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Disclaimer: Naruto y todos sus personajes pertenecen a Masashi Kishimoto.

Advertencias: Omegaverse, Mpreg, lactancia masculina, yaoi, angst, Sasunaru, leve Gaanaru, menciones de guerra, dolor y sufrimiento, matrimonio sin infidelidades...

Dedicada a Norilucas, por siempre estarme oyendo parlotear sobre nuevas ideas de fics que no han visto la luz del día y por seguir animándome a escribir 😊

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Noches de lluvia, días de sol

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Temía parpadear y verse de nuevo en medio del campo de batalla, luchando por sobrevivir en un ciclo eterno de asesinar o ser asesinado. Todo lo que deseaba era hundirse en los bonitos ojos azules de Naruto y volver a estar en sus brazos. Quería finalmente conocer a su hija, dejar de ser un extraño y ocupar el lugar que le correspondía.

Entonces, ¿por qué tenía tanto miedo? ¿Por qué no podía calmar el alocado ritmo de su corazón?

El breve destello de luz en el cielo, seguido del sonido de un trueno, lo hizo suspirar y resignarse. Quedarse ahí, con la despiadada tormenta encima de él, no valía la pena. Y estaba agotado. Probablemente podría dormir por días sin parar. Así que, decidido, levantó el brazo derecho y dio unos toques en la puerta, esperando que fueran lo suficientemente fuertes como para que Naruto pudiera escucharlos.

O tal vez no. Era tarde, era probable que el rubio ya estuviera en cama. Tal vez debería buscar algún sitio donde...

La puerta se abrió.

Bueno, solo un poco. Lo suficiente para que una cabeza rubia se asomara desde el interior.

El dueño vestía apenas unos pantalones y una camisa de pijama, pero se había puesto una bata encima para ir a atender la puerta. Se notaba que debía haber estado ya en cama, pero no lucía somnoliento.

Sus ojos azules se posaron en él, su ceño levemente fruncido. Vio cómo parpadeaba, como si inicialmente fuera incapaz de registrar quién era. Entonces, sus facciones se suavizaron, cambiando a una expresión de estupefacción. Sus ojos comenzaron a brillar, señal de las lágrimas que se acumulaban en ellos.

—¿Sa-Sasuke? —la voz le temblaba, y tuvo que aferrarse con fuerza a la orilla de la puerta para poder mantenerse en pie.

¿Y si era solo producto de su imaginación?

No sería la primera vez, a su mente le gustaba hacerle jugarretas de vez en cuando, pero...

—Estoy en casa, Naruto.

Con un sollozo, la puerta fue abierta completamente con rudeza y Sasuke se encontró a sí mismo prisionero de los cálidos brazos de su omega, que se aferraban a su cuello con fuerza, sin importar el agua de la lluvia ni lo empapado que estuviera su cuerpo.

Cerró los ojos, dejando escapar el aire que mantenía en sus pulmones y apretando a Naruto contra sí, enterrando la nariz en su cuello y respirando su familiar aroma por primera vez en mucho tiempo. Su cuerpo temblaba con pequeños espasmos y pronto se dio cuenta que el rubio no era el único que estaba llorando.


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Se quedaron así, abrazados, por varios minutos. La mera idea de separarse parecía dolorosa cuando finalmente estaban juntos otra vez. O al menos así era hasta que un viento azotó en su dirección y Naruto estornudó involuntariamente. Sasuke entonces lo separó un poco de su cuerpo para buscar su mirada.

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⏰ Última actualización: Jun 14 ⏰

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