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Una mañana de un martes, a eso de las 8:50am, Raúl estaba en la fila de la cafetería cerca del edificio empresarial esperando su turno para ordenar el café de aquel alfa, que a partir de ahora era su enemigo.
Lo odiaba, lo detestaba, no podía abusar de él de aquella forma, el solo estaba allí por una pasantía.

Café americano de tamaño grande con tres shots de vainilla, y no podía olvidarse del hielo, era lo único que su mente recordaba en aquel momento, su mente debería estar recordando todo lo que le enseñar sobre el diseño en la empresa ayer, pero no, todo su día estuvo repleto de rencor y no pudo recordar absolutamente nada.

- ¡Hola! En que pue- Habló un chico beta que se encontraba tomando la orden de Raúl detrás del mostrador.

- Un café americano de tamaño grande con tres shots de vainilla y hielo. - Dijo de una manera rápida pero cansada, sabia que su orden tan repentina podía sonar ofensiva para el beta, pero este solo sonrió y asintió.

- ¿Un nombre para la orden?

- Raúl. -

No iba a decir el nombre de su jefe, eraR Raúl quien se tomaba la molestia de ir a buscar el café, entonces su nombre debía estar ahí, su jefe era un imbécil y ya. Una vez su orden fue llamada, Raúl sonrió y tomó el café entre sus manos, se despidió con amabilidad y salió de la cafetería con rapidez.

Entró al edificio corriendo con aquel café, Nieves parecía tener la intención de llamar a Raúl y preguntarle porque corría, pero el omega no prestó atención y siguió corriendo hasta el ascensor. En el ascensor, habían dos alfas junto con Raúl, que, para el gusto del omega, sus olores eran demasiado fuertes y hacían que su nariz se arrugue.

Raúl apretó el botón del piso que recordaba como el piso del vicepresidente.

- ¿Que hace un niñato omega como tú yendo a ver al vicepresidente? - Preguntó uno de los alfas con una sonrisa de lado, una sonrisa malvada. Se sabía perfectamente que el piso 28 era el piso del vicepresidente y solo de él, por eso era evidente si estabas yendo a ver a este o no.

- ¿No lo ves? Le lleva el café a Borja, es su putita. - Le respondió el otro alfa entre risas, y ambos comenzaron a reír, burlándose del omega.

El omega apretó con fuerzas el vaso entre sus manos, intentando guardar la rabia que le daba aquellos alfas burlándose de él, quería golpearlos, pero sabía que terminaría mal.

Finalmente, los alfas bajaron en el piso 26, que Raúl conocía como un piso de reuniones, y el ascensor siguió su rumbo hacia el piso indicado por el omega.
Cuando el omega llegó al piso 28, salió del ascensor de cristal y comenzó a caminar a la puerta de la oficina del vicepresidente. Tocó la puerta, pero esta vez, tuvo que tocar unas 6 veces para que el alfa le permitiera pasar.

Cuando el omega entró a la oficina del alfa, ninguno de los dos habló, solo se miraron hasta que Raúl dejó el café de su jefe en su escritorio, para luego darse media vuelta y marcharse.

- Raúl. - Escuchó el omega a sus espaldas, este solo guardó silencio hasta que el alfa dijera lo que tenía que decir.

- No pones tu nombre en la orden, ¿que esperas que piensen los demás cuando vean otro nombre en mi cafe? -

- Que usted no es capaz de buscar el suyo. - Salió de los labios del omega, y este último no tenía idea como es que había dejado escapar eso, pero lo había dicho y sentía la mirada penetrante del alfa en su espalda.

- Raúl. - El alfa había utilizado una vez fuerte, de regaño hacia el omega, conocida como voz de mando, que Raúl conocía a la perfección.

- Lo siento. - Se disculpó el omega. - Me haré cargo de que no vuelva a pasar, señor. - El alfa suspiró con un poco de odio.

- ¿Porque eres así? - Se escuchó por parte del alfa, sorprendiendo por completo a Raúl.

- ¿Así como? - Preguntó Raúl, finalmente dándose la vuelta y mirando al alfa a los ojos, que él omega no aceptaba, pero eran los ojos más hermosos que había visto.

- Tan desobediente.

Raúl no supo que responder, así que sólo suspiro y se encogió de hombros, bajo la mirada atenta y mortal del alfa.

- Puedes marcharte, Raúl. -

El omega obedeció y salió de la oficina del alfa, estaba un poco confundido, pero se había dado cuenta que era diferente, al menos para los ojos del alfa, este parecía no haber visto a alguien como Raúl nunca. El omega sonrió sin darse cuenta, le gustaba ser desobediente.

- Cuando mi pasantía terminó, salimos a caminar un rato, resultó llamarse Samuel De Luque, y trabaja en una empresa de Arquitectos muy buena, me dio su número. - Relataba Rubén con una sonrisa que era imposible borrar de su rostro, estaba como loco enamorado.

El horario de pasantía del martes había finalizado al fin, Raúl y Rubén se reunieron en un restaurante para hablar de cómo les había ido en sus primeros dos días, y  a diferencia de Raúl, a Rubén le había ido de maravilla, y ya estaba interesado de un alfa, aunque claro, en la posición de Rubén y con el odio que le tiene a los alfas, era muy difícil que aquello llegara a más.

- A mi me va bien, mi supervisor se llama Miguel Ángel, pero me ha dicho que le diga Mangel, la secretaria también es muy mona, y me sonríe siempre que entro. - Relataba ahora el omega, contando la buena parte de su pasantía. - Aun así, no puedo sacarme a este Borja de encima, le odio muchísimo. -

- ¿Borja Luzurriaga? -

- ¿Como sabes su apellido?

Rubén se levantó de la mesa donde ambos estaban sentados de un tirón, parecía que iba a escupir el pan de cortesía que había comido hace unos minutos, muchas miradas fueron a él, pero el enfocaba su mirada en Raúl, sorprendido.
Raúl tomó la mano de Rubén, indicándole que se sentará, a Raúl le daba vergüenza llamar la atención, y su amigo lo estaba haciendo.

- Borja Luzurriaga, es uno de los chavales más conocidos del país. - Comenzó a relatar nuevamente el omega rubio. - Es dueño de la empresa MetaDesign, o bueno, su padre lo es, pero el es el próximo heredero, todo el mundo muere por alguien como Borja en su vida, es conocido como el chico más bello de toda España. - Rubén pausó para respirar, pero se le notaba muy emocionado. - ¿Estas yendo de pasantía a MetaDesign? ¿No es muchísimo dinero?

- Mi madre me dijo que ella cubriría los gastos, sabes como es con el buen futuro y todo eso.

- Ten cuidado con Borja, no querrás meterte en su camino.

- No, si ya lo he hecho.

Bossy Boy !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora