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Disclaimer: Naruto y todos sus personajes pertenecen a Masashi Kishimoto.

Advertencias: Omegaverse, Mpreg, lactancia masculina, yaoi, angst, Sasunaru, leve Gaanaru, menciones de guerra, dolor y sufrimiento, matrimonio sin infidelidades...

Dedicada a Norilucas, por siempre estarme oyendo parlotear sobre nuevas ideas de fics que no han visto la luz del día y por seguir animándome a escribir 😊

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Noches de lluvia, días de sol

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El llanto de la pequeña Nozomi era opacado por la tormenta. La bebé se había sobresaltado al escuchar un trueno, así que Gaara la presionó contra su pecho para intentar tranquilizarla.

Naruto, por otro lado, no parecía reaccionar ni con los audibles sollozos de su hija. Estaba quieto como una estatua y les daba la espalda, así que ni Temari ni él tenían idea de lo que pasaba por su cabeza.

Preocupado, Gaara le pasó la niña a Temari para que ella intentara calmarla y se acercó a Naruto, poniéndole una mano en el hombro. Cuando pudo ver su rostro, se sorprendió de que este tuviera los ojos apretados con fuerza, sus manos temblorosas aferrándose al papel como si de ello dependiera su vida.

—¿Naruto? —lo llamó el alfa con voz suave, a lo que el rubio negó con la cabeza.

—N-No puedo mirar...

Oh. Naruto había tomado el telegrama, lo había abierto, pero no tenía el valor de leer las letras impresas en él. Temía a la información redactada en ese telegrama como jamás había temido a nada.

—¿Quieres que yo lo lea? —se ofreció el pelirrojo, recibiendo un asentimiento como respuesta.

En cuanto el papel estuvo fuera de su agarre, Naruto abrió los ojos y lo miró, respirando agitadamente y con lágrimas amenazando con desbordarlo.

—P-Por favor, dime que mi esposo no está... —ni siquiera pudo terminar, las palabras atorándosele en la garganta.

Gaara fijó su atención en el mensaje, conteniendo la respiración ante lo que pudiera decir. Por unos segundos que parecieron eternos, Naruto lo observó fijamente, temeroso del veredicto.

—Desaparecido en combate.


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Gaara observaba a Naruto desde la entrada a la cocina, donde Temari se encontraba preparando la comida. El rubio llevaba ya un buen rato sentado en el sofá, con su bebé en brazos, arrullándola mientras esta dormía. Mecía el pequeño cuerpo de Nozomi de un lado a otro, sin pronunciar una sola palabra, y aunque estaba de espaldas a él, el pelirrojo sabía que su mirada estaba vacía, apagada.

Sasuke Uchiha llevaba oficialmente tres días desaparecido según la información otorgada por el urgente telegrama. Sin embargo, no había detalles sobre su situación o las circunstancias de su desaparición. Si había sido capturado, estaba perdido en algún lugar, o muerto, era imposible de saber para ellos. Y, con cada segundo que pasaba, las posibilidades de encontrarlo con vida disminuían exponencialmente.

Noches de lluvia, días de solDonde viven las historias. Descúbrelo ahora