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Disclaimer: Naruto y todos sus personajes pertenecen a Masashi Kishimoto.

Advertencias: Omegaverse, Mpreg, lactancia masculina, yaoi, angst, Sasunaru, leve Gaanaru, menciones de guerra, dolor y sufrimiento, matrimonio sin infidelidades...

Dedicada a Norilucas, por siempre estarme oyendo parlotear sobre nuevas ideas de fics que no han visto la luz del día y por seguir animándome a escribir 😊

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Noches de lluvia, días de sol

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—G-Gaara... ¿Qué... qué estás diciendo? —Naruto no estaba comprendiendo nada. Su voz temblaba y apenas se sentía capaz de hablar. Con los nervios a flor de piel y manos temblorosas, apretó el papel entre sus manos, arrugándolo sin querer.

—Deja que cuide de ti y de Nozomi —repitió el alfa. No sabía de dónde había sacado el coraje, o la estupidez, de decir estas cosas, pero ya no había marcha atrás. Incluso si Naruto nunca era capaz de corresponderle como quería, iba a dejarle claro sus sentimientos. —No estarán solos. Si me lo permites, yo los acompañaré y estaré aquí para lo que necesiten.

En un impulso, Naruto se puso de pie con las rodillas inestables y lo miró desde arriba con los ojos bien abiertos. Sentía el corazón desbocado golpeando contra sus costillas, su respiración agitada impidiéndole calmarse para pensar las cosas fríamente.

—Tú... Tú... No entiendo.

Gaara lo imitó y procedió a pararse también, quedando frente a frente con Naruto. Él lucía... perdido, confundido, ansioso, agitado. Miles de emociones bailaban en sus ojos y, sin poder refrenarse, Gaara se encontró a sí mismo queriendo ver esas dos lagunas azules más de cerca.

—Quiero hacerme cargo de ti. De ambos. Nozomi y tú son la familia que nunca pensé que añoraría alguna vez. Si me das la oportunidad, yo...

—No —el rubio lo detuvo con una mano en su pecho, y fue solo entonces que Gaara se dio cuenta de que estaba demasiado cerca. —No, ¡no! ¿Qué dices? —el rubio dio un par de pasos hacia atrás, poniendo distancia entre ellos. —¡Estás loco! ¿En serio estás diciéndome que tienes sentimientos por mí?

Viendo su desborde de emociones, el pelirrojo bajó la vista al suelo.

—Lo siento, Naruto, pero luego de conocerte, yo... Le diste sentido a mi vida, me ofreciste un lugar al cual pertenecer. Estoy dispuesto a aceptar solo lo que tú puedas darme. Y, tal vez, en el futuro podríamos...

—No —Naruto volvió a cortarlo. —Gaara... Gaara- oh, Dios. Estoy casado. Lo entiendes, ¿verdad? Estoy casado y tengo una hija con mi esposo. Lo sabías desde el inicio. Entonces, ¿por qué...?

Gaara no dijo nada más. Sabía que Naruto no esperaba realmente una respuesta. Lo observó pasarse una mano por sus cabellos rubios como el sol y luego negar repetidamente con la cabeza. Sin mediar más palabras, el omega se dio la vuelta y entró en su casa, cerrando la puerta tras de sí y dejando a Gaara solo en el pórtico, con propios pensamientos como única compañía.


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Gaara tenía sentimientos por él. Por más que le daba vueltas al asunto, para Naruto nada tenía sentido. Nunca le había dado señales de que él podría estar interesado, ¿cierto? Sí, lo dejó entrar en su hogar, pero solo lo hizo porque Gaara genuinamente le agradaba y sabía que necesitaba un amigo. En ningún momento tuvo dobles intenciones al respecto.

Noches de lluvia, días de solDonde viven las historias. Descúbrelo ahora