¿Quién soy yo?

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- Tsahik - Andeyla llegó corriendo a dónde estaba la gran madre preparando unos remedios, al verla la mujer dejo aquello de lado extrañada por la inesperada visita.

- Ni'awve, estás aquí. Algo me dijo que te vería hoy - dijo Mo'at yendo hacia donde estaban sus hierbas para buscar una en especial.

- Tuve un sueño - Andeyla solía ir con la mujer a aprender haciendo que naciera una confianza entre ambas, ella era la que más le explicaba de Eywa y todo lo que simbolizaba. La navi aún no se había conectado al árbol de las almas, pero todo navi llevaba a Eywa con ellos como la gran madre llevaba a todos sus hijos con ella. - Era una especie de flor gigante de la que salían estos lazos brillantes - comenzó a explicar la chica. Al despertar de ese sueño se había sentido realmente extraña, más que un sueño parecía un recuerdo que había vivido hace mucho tiempo, por lo que todo era muy borroso y confuso. - y después una luz...

- Soñaste con tu primera comunión con Eywa- explico la Tsahik sin mirarla sacando un par de hierbas de los cuencos. - La flor que mencionas era lo que es para nosotros el árbol de las almas, fue el sitio más sagrado para el clan Ni'awve - Andeyla se acercó al fuego dónde la Tsahik parecía hervir el agua. La mujer se dió media vuelta echando las hierbas al agua antes de tomar asiento frente a la joven.

- Es la primera vez que sueño algo como eso, ¿Qué crees que signifique? - preguntó Andeyla, su cola balanceándose suavemente detrás de ella.

- La gran madre actúa de maneras misteriosas, quizá quiso darte un recordatorio de cuál es tu camino - la mujer revolvió las hierbas en el agua notando que ya habían comenzado a soltar su esencia pintando el líquido de un ligero color rosado.

- ¿Y cuál es ese? - preguntó Andeyla sintiendo que aquella conversación le sacaba más dudas que respuestas - quizá tenga que ver con mis amigos, puede que estén allá, ¿No es cierto?

- La voluntad de Eywa no puede interpretarse a tu conveniencia - Mo'at volvió a levantarse tomando una flor que tenía en su almacén de hierbas. Andeyla la miro curiosa preguntándose qué estaría haciendo.

- Entonces, ¿Cómo debo interpretarla?

- Ese es mi trabajo, no el tuyo ¿Quién es la Tsahik aquí? - dijo la mujer mirando a la chica sobre su hombro.

- Eso es mejor, así podrías decirme qué debo hacer - Mo'at suspiro negando ligeramente con si cabeza.

- ¿Quién eres, Andeyla?- preguntó sosteniendo la flor que había tomado entre sus manos dando pequeños pasos hacia la joven.

- Tu sabes quién soy, acabas de decir mi nombre- dijo la chica confundida por el cambio repentino de tema, ¿Qué tenía que ver una cosa con la otra?

- Ese es tu nombre, no quién eres, ahora te estoy preguntando, ¿Quién eres? - Andeyla se quedó en silencio, su mente en blanco incapaz de pensar en una respuesta para esa pregunta. - Los navi son definidos por sus acciones - siguió hablando Mo'at al ver la confusión en la cara de la navi. Camino suavemente rodeándola, mirándola de cerca muy cuidadosamente, podía verse como una navi, pero ¿Realmente era una? - Has estado aprendiendo nuestras formas, pero ¿Realmente lo has hecho?

- Me he esforzado para...

- No es cuestión de esfuerzo. No somos solo lo que vez en una clase. - interrumpió Mo'at poniéndose enfrente de la chica - pruebas nuestra comida, pero no sientes los sabores, hablas nuestra lengua, pero solo traduces de la lengua alienígena, recorres nuestros senderos, pero no sientes la tierra bajo tus pies, bailas nuestras canciones, pero tu voz permanece muda para cantarlas - dijo la mujer alzando una mano hacia la chica siguiendo la silueta de su rostro sin llegar a tocarla- ¿Qué es lo que te impide dar ese paso? ¿Qué encadena a tu corazón que no te deja avanzar? - una vez más la navi quedó muda, bajo la mirada a sus pies pensando en las palabras dichas por la Tsahik.

HIJA DE DOS MUNDOS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora