Capítulo 24

12 7 2
                                    

Finalmente, llegó el día, parecía ser un buen día, la luz del sol se reflejaba en el cristal, iluminando mí rostro, no podía dormir así, por lo que decidí levantarme. Me vestí y bajé para desayunar. Estaba desayunando en la cocina cuando llegó Ásura.

-Buenos días Vale-dijo agarrando una rodaja de tomate, para comérselo.
-Buenos días Ásur-dije sonriendo.
-Está todo listo para descubrirla?.
-Sí, más tarde nos reuniremos en la biblioteca para planear todo.
-Muy bien.
-Qué es lo que planean?, si se puede saber-dijo Esmeralda.
-No, no se puede saber-dije.
-Bueno, tarde o temprano lo descubriré.
-De eso puedes estar muy segura-respondí retándola con la mirada.

          ****************

Sebastián tenía curiosidad por saber en que había estado ocupada en toda la noche, descubrió el pasadizo dentro de la biblioteca y encontró 3 frascos de vidrio.

Estos contenían 3 pociones, pero no tenían nombre, ni algo que las identificara, porque obviamente yo sabía cual era cual. Sin embargo, nada resultó bien, él estaba mirando las pociones, agarró la que no debía de agarrar, y el frasco terminó en el suelo, rompiéndose por completo.

Las demás pociones nesecitaban que alguien las bebiera para hacer efecto, al igual que nesecitaban que otra persona dijera el hechizo, pero esta no, por suerte o por desgracia, unas gotas cayeron sobre la muñeca de Sebastián y como si fuese poco, leyó el hechizo que aparecía enmarcado en el libro.

El hechizo ya estaba sobre Sebastián, durante un día, todo lo que yo le preguntara, me lo respondería con la verdad pero además, tendría 3 oportunidades para ordenarle hacer algo y él inmediatamente lo haría.

Las otras dos pociones eran sin importancia, una era parecida a una bebida energética y la otra era para tranquilizar esa energía.

Después de sucedido todo eso, entré al lugar de los hechos pero Sebastián ya no estaba, miré los vidrios rotos y supe que era la poción para la verdad. Luego Ásura entró preguntando:

-Vale, ¿qué sucedió aquí?.
-Alguien rompió la poción.
-Crees que fue Esmeralda?.
-Podría ser, pero no hay seguridad de eso.
-Entonces, ¿qué haremos?.
-Por ahora, aplasaremos las cosas, hasta que cree una nueva.
-Cómo sabremos quien la rompió?.
-Ahora vuelvo, nesecito comprobar algo.

Corrí hacia mí cuarto a toda prisa, agarré el libro del estante y lo leí, esperando a que contara lo que había sucedido, pero no decía nada. Estaba en blanco, después de hasta donde leí, no había nada escrito.

-Valeria!-escuché a esa persona entrar-¿estás aquí?.
-Sí, aquí estoy-dije saliendo de mí dormitorio.
-Pasa algo, es que te vi corriendo-dijo Katalina.
-No, no pasa nada, solo corrí por correr.
-Menos mal, me preocupé, pensé que algo ocurría.
-No, tranquila, todo está perfectamente bien.
-Por cierto, ¿sabes por qué mí hermano está así?.
-Cómo está?-pregunté sospechando de él.
-No sé, responde de una manera rara, ay no, olvídalo, te dejo con tus cosas.
-Esta bien, nos vemos.

Será lo que me estoy imaginando, tal vez, Sebastián rompió el frasco. Debo de platicar esto con Ásura, así me dirá que hacer.

Corrí nuevamente, pero esta vez, hacia la biblioteca. Cuando llegué, ella me estaba esperando, leyendo un libro cualquiera de la biblioteca.

-Me tardé tanto así?, como para que te aburrieras.
-La verdad sí, pero bueno, dime.
-El libro no decía nada, pero según Katalina, su hermano tiene una actitud rara.
-Entonces, ¿crees que Sebastián lo hizo?.
-Sí, alomejor no intencionalmente, pero lo hizo.
-Bueno, puedes preguntarle, si está bajo el hechizo, dirá la verdad, y si no lo está, significa que no lo hizo.
-Tienes razón, iré ahora a su cuarto, y le preguntaré.
-Me cuentas que pasó-dijo Ásura muy risueña.
-Qué causa tanta risita?-pregunté poniendo cara de sospecha.
-Te digo cuando regreses.
-Okey, ahorita vuelvo-dije, para ir al cuarto de Sebastián.

Entré al cuarto, todo parecía tranquilo, Sebastián no se encontraba dentro, pero cuando estuve a punto de salir arrepintiéndome de hablar con él, entró:

-Valeria?, ¿por qué estás en mí cuarto?-preguntó con una mirada extraña.
-Nesecito saber algo- respiré profundo para preguntar- ¿tú rompiste el frasco con la poción?.
-Sí, lo hice, pero no fue intencional.
-Bien, te creo, pero....¿bebiste la poción?.
-No, solo me cayeron unas gotas encima.
-Es lo mismo, ay no, no-me dije en voz alta.
-De todos modos, ¿qué hace la poción?, ¿quién la hizo?, y ¿ para qué la hizo?.

No puedo decirle para que la hice, podría enojarse y enfrentar a Esmeralda.

-Es una poción para decir la verdad en todo momento, yo la hice, y fue solo por diversión, no debiste de entrar ahí, y mucho menos tocar nada.
-Lo siento, no sabía que pasaría algo así, por cierto, ¿qué pasaría si miento?.
-Supongo que sentirás como si tú cerebro explotara, no lo sé, aún no la pruebo.
-Deberíamos de comprobarlo, pregúntame algo.
-Qué pasa si te duele mucho?.
-Lo soportaré, solo salgamos de dudas, pregúntame algo que sepas que no es cierto.
-Mmm, podría ser algo como, ¿estás enamorado de mí?.
-Sí-al principio mí corazón latía normal, pero al ver que no sucedía nada me puse nerviosa.

¿ A qué se debe esto?, ¿Será que la poción no funciona?, o ....

Mis pensamientos fueron interrumpidos por la voz de Sebastián.

-Deberías de preguntar otra cosa, no podría mentirte con algo tan importante.
-Me-me estás diciendo que, ¿no mentiste?, ¿qué es cierto?.
-Sí, Valeria-agarró mis dos manos- al principio no lo sabía, nunca me había enamorado, pero ahora lo sé, estoy enamorado de ti.

¿Qué se supone que haga con esa información?, mí cerebro es el que va a  estallar.

-Valeria?, veo que estás algo sorprendida, discúlpame por decírtelo así, tómate el tiempo que nesecites, pero quisiera una respuesta.
-Sí estoy sorprendida, nesecito pensar y en cuanto aclare mis pensamientos, te lo diré.
-Esperaré cuanto sea necesario, en cuanto a la pregunta...
-Sí, la haré, ¿ te gustan las verduras?-dije interrumpiéndolo, ya que nesecitaba irme rápido.
-Sí, me encantan-era una mentira muy obvia, ya que los vampiros no comen verduras, en otro momento causaría gracia, pero no estaba de humor.
-Aich-dijo agarrándose fuerte la cabeza, cerré los ojos, comencé a romper el hechizo y finalmente el dolor desapareció.
-Listo, estarás bien, mañana el efecto de la poción habrá desaparecido, ahora me retiro.

Él solo asintió con su cabeza, se sentó en el sofá y yo salí cerrando la gran puerta, respiré profundo, coloqué mí espalda en la puerta y pensé:

¿Qué decisión debería de tomar?, ¿ me alejo para cuidar mí corazón de otra decepción?, o ¿ me arriesgo de nuevo?.

Las Palabras Tienen PoderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora