Ambos jóvenes llevaron a sus pali cerca de unas flores dónde estos comenzaron a lamer el néctar. Después de la carrera debían estar agotados, así que lo mejor sería dejarlos descansar. Una vez dejaron a las criaturas cómodas Neteyam los guío hacia una parte del prado donde grandes árboles se alzaban, tan altos que parecía que tocaban el cielo. Andeyla no dejaba de deslumbrarse por lo bello de la naturaleza.
Al adentrarse entre los árboles vieron que otros navi andaban por ahí cortando frutos y hierbas que crecían cerca de las raíces de ciertos árboles.
- Aquí recolectamos frutas - explico Neteyam acercándose a un árbol delgado dónde colgaban frutos de un color rosado intenso con rayas moradas, lo que parecían ser hojas largas cubrían la fruta. Neteyam pelo la cascara dejando una parte que era de dónde la sostenía para evitar manchar sus manos del néctar. Lo extendió había Andeyla que sin pensarlo mucho lo tomo- también recolectamos ciertas hierbas medicinales, algunas frutas también ayudan con eso. Cómo cuando me lastime el brazo en la caída - Andeyla asintió haciendo entender que estaba atenta a la conversación. Neteyam hizo una seña con su cabeza apuntando hacia la fruta que seguía en las manos de la navi - pruébala, te gustará- Andeyla bajo su mirada hacia la fruta, nunca había comida una antes, todo lo que las personas del cielo les daban era extraña comida procesada o energizantes que los mantenían activos. Con cierta curiosidad la chica acercó la fruta a sus labios, en la primera mordida noto un sabor dulce, fue como una fiesta de sensaciones en su boca, una que nunca antes había experimentado.
- Es increíble - dijo la chica con emoción dándole otra mordida, está vez con más confianza. Su cola moviéndose detrás de ella con satisfacción ante las nuevas sensaciones - es deliciosa - Neteyam sonrió al ver a la chica tan entusiasmada comiendo la fruta, ella no paro hasta que lo único que quedó fue la cáscara, no pudo evitar reír al ver cómo habían quedado ligeras manchas alrededor de la boca de Andeyla.
- Me alegra que te haya gustado - dijo Neteyam - es mi favorita - llevó su mano a su boca señalando en el mismo lugar donde la navi tenía manchado - te quedó un poco ahí - rápidamente Andeyla comenzó a limpiarse con sus manos, aparto la mirada un tanto avergonzada, debía parecer una niña actuando de esa manera.
- Sí, gracias. Yo realmente nunca había probado nada como eso- Andeyla miro a si alrededor notando como algunos navi la miraban con curiosidad mientras que otros estaban concentrados en sus tareas, había adultos y niños, todos trabajando juntos como un equipo.
- ¿En serio? Entonces te encantará este lugar. Hay todo tipo de frutas. Ven, hagamos una recolección - Neteyam tomo la muñeca de Andeyla llevándola más profundo en el bosque, había todo tipo de vegetación, arbustos llenos de frutas, algunos árboles y ramas altas que crecían desde el suelo, era todo muy colorido y había personas en cada uno recolectando las frutas y poniéndolas en cestas. Andeyla aparto su vista del paisaje notando que una vez más Neteyam la había tomado de la muñeca y volvía a arrastrarla por todo el lugar, si hubiera Sido antes se habría molestado y le habría gritado, pero ahora le parecía incluso hasta divertido, como si el navi ni siquiera se diera cuenta de lo que estaba haciendo.
Neteyam avanzo hasta un grupo de mujeres que parecían estar charlando de algo, Andeyla no podía entenderlo del todo ya que no era muy buena en el idioma navi, el comandante Jonh nunca les dejaba hablar esa lengua, así que había olvidado la mayoría de ella con el tiempo.
Las mujeres miraron a Neteyam y tuvieron una conversación, las navi incluso rieron ante un comentario que hizo el omaticaya. La navi se sintió fuera de lugar por un momento, no saber la lengua comenzaba a ser un problema. Las navi le tendieron una cesta al omaticaya después estos se despidieron y Neteyam volvió a arrastrar a Andeyla por el camino.
- ¿Qué pasó allá? - preguntó Andeyla poniéndose a la par del omaticaya.
- Les pedí prestada una cesta, para que pudiéramos recolectar también - explico el joven mostrando el objeto a la chica.
- ¿Y por qué no comenzamos a recolectar ya?- preguntó Andeyla como si fuera obvio.
- Hay muchas personas, además hay un árbol que da el fruto favorito de Tuk, quiero llevarle un poco- Andeyla tuvo que tomarse un momento para recordar quién era Tuk, no era muy buena con los nombres.
- Neteyam...
- ¿Sí?- el omaticaya estaba muy concentrado en ir hacia ese árbol en específico, era el más grande de todos allí y a su alrededor había muchos otros de dónde también podrían recolectar. Estaba tan metido en eso que solo el jalón que sintió cuando la chica se detuvo logró sacarlo de su mente.
- Puedo caminar sola...- fue ahí cuando el navi noto que había estado tomando a Andeyla de la muñeca todo ese tiempo sin darse cuenta. Sintiéndose lleno de vergüenza soltó a la chica apartando su mirada con timidez.
- Lo siento. No me di cuenta - dijo el chico rascando su cabeza con nerviosismo. Ahora entendía porque esas mujeres lo miraban con cierta burla y sobre todo la risita que le dedicaron después.
- Sí, parece que ya es una costumbre tuya- dijo Andeyla mirándola con diversión siguiendo su camino junto al navi.
Al llegar lo primero que hicieron fue trepar el árbol ya que la fruta favorita de Tuk crecía en la copa del árbol. Una vez arriba ambos juntaron varias para llevarlas en la canasta, Neteyam le dijo el nombre de la fruta y le explicó que solo crecía en zonas específicas por eso no había otro árbol como ese en toda la pradera. De ahí pasaron de árbol en árbol recolectando, el omaticaya le enseño sobre todas las frutas, cuáles eran comestibles, cuáles no, cuáles usaban en rituales, cuáles eran medicinales. Por qué cada tipo de frutas tenía ese color y las temporadas en las que solían crecer. Fue interesante, pero lo que más disfruto la navi fue probarlas, realmente amo el dulce néctar de cada uno, había terminado con el estómago lleno cuando terminaron el recorrido.
En ese momento se encontraban sobre una rama observando el horizonte, eran solo ellos dos frente a un bello paisaje, desde ahí se podía ver todo el prado, incluso veían a uno que otro navi que ya iba de regreso a la aldea.
- Ya sé que quiero como deseo por mi victoria - dijo Neteyam rompiendo el cómodo silencio. Andeyla lo miro de costado preguntando de que rayos hablaba el navi, este debió notarlo porque aclaro - la carrera.
- Ah sí - había estado tan concentrada en la fruta que había olvidado ese acontecimiento - ¿Qué es lo que quieres?
- Quiero saber qué es lo que pasó con las personas del cielo. Quiero conocer tu historia.
- Creo que esa ya la sabes - dijo Andeyla poniéndose tensa ante aquel tema.
- Sé lo que mi padre leyó de los registros, pero siento que me pierdo de mucho. Realmente me gustaría saber cómo fue para ti, para tus amigos. - Andeyla suspiro sabiendo que algún día tenía que contarlo, era algo inevitable si quería seguir adelante y dejar el mal tiempo atrás.
- ¿Qué es lo que sabes exactamente?
- Sé que fueron raptados 5 niños de diferentes tribus, tú fuiste la única del clan Ni'awve. Los entrenaban para ser soldados. - resumió Neteyam lo que había escuchado de sus padres. Andeyla suspiro mirando al horizonte con lo que parecía tristeza.
- En realidad es mucho más que eso. - Andeyla recordó aquellos días en dónde la RDA los capturó, había sido hace tiempo y al ser de las más pequeñas sus memorias estaban borrosas, pero había una que estaba muy presente en su mente - Nosotros éramos 4 niños en realidad, pero hubo un tiempo en el que sí fuimos 5, yo no era la única niña del clan Ni'avwe que ellos tomaron - Neteyam la miro con atención sorprendido de la nueva e inesperada información, pero ¿Por qué Andeyla decía que eran 4 niños? ¿Qué paso con el quinto navi? - La RDA nos tomó de nuestras tribus cuando éramos muy jóvenes haciéndonos creer que ellos nos habían abandonado, que nos habían dejado a nuestra suerte. Los más jóvenes llegamos a creerlo poniéndonos del lado del director Jonh Mercer, pero los más grandes se revelaban en creer esa idea. Su objetivo era entrenarnos, enseñarnos sus formar, lavarnos el cerebro para que después lográramos infiltrarnos en territorio navi y así convencer a los nativos de cooperar con las personas del cielo...
- ¿Quién era el quinto niño? - preguntó Neteyam, aquello parecía más profundo y oscuro de cómo lo había imaginado originalmente. Andeyla lo miro, sus ojos tristes y sus orejas pegadas a su cráneo le dijeron que aquello era muy doloroso para ella.
- Era mi hermana mayor...
- ¿Qué pasó con ella? - preguntó dudoso el navi notando que era la primera vez que Andeyla la mencionaba, siempre había estado preocupada de encontrar a sus amigos y a su mentora, pero nunca había mencionado a ninguna hermana.
- Fue hace mucho tiempo, antes de que la gran guerra empezará, algún tiempo después de ser raptados por la RDA. Ella era la más rebelde de todas, tenía alma de líder y sabía que las personas del cielo mentían. Ella quería devolvernos a nuestro hogar. Nuestra mentora trato de mantenerla bajo control, pero fallo y fue cuando todo empezó a ir mal....
Andeyla podía recordarlo como si fuera ayer:
Aquel día estaban en clase como de costumbre, normalmente iniciaban sus mañanas con un rápido desayuno, preparación matutina y después solían dejarles un tiempo para estar entre ellos, les daban libros y herramientas humanas para que se familiarizaran con ellas, hasta empezar la clase que impartiría su mentora y otras profesoras humanas acerca de los modos en que las personas del cielo hacían las cosas. Esa mañana fue diferente, después de desayunar los llevaron directo al salón de clases dónde todos tomaron sus respectivos lugares, ella al ser de las pequeñas se sentaba hasta enfrente, mientras que su hermana Aha'ri se quedaba en el asiento justo detrás. Ese día Andeyla había llevado el collar de canciones con ella, tenerlo cerca la hacía sentir tranquila y la ayudaba a concentrarse. El director Mercer le había permitido conservarlo ya que solía pertenecer a su madre, pero solo podía tenerlo en su dormitorio, ese día lo llevo con ella pensando que no habría problema alguno, después de todo no le hacía daño a nadie y como su mentora dijo que tendrían una clase especial lo vio prudente.
Su mentora entro con una sonrisa saludando a todos los niños allí, coloco una mano suavemente sobre la cabeza de Andeyla que sonrió ante el gesto cariñoso.
- Buenos días, mis niños. Sé que podría sorprenderles esta clase especial, pero el día de hoy quiero compartirles la razón del por qué nos han traído hasta aquí - comenzó a hablar si mentora. Usaba ropa de las personas del cielo como todos ellos ahí, pantalón color caqui, una camisa blanca de botones y el característico logo de la RDA a la derecha de su pecho. - esto es para que tengan claro el objetivo de aprender todas estas nuevas cosas y lo beneficioso que será para ustedes. Para todos nosotros. - la mujer extendió los brazos englobando las palabras. - estamos aquí para aprender de los humanos, sus formas, su tecnología, su lengua, para así tener conocimiento de ambos mundos y poder beneficiar a este mundo y al otro con sabiduría, convertirnos en un equipo. Y al completar su formación como embajadores - Andeyla miro el collar de canciones que estaba en su mano al notar como Aha'ri había empezado a tararear la canción típica de su tribu, ella no recordaba mucho, pero su hermana Solía cantársela en las noches para dormir, le daba paz escucharla, la hacía sentir como en casa. - su misión será la de contactar con los clanes navi y ayudarnos a...- en eso la puerta del salón se abre dejando entrar al director Jonh Mercer, este usaba su máscara de oxígeno junto con su típica cara que solo expresaba impaciencia y enfado, era aterrador. Su mentora lo escucho entrar, sus orejas bajaron ligeramente antes de terminar su oración - formar alianzas...¿Hay alguien que sepa cómo proceder? - su mentora se acercó a Aha'ri, pero la niña se limitó a tararear aún más alto la canción. - Aha'ri - regaño la mujer a la niña, levantando una de sus manos en señal de que debía guardar silencio. No quería que se metiera en problemas...otra vez.
- La RDA puede compartir sus medicinas y tecnologías - dijo Teylan levantándose de su asiento. Teylan era un niño de la misma edad que Andeyla, ellos dos eran los más cercanos debido a sus edades, también eran los que menos recuerdos tenían antes de ser llevados lejos de sus tribus. Teylan llevaba un pantalón verde con una camisa azul, en su cabeza adornaba una gorra del mismo color, él parecía adorarla ya que nunca se la quitaba.
- Una gran respuesta Teylan - felicitó Jonh Mercer al niño que estaba a unos metros delante de él. Al igual que Andeyla, Teylan se sentaba en los asientos de enfrente.
- Director Mercer, a petición suya hemos repasado la misión TAP - dijo Alma, como era conocida su mentora por las personas del cielo.
- ¿Por qué los navi querrían aliarse con ustedes?- preguntó Aha'ri con evidente hostilidad. La chica era la mayor del grupo por lo que era la que mejor recordaba su vida fuera de la base.
- Aha'ri - una vez más su mentora la mando a callar, pero la niña apenas e hizo caso.
- Alma - habló el director Jonh haciendo callar a su mentora. La mujer se apartó de la niña yendo hacia Teylan dejando el camino libre para que el hombre pasará. - Tú no tienes idea de cómo es la vida afuera, Aha'ri. - dijo acercándose a la niña que lo miraba con el celo fruncido. Es implacable. - el hombre paso su vista al otro alumno que se encontraba enseguida de Aha'ri iniciando así si recorrido por las mesas - los encontramos de niños cuando sus clanes los abandonaron. Y les dimos un futuro. - el hombre movió sus manos dándole énfasis a sus palabras. - Un propósito.
- Nuestro clan nunca nos abandonaría - abogó Aha'ri no creyéndose ni una palabra que el director estaba diciendo.
- Aha'ri, hermana para - hablo Andeyla en navi extendiendo la mano en la que llevaba enredada el collar de canciones hacia ella. No quería que volviera a discutir con Mercer, no quería que se metiera en problemas de nuevo. Hacerlo fue un error ya que el director noto el collar acercándose a ella señalando lo que tenía en su mano.
- Se te permitió conservar esa baratija con la condición - Andeyla miro el collar apretándolo en su mano asustada con la idea de que fuera a quitárselo. - de que no saliera de tu cuarto - el hombre se plantó frente a ella, parecía molesto, como siempre. El hombre asintió con disgusto al ver a la niña aferrándose al collar. Extendió su mano hacia ella con firmeza- Dámela.
Andeyla realmente no quería hacerlo, pero la dura mirada sobre ella la hizo dudar. Apretó el collar en su mano contra su pecho mirando con suplica al director, sin embargo, este no cambio su postura. Andeyla estaba a punto de dárselo para evitarse problemas cuando su hermana salto sobre la mesa tomando el collar de su mano antes de que pudiera entregarlo al director Mercer. Aha'ri tomo con su mano libre la muñeca del director sosteniéndola en alto para evitar que este tocara a su hermana menor.
El director intento jalar su brazo, pero Aha'ri era más fuerte sosteniéndolo en su lugar evitando que se moviera. Podían ser niños, pero seguían siendo mucho más grandes que las personas del cielo y mucho más fuertes.
- ¡Era se nuestra madre! - dijo Aha'ri con molestia sin dejar de forcejear con el director - no es una baratija.- apretó el collar en su mano con rabia sin dejar de mirar al director a los ojos - No sabes siquiera qué es un collar de canciones.
- Aha'ri - dijo Jonh Mercer aparentando tranquilidad volviendo a intentar jalar su brazo sin mucho éxito- solo es un cordón roto. Sé que es un mal trato, pero debes asimilar que tu madre las abandono.
- ¡Mentira! - exclamó la navi con enojo. Dejo ir la muñeca del director, pero la amenaza estaba ahí. Ella no se daría por vencida y ese mensaje le llegó claro a John Mercer. Ambos se miraron unos segundos, ninguno estaba dispuesto a retroceder. Finalmente el director aparto la mirada hacia Andeyla dándole a la niña escalofríos.
Jonh Mercer retrocedió pasando su mirada por todos los niños no queriendo perder autoridad entre ellos.
- Conoces las normas- habló alto para que todos lo escucharan - nada de contacto. Se quedan sin cenar - y con eso se dio media vuelta dispuesto a marcharse.
- Director Mercer....- hablo Teylan apresurado queriendo hacer cambiar de opinión al hombre, pero este golpeó con fuerza la mesa enseguida de él haciendo callar al niño, varios de ellos dieron un brinco del susto, Andeyla se agacho ligeramente detrás de su escritorio sus orejas agachados, ella realmente odiaba cuando esas cosas pasaban.

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HIJA DE DOS MUNDOS.
FanfictionPerdida en su propio mundo, una navi deberá aprender sobre lo que es ser parte de su planeta, olvidar lo que algunas vez aprendió y permitirse abrir su corazón a las nuevas posibilidades que Pandora le ofrece. Sin embargo, este camino es oscuro y ll...