Las Palabras Tienen Poder

Capítulo 26

-Juan, el gusto es mío-dije y nos dimos un abrazo, abrazo que no le gustó a Sebastián, pero aún así no dijo nada.

Seguí saludando, y me encontré con Víctor al final.

-Señor Víctor, un placer volverlo a encontrar.
-Igualmente Valeria, pero no es necesario eso, me puedes tutear.
-Muy bien, Víctor.

Todos nos sentamos y Katalina se puso de pie para hablar:

-Pasemos a lo importante, sabemos que estamos unidos porque podríamos recibir un ataque, ¿qué haremos?.
-Lo primero es encontrar al enemigo y saber que trama, pero es prácticamente imposible-dijo Víctor.
-Es cierto, deberíamos de lanzar un hechizo de protección alrededor de la casa-planteó Iris.
-Ella tiene razón, pero, ¿alguien puede hacerlo?-pregunté.
-Tendrás que hacerlo tú, nadie más puede hacerlo-dijo Katalina.
-Esta bien, leeré algunos libros y lo haré-dije.
-Muy bien, después de hacer eso, ya solo queda esperar-dijo Víctor.
-Los llevaré a sus habitaciones, no hay muchas así que Juan y Luna en esta, Iris y Lara en aquella, Martín e Iván en la siguiente y Víctor en la última, ¿bien?-dijo Katalina indicando las ubicaciones de las habitaciones.
-No te preocupes, así estamos bien-dijo Iván.
-Bueno, los dejo, voy a mí habitación, si nesecitan algo, solo díganme-dijo y se marchó.

Todos se fueron a sus habitaciones, excepto yo, claro, estaba en la biblioteca buscando el libro de hechizos de protección.

-Sabía que estarías aquí-dijo Sebastián.
-Claro, nesecito hacer esto cuanto antes.
-Te ayudaré a buscar el libro.
-Está bien.

Pasamos un tiempo buscando hasta que Sebastián lo encontró.

-Aquí está.
-Muchas gracias, ahora saldré de la casa, lo haré ya, no me sigas, nesecito concentrarme.
-Vale, vale, no me acercaré por allá.

Estaba enfrente de la casa, dije el hechizo de protección varias veces, pero no funcionó, al principio me estaba sintiendo triste por no lograrlo, pero a medida que pasó el tiempo lo que sentía era rabia, estaba incómoda ya, así que lo grité y vi como una barrera con un tono algo azul se formó alrededor de la casa, como si esta estuviese dentro de una burbuja, luego dije los nombres de los que podían atravesarla en voz alta.

-Valeria, Katalina, Sebastián, Ásura, Arturo, Víctor, Martín, Iván, Iris, Lara, Luna, Juan.

Que absurdo, tengo que mencionarme como si fuese otra persona, cosas de los hechizos.

-Todos salgan!, nesecito comprobar que funciona el hechizo-grité como una loca.

Uno a uno, todos salieron, el hechizo fue todo un éxito, lancé una pequeña roca y no atravesó la barrera.

-Sabía que lo lograrías-me dijo Luna.
-Estoy muy feliz.
-Valeria, deberíamos de entrar, Luna no puede estar de pie mucho tiempo.
-Tienes razón Ásura, entremos.

Algunos nos reunimos en la sala mientras tomábamos algo de café, y Luna jugo de naranja.

-Cuándo nacerá el niño?-preguntó Sebastián, el cual no tomaba nada, por supuesto.
-Dentro de poco, podría ser en cualquier momento-dijo Luna.
-Puédes saber si es niña o niño?-preguntó Ásura.
-Así es, lo vi en mis sueños, es niño.
-Entonces tendremos un mini Juan-dije y todos sonreímos.
-La verdad, mí felicidad es inmensa-dijo Juan.
-Cómo lo llamarán?-preguntó Arturo.
-Aún no lo decidimos, pensamos en llamarlo Anthony o Luis-dijo Juan.
-No, definitivamente llámenlo Anthony, no quiero que ese niño tengo el mismo nombre que mí casi asesino.
-Tienes razón, después de todo, eres la madrina-dijo Luna.
-En serio?, ¡cuánto me alegra!.
-Lo que no sabemos es, si Sebastián quiere ser el padrino-dijo Juan.
-Por supuesto que sí, con mucho gusto.
-En medio de tantos problemas, tenemos una alegría-dijo Ásura.
-Tienes razón, ahora me voy a la habitación, estoy cansada-dijo Luna.

Juan la ayudó a levantarse pero cuando dio unos pasos al lado de él, le entraron las contracciones con mucho dolor.

-Luna, ¿qué pasa?, ¿crees que ya va a nacer?-pregunté nerviosa.
-Sí, va a nacer-dijo casi sin aire.
-Llévenla a la habitación y acuéstenla.

Los chicos la cargaron entre todos y la llevaron a la habitación, sacamos a todos de la habitación y solo nos quedamos, Juan, Ásura y yo. Las cosas en ese momento eran iguales que en el mundo humano, Juan agarró fuerte la mano de Luna, Ásura trajo lo necesario para el parto, después de un tiempo el niño nació, yo corté el ombligo umbilical y Ásura lo envolvió en una sábana para dárselo a Juan, él lo cargó con lágrimas en los ojos y luego Luna lo cargó.

Juan volvió a cargarlo y Luna al tener el poder de curar, se curó ella misma, en poco tiempo ya estaba como nueva.

Lo que son los poderes, cuanta diferencia en comparación con el mundo humano.

Ásura bañó al niño, Luna se fue a bañar y yo recogí las sábanas, para luego cambiarlas, Katalina llegó con las nuevas sábanas y entre las dos arreglamos todo.

-Listo, como nuevo todo-dije.
-La cuna cual se supone que es?-preguntó Katalina.
-Aquí está, la hicimos mientras nacía el niño-dijo Víctor con una cuna muy bonita, echa de cedro.
-Qué locura!-dije y no pude evitar sonreír al igual que Ásura, sin embargo Katalina y Víctor estaban muy serios,    " mirándose ".
-Bueno, puedes dejarla aquí al lado de la cama-dije y ahí la dejó.

Colocamos las sábanas, la mini almohada y además la mini colcha, dejamos todo listo y salimos de la habitación, dejando sola a la familia.

-Que lindo, ¿cierto?-me dijo Sebastián, pero sabía por qué lo decía, él moriría si tuviéramos un hijo, así que no puede.

Realmente no me importa eso, aunque seguro no esperas esta respuesta.

-Es lindo verlo, aunque a mí no me gustaría vivirlo, y ahora que tocamos el tema, espero que no tengamos diferencias-dije fingiendo ignorancia.
-No, no las tendremos, yo opino lo mismo-dijo abrasándome.
-Debo de irme a bañar, no huelo bien-en ese momento nos echamos a reír.
-Está bien, te dejo ir, pero antes nesecito algo.
-Nesecitas algo?, ¿será algo como esto?-pregunté y lo besé.
-Realmente nesecitaba hablar de algo después de que te bañaras.

Ay no, que vergüenza, ¿por qué pensé eso?.

-Bueno, cuando termine iré a tú cuarto para platicar-en ese momento corrí a mí habitación rápidamente.....