Capítulo 21

169 14 1
                                    

Capítulo 21

Era de madrugada cuando Elisa arribó a la estación Pennsylvania, frotaba sus manos en un intento por entrar en calor, pues había huido de su casa solamente con un ligero abrigo, esperando que el clima en nueva york fuera igual de favorable que en Chicago.

—Vaya hermanita ¿ni siquiera pudiste haber traído un abrigo decente?—dijo con socarronería Neil al ver a su hermana.

—A mí también me da gusto verte Neil—dijo con una sonrisa de medio lado Elisa.

—¿Esto es todo lo que traes?—exclamó Neil al ver la pequeña maleta que Elisa llevaba consigo—hermanita hoy sí que no fue tu día, el clima ha estado perfecto hasta el día de hoy.

—Anda deja de estar criticándome y vayamos a tu apartamento que aquí está helando—dijo Elisa abrazándose a sí misma.

—¿y qué crees que diga mamá al no verte en tu recamara?—preguntó Neil una vez dentro del auto.

—no creo que pueda hacer nada, y no creo que se humille pidiéndote a ti le ayudes a buscarme—respondió Elisa, pues para Sara Legan su hijo Neil había dejado de existir—no te preocupes hermanito que lo primero que hará mamá será quitar mi nombre de su testamento, tal y como lo hizo contigo.

—De eso puedes estar completamente segura—dijo Neil, pues sabía de lo que era capaz su madre cuando alguien la contradecía.

— ¿Aquí vives?—preguntó Elisa al llegar a aquel pequeño departamento, que aunque carecía de los lujos a los que ambos estaban acostumbrados, extrañamente resultó acogedor.

—búrlate Elisa, pero prefiero esto a seguir pegado a las faldas de mamá—respondió Neil.

—bueno, estoy segura nos las arreglaremos—suspiró Elisa—no te preocupes que mañana mismo buscaré un trabajo.

—Jajajajaja—rio estrepitosamente Neil, pues la palabra trabajo ligada al nombre de su hermana era algo difícil de creer— ¿y de que precisamente piensas trabajar?

—bue…no…—Elisa agachó la mirada, pues realmente cosas realmente útiles, no sabía hacer—estaba pensando, en pedirle trabajo a Archie, tal vez, como secretaria, o no sé.

—¿Y porque no vas con Mark?—sugirió Neil—tal vez él pueda conseguirte algún trabajo.

—¡Estás loco!—respondió indignada Elisa—no lo buscaré hasta que tenga un trabajo.

—y eso es porque…—dijo Neil tratando de entender a su hermana.

—porque no deseo que piense que hui con la intención de que adelantara la boda, no quiero que me vea como una damisela en apuros—respondió orgullosa Elisa, dejando boquiabierto a Neil.

—Bueno, "señorita me valgo por mí misma"—dijo Neil sonriendo—si es que pretendes que Archie te de algún empleo, lo mejor es que vayas a dormir, para ser de los primeros en llegar a la oficina.

—Pero ¿Qué no tienes que ir a recoger a Susana?—preguntó Elisa, torciendo de medio lado la boca, pues aún no se podía hacer a la idea de que su hermano se hubiera enamorado de aquella señorita.

—no, ayer por la noche hablé con ella y le dije la verdad—Elisa abrió enormemente los ojos ante la revelación—y me ha pedido tiempo para pensar, ella me buscará cuando esté lista para hablar.

Elisa guardó silencio al ver la expresión de desolación en el rostro de su hermano, y no queriendo ahondar en el tema, le agradeció le haya dejado dormir en la habitación, mientras veía como su hermano salía cargando unas cobijas y un par de almohadas para dormir en el sofá.

La fuerza del destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora