El Primer Paso.

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Andeyla intento controlar su respiración, debía permanecer calmada, recordó sus años de entrenamiento, el como el sargento les exigía reprimir sus emociones, mantener la cabeza fría, el enemigo no perdonaría ninguna muestra de debilidad, pero a ese punto ¿Quién era su verdadero enemigo? Andeyla recordó cuando conoció a Neteyam, siempre mirándola con esos ojos curiosos, el como intento acercarse a ella usando palabras formales para verse más maduro, cuando la llevo a explorar los alrededores en la noche. Neteyam no era su enemigo, él había intentado ayudar a su manera. Incluso ahora había ido a rescatarla cuando no tenía por qué hacerlo, ella ya había dejado de ser su obligación, bien pudo darle la espalda cuando los viperlobos la atacaron o cuando el cabeza de martillo los persiguió, él conocía ese mundo, no le sería difícil salirse de esas situaciones a diferencia de ella.
- Neteyam...- susurro arrepentida por la forma en la que había actuado con él. Si tan solo pidiera decírselo. Un ruido la hizo volver a la realidad, sus orejas de agitaron nerviosas. Andeyla alzó la mirada descubriendo que lo que se escuchaba era la rama de la que aún se sostenía rompiéndose. - No, no...- Andeyla intento sujetarse de algo más o incluso escalar, pero no había nada a su alrededor. Con pánico vio como la rama terminaba de desprenderse haciéndola caer al vacío. Un grito de terror escapó por su garganta, ella literalmente estaba cayendo por los cielos, podía ver la copa de los árboles acercarse cada vez más. Por más que quiso agarrarse de algo estaba literalmente cayendo, por inercia y cuando estuvo lo suficientemente cerca de un árbol intento sostenerse de sus hojas.
Cayó entre las ramas de un gran árbol, rebotó de una hoja gigante a otra, no pudo aferrarse de nada, pero al menos ayudo a reducir la velocidad de su caída, sin embargo, estampar con el piso seguía siendo muy doloroso.
Se quedó un momento en el suelo haciendo un chequeo rápido de su cuerpo, no parecía haber nada roto. Había sobrevivido. Con una respiración tomo fuerza y se puso de pie, miro sobre su cabeza notando lo alto de los árboles, apenas y podía verse el azul del cielo, había Sido una caída de muy alto, era impresionante que estuviera viva.
De repente su cola y orejas se alzaron en realización. Si ella estaba viva significaba que Neteyam también.
Rápidamente comenzó a mirar a su alrededor en busca del chico, se asomo entre los arbustos y otras plantas, incluso se sorprendió cuando quiso tocar una y está se contrajo en una extraña espiral.
- Neteyam...¡Neteyam Sully! - lo llamo sintiéndose ansiosa al no obtener respuesta. - Neteyam...sal de dónde quiera que estés. Esto no es gracioso. Neteyam...- sus orejas bajaron con tristeza. Aquel bosque era inmenso, el omaticaya podría haber caído en cualquier lugar, le tomaría horas encontrarlo si es que lo hacía. - Neteyam...- Andeyla suspiro con cansancio, toda esa actividad física la tenía exhausta. Camino un poco más siento como su cuerpo ya comenzaba a dolerle, sobre todo las piernas y brazos que era donde más tenía rasguños y cortes. Sintiendo que necesitaba un respiro se recargo en el tronco de un árbol donde se permitió cerrar los ojos, tomo varias respiraciones profundas dejando que la adrenalina que la había acompañado momentos antes dejara su cuerpo con eso llegó el dolor muscular.- Neteyam, ¿Estás ahí? - Andeyla hablo en voz alta sin realmente esperar una respuesta, como si lo hiciera para sacar aquel incómodo sentimiento que había empezado a acomularse en su pecho. - Lamento haber Sido tan cruel contigo...lamento haber insultado a tu clan, no creo que sean estúpidos, por el contrario los envidio de cierta forma. Parecen tan cómodos unos con otros simplemente como si pertenecieran allí, supongo que me dan celos - confesó la chica al aire cerrando sus ojos. Una imagen llegó a su mente como un flash. Sus días en la base sintiéndose asustada por ella y sus hermanos.
- Yo no quiero lastimar a nadie - dijo Andeyla de 7 años, la habían puesto en una batalla cuerpo a cuerpo con su hermano Euntu, pero ella se había rehusado a lastimarlo - Somos hermanos, somos navi, debemos permanecer unidos. ¿Por qué pelear?- la niña repetía las mismas frases que su mentora solía repetirle, ella verdaderamente las creía.
- Debes pelear. Pelearas con más salvajes afuera, debes destruirlos matarlos- le gritó el sargento Jonh, el encargado del proyecto navi, él era el que dirigía sus entrenamientos y monitoreaba sus avances.
- Pero no quiero hacerlo, soy una de ellos. - dijo la niña mientras jugaba nerviosamente con sus manos.
- No - grito Jonh acercándose a ella con evidente furia. Andeyla se encogió de miedo temiendo ser reprendida de nuevo - ¡Tu eres lo que yo te hice!

HIJA DE DOS MUNDOS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora