𝗣𝗮𝗿𝗲𝗻𝘁𝘀; 𝗧𝗼𝗺 𝗞𝗮𝘂𝗹𝗶𝘁𝘇

０６

-Años atrás-

Narra Anne:

Estaba arreglandome ya que iba a salir con Tom.

Eran aproximadamente las 1:28 pm y Tom me recogería a las 2:00 pm. Estaba arreglando mi cabello hasta que sonó mi celular, era Tom.

Hola, Anny, te pasaré a buscar en unos 10 min. Es que antes de ir a cenar tengo que llevarte a otro lugar.

Ok, Tom.

Colgué la llamada y comencé a ponerme mis zapatos, iba vestida casual. Llevaba una remera de color blanca al igual que mis zapatos y un momjean de color negro.

Después escuche la bocina de un auto, era el de Tom que con tan solo 15 años el ya tenía su propio auto. Era un audiR8 de color negro.

Bajé rápido las escaleras para luego abrir la puerta y cerrarla con llave, pues mis padres no se encontraban, fueron a una cena.

Caminé hacia el auto y ahí ví a Tom estaba fumando, odio eso, lo odio.

-Hola, linda- Dijo ya fuera del auto

-Hola, Tom- Dije, frunciendo el ceño

-¿Qué pasa? ¿Por qué pones esa cara?- Dijo, algo confundido

-Es que no me gusta que fumes, me preocupa tu salud-

-Ay, bonita, me alegra que te preocupes por mí-

-Arrojalo a la basura, por favor-

-Está bien, está bien-

Siempre había odiado que Tom fumara, aunque se veía lindo y atractivo haciéndolo.

Íbamos de camino a un lugar desconocido para mi. Llegamos era un lugar hermoso, era como tipo un parque y tenía un lago hermoso, donde nadaban algunos patitos con sus madres.

Había un picnic, que al parecer tenía muchas cosas de comer, tenía una bandeja de fresas bañadas en un delicioso y exquisito chocolate negro, también había galletas de vainilla, helado de fresa y lo que más me llamó la atención un delicioso pastel de chocolate.
Se veía que era muy costoso.

Tom bajó del auto, para luego abrirme la puerta a mí. A lo que me pareció un gesto amable y lindo.

-Gracias, que caballeroso- Dije, bromeando

-Contigo siempre- Dijo, con una pequeña sonrisa en sus hermosos labios que me daban ganas de devorarlos a besos ahora mismo.

«Controlate» Me dije a si misma.

Comenzamos a caminar hacia el pequeño picnic para luego sentarnos.

-Y bien ¿Qué te pareció?- Preguntó aquel chico con rastas.

-Me encanta- Dije viendo hacia mi alrededor

-Eso me alegra, bonita- Dijo para luego meter a su boca una pequeña fresa empapada con chocolate.

-¿Quieres?- Preguntó ofreciendome una fresa.

-Si, gracias- Dije agarrando la fresa.

Y así pasamos charlando, comiendo y riendo. Hasta que llegó la hora de partir ese pequeño pastel de chocolate que tanto me había llamado la atención.

-Partelo- Ordenó aquel chico

Comencé a partirlo hasta que al fondo del pastel se sentia algo duro.

-Se siente algo duro-

-Revisa bien-

Y ahí ví una pequeña caja de color rosa ya sucia por el dulce. La abrí y contenía un pequeño papel que decía: