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- Reborn, un gusto.

El omega le dedicó al alfa frente a él una sonrisa débil, en la que se notaba su tristeza. Pues no estaba de humor para sonrisas divertidas ni dulces, estaba triste, estaba roto por dentro, pensando en Borja y en su traición, en como lo engañó y no le dijo nada desde el principio. Raúl estaba tan enfadado por haber confiado ciegamente en Borja, se sentía un idiota que sólo seguía a quien le demostrara un poco de afecto.

- ¿Porque lloras? - Fue la frase que sacó al omega de sus pensamientos, mirando al alfa castaño que se paraba frente a él, quien había hecho la pregunta y parecía tanto preocupado como confundido.

- Nada, no es importante. - Dijo Raúl, dedicándole una sonrisa un poco más dulce al alfa. Aun así, Raúl no tardó en arrugar su nariz al sentir el fuerte olor a cigarro que provenía del alfa, justo como Borja arrugaba su nariz cuando Raúl olía tan dulce. Reborn no había notado como al omega le molestaba su cigarro, pero cuando lo notó, apagó su cigarro de inmediato.

- Lo siento, tuve que haber sabido que te molestaría. - Se disculpó el alfa, manteniendo una postura seria pero amigable, que el omega agradecía.

- ¿Porque? ¿Como te hubieras dado cuenta? - Preguntó el omega curioso, no entendía porque el alfa había dicho "tuve que haber sabido" ¿que era tan obvio en el?

- Hueles muy dulce, a los omegas con un olor tan dulce les suele molestar los olores como el del cigarro.

- Ah, ya.

- Ven, Raúl, te servirá un paseo. - Ofreció el alfa finalmente, aún manteniendo el tono serio. El alfa le extendió la mano al omega como si fuera un príncipe como los de los cuentos de hadas. Raúl sonrió, en verdad quería estar solo y pensar, pero Reborn parecía un buen hombre, y nada lo podía hacer sentir peor de como ya estaba, tal vez distraerse era lo mejor.

- ¿Porque el planeta tierra se llama planeta tierra si es agua en su mayoría? - Preguntó el omega al alfa a su lado, quien parecía no entender de dónde era que el omega sacaba esas entupidas preguntas. El alfa bufó, pensando en una respuesta.

- Probablemente no sabían que había tanta agua para ese entonces. - Asumió Reborn, pero la verdad, es que no tenía idea de la respuesta, solo le gustaba responder a las dudas del omega con algo, ya que el omega parecía emocionarse al conseguir una respuesta.

- ¿Existe alguien en el mundo físicamente idéntico a mi? - Preguntó el omega, y Reborn en vez de responder, se encogió de hombros, esa si que no lo sabia. Raúl río, y luego se quedó callado un rato.

- ¿Me dirás porque estabas llorando cuando te encontré? - Preguntó Reborn, acomodándose en el banco donde estaban sentados, teniendo cuidado de no molestar a Raúl, ya que el omega tenía su cabeza apoyada sobre el regazo de Reborn.

- Han pasado como cuatro horas desde qué pasó eso, supéralo Renato - Dijo el omega en un tono fastidiado pero divertido. Reborn frunció el ceño, y cuando el omega lo vio, suspiró. - Vale, bien, pero es una larga historia.

Y de un momento al otro, el omega se encontraba contándole a Reborn todo, desde que se había chocado con Borja ese día en la calle, hasta que este apareció en su casa para decirle que estaba en un matrimonio y no quería seguir con la relación amorosa que tenían. Raúl iba relatando cada parte con detalle, a veces pausando para contar cómo se sentía con respecto a aquello, y otras veces para suspirar y pensar en lo mucho que extrañaba a Borja. Reborn escuchaba todo, no interrumpió al omega ni una sola vez, porque sabía que eso no ayudaría en nada.

- Vale, si es una larga historia. - Dijo el alfa cuando el omega terminó de relatar toda la situación. - Pero al menos te sirve como lección de vida. - El omega suspiró, no quería una lección de vida, quería a Borja.

Bossy Boy !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora