Bella Luna || KookMin [Omegaverse]

VIII: Espada

—Hana, tú debes ayudarme con los preparativos para la boda de tu hermano con Jimin —le exigió su madre, totalmente estresada.

Hana suspiró con frustración, sentándose en sillón.

—Ay, mamá, ¿usted realmente cree que esa boda se va a llevar a cabo?

—Jungkook ama a Jimin, él ya lo eligió para desposarlo y marcarlo —le recordó su madre—. Esa boda se va a realizar.

Hana sonrió con sarcasmo.

—Yo no estaría tan segura de eso, mamá.

—¿Por qué no? —espetó Hayoon—. Jungkook ama a Jimin.

—Sí, pero Jimin no ama a Jungkook, sino no estaría seduciendo a Park Seojoon. Todo el pueblo ya sabe que Jimin está detrás de ese hombre. A Jimin no le importa estar comprometido con Jungkook. Está tan feliz en sus citas con el oidor del rey.

Ante su comentario imprudente, Hayoon le fulminó con la mirada. Quiso reprochar a su hija, pero Hyungsik hizo presencia en la sala.

—Hayoon, buenos días —dijo.

Antes de ir directamente a la comisaría para dar por desaparecido a Jimin, decidió visitar a los Jeon con la esperanza en hallar a su nieto allí. Cuando Jimin había empezado su relación amorosa con Jungkook, él solía escaparse a la hacienda de los Jeon para estar con su amado. Esas escapadas fueron muy frecuentes hace tiempo, pero nunca lo hizo de noche. Jungkook siempre se había hecho responsable de regresar temprano a Jimin a su casa.

—Señor Park, buenos días. ¿Cómo está?

—Yo no estoy bien ahora mismo —respondió Hyungsik con tristeza.

—¿Qué pasó, señor Park?

—¿Jimin no está acá?

—No, él no vino por acá desde hace tres días. Esa vez solamente él vino porque yo se lo pedí para hacer las medidas de su vestido de boda. ¿Qué pasó con él? —le interrogó Hayoon con verdadera preocupación.

—Jimin no está en la casa desde la noche. No hay ninguna pista de dónde pueda estar él. Yo realmente estoy muy preocupado por él.

—Señor Park, no tengo ninguna idea de dónde puede estar ahora Jimin. ¿Usted ya lo buscó bien?

Hyungsik asintió.

—Hayoon, no dormí absolutamente nada por estar buscándolo. Jimin no está en ningún sitio.

—Señor Park, nosotras no sabemos de Jimin —intervino Hana—, pero estoy segura de que Park Seojoon es quien le puede resolver esa duda.

Hyungsik miró a Hana, enfadado.

—¿Por qué ese hombre resolvería mi duda?

Hana le sonrió con amabilidad falsa.

—Todos sabemos que ese hombre estuvo visitando a Jimin. Pues hemos visto que se hicieron muy... amigos.

—¡Hana, por favor! —le reprendió su madre.

Ante el comentario impertinente y malicioso de Hana, Hyungsik ni se inmutó. Era cierto que ese hombre estuvo visitando a Jimin, pero Hyungsik era consciente de que era Park Seojoon quien estaba acosando a su nieto.

—Tú no te preocupes, Hayoon —dijo—. Gracias por todo, con permiso.

Dicho eso, se retiró para continuar con la búsqueda de Jimin.

No iría a la comisaría de la milicia para denunciar la desaparición de Jimin, sino iría directamente a la casa de Park Seojoon para enfrentarlo.

Ya estaba completamente seguro de que ese hombre tenía a Jimin.