Bella Luna || KookMin [Omegaverse]

XVII: Mirada

Jimin suspiró por el placer de sentir el agua recorriéndole la piel. Estaba en la tina de mármol para lavarse el cuerpo después de tener relaciones sexuales con Minho. A pesar de extrañar sumergirse en desnudez en las cascadas de Pusan, se conformaba el aroma de flores de cerezos del agua. Seulgi le pasó la esponja enjabonada por la piel para restregarla suavemente en la desnudez.

—¿Tú no tienes miedo de que el señor Park Seojoon se entere de que tienes relaciones carnales con otros hombres alfas? —le preguntó.

Jimin suspiró.

—Seojoon no se enterará de esto. Ese hombre ya confía en mí. Por eso, los guardias dejaron de vigilarme dentro de la casa.

—Jimin, ¿continuarás prostituyéndote? —le preguntó con tristeza.

—Sí. Seojoon me presentará ante la sociedad para ser reconocidos de concubinos. Si él quiere tenerme secuestrado, será bajo mis propias condiciones —determinó con firmeza—. Ese hombre no hará conmigo lo que se le plazca fácilmente.

—¿Cómo piensas conseguirte clientela? —le cuestionó con inseguridad—. Jimin, los únicos adinerados dentro de esta casa, excluyendo a Park Seojoon y Choi Minho, son los militares contratados para la seguridad del señor oidor. ¿Acaso piensas seducirlos?

Jimin sonrió con maldad.

—Eso sería peligroso para mí, porque no traicionarían fácilmente a Park Seojoon, pero no los subestimes. Los hombres alfas son capaces de traicionar sus ideales morales por lujuria. ¿Acaso no soy el hombre omega más hermoso por quien mueren tener en la cama para el placer? —pronunció con seducción—. El leal Choi Minho traicionó la confianza de Seojoon por tener relaciones sexuales conmigo. Oh, respondiendo a tu pregunta sobre mi clientela, Seojoon me presentará oficialmente en la fiesta del viernes para confirmar nuestro concubinato. Allí estarán los hombres más importantes de Daegu, también algunos representantes de la monarquía, también algunos integrantes de la sociedad de alcurnia. Esos hombres son alfas. Ellos tienen muchísimo dinero y poderío. Mi mirada bastará para hacerles desearme.

—Sí, tu belleza es realmente encantadora, pero también es tu maldición —dijo Seulgi con tristeza.

Jimin se rio con sarcasmo.

—Ya basta de lamentarse por mi belleza —le contradijo, enfadado—. Ahora será mi arma. ¿Quieren mi belleza desnuda para el placer sexual? Yo les daré mi cuerpo, pero pagarán para tenerme.

Seulgi le rezó a la Diosa Luna para que Park Seojoon no se enterara de la prostitución secreta de Jimin. Ese hombre sería capaz de matar a Jimin. Seojoon era tan celoso y posesivo, creyéndose con el poder de hacer suyo a Jimin. Estaba muy obsesionado con él. Esa obsesión podría tener peores consecuencias.

Si Seojoon se enteraba de que Jimin se vendió en cuerpo para el placer de otro hombre...

...

No pudo evitar volver a llorar por los recuerdos con Jungkook. Todavía suspiraba por recordar el momento de compromiso. Si nunca hubiera conocido a Park Seojoon, ya sería el esposo y el omega de Jungkook. Ya estarían casados y felices.

—Jimin, ¿todavía no te vestiste? —le reprochó Sunmi tras ingresar a la habitación—. Los invitados ya están llegando.

Aunque no tenía las fuerzas para ir a hacer presencia en la reunión social, debía levantarse de la cama. Si se quedaba llorando por siempre, nunca se liberaría de la prisión de Seojoon. Cuando se levantó de la cama, sonrió con falsedad para caminar hacia el tocador.

—Sí. Ahora mismo me maquillo para el evento —dijo.

Sunmi sostuvo entre sus manos la vestimenta que Jimin luciría.