA nos ponía en los campos de entrenamiento. De algo tenía que servir sus enseñanzas- dijo la chica con un encogimiento de hombros. Quizá para Neteyam aquello podía sonar horrible, pero era la realidad en la que Andeyla había crecido, muy distinta a la de él. – Llevas muchas frutas ahí. Tu familia se pondrá contenta.

- Yo creo que les agradará más el hecho de saber que a ti te gustaron. – dijo Neteyma dándole una mirada a la cesta. – mi madre está preocupada de que se dificulte involucrarte con el mundo navi.

- No se me dificulta – dijo rápidamente la chica a la defensiva, odiaba que le dijeran que no era buena en algo.

- No sabes hablar el idioma – puntualizo Neteyam. – no conoces la flora y fauna, no sabes rastrear, identificar caminos, volar en banshee y...

- Ya entendí cerebrito – bufo Andeyla cruzándose de brazos – por eso estamos aquí, tú debes enseñarme.

- Eso hago.

- Pues eres muy lento – dijo la chica comenzando su camino siendo seguida por el navi.

- Habría sido más rápido si hubieras sido más cooperativa desde el inicio – reprochó Neteyam, a él tampoco le gustaba mucho ser juzgado.

- Un mal maestro siempre culpara a sus alumnos de su desempeño mediocre – se burló la chica. El Omaticaya iba a seguir peleando cuando noto lo ligera risa de la navi, al parecer la chica estaba jugando con él, poniendo a prueba su paciencia una vez más, casi lo había atrapado.

- ¡Neteyam! – un grito a lo lejos hizo que los dos jóvenes se detuvieran. El nombrado busco con la mirada a la persona que lo llamó encontrándose con Tarsem corriendo hacia el con una mano extendida en el aire en un intento por hacerse ver entre tanta vegetación – por fin te encuentro, las ancianas me dijeron que te vieron por aquí – saludo el chico jadeante por la carrera. Sus ojos pasaron a Andeyla, la cual lo miraba con duda y un tanto de desconfianza, como era usual en ella cuando se encontraba con extraños.

- Tarsem, no esperaba verte por aquí – saludo el Omaticaya. Al notar la mirada del mayor en la navi noto que aún no los había presentado y que de hecho Tarsem sería el primer navi fuera de la familia Sully en hablar con Andeyla. – Tarsem, ella es Andeyla – Tarsem llevo su mano izquierda a su frente bajándola suavemente junto con una ligera inclinación en su cuerpo pronunciando unas palabras que la navi no logro entender del todo – Andeyla, él es Tarsem, uno de los cazadores del clan Omaticaya.

- Hola – saludo simplemente la chica intentando actuar como una persona común al conocer gente nueva, pero realmente no tenía mucha practica con eso.

- Al fin puedo conocerte. Desde que te rescatamos no había tenido la oportunidad de verte – habló Tarsem dirigiéndose a la chica con una sonrisa – te vez asombrosa – elogio señalándola con sus manos de pies a cabeza – eres el nuevo tema favorito de todos en la aldea.

- Gracias...supongo – respondió la chica dudosa ante tales comentarios. No muy segura si eran buenos o malos.

- Solo están curiosos – se apresuró a decir Neteyam, supuso que Andeyla no disfrutaría de ser el centro de atención.

- Sí, lo estamos. Eres todo un misterio Ni'awve – dijo Tarsem colocando sus manos en sus caderas con una sonrisa. Al escucharlo las orejas y cola de Andeyla se alzaron, dio un paso al frente más cerca del navi. Ladeo su cabeza extrañada y fascinada al mismo tiempo.

HIJA DE DOS MUNDOS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora