la salvacion de el Rey Baldwin no es de su tiempo ni de uno imaginario, ella pondra su vida de cabezas enamorando al principe para conseguir su objetivo.
El sol se alzaba en el horizonte, pintando los cielos con tonos dorados mientras sus rayos se filtraban a través de las cortinas entreabiertas. Era un nuevo día en el reino de Baldwin e Isabella, y la serenidad de la mañana daba paso a la emoción y la anticipación.
El día anterior, Baldwin e Isabella habían celebrado su Encamamiento, uniendo sus vidas en sagrado matrimonio. Ahora, el primer amanecer como esposos los encontraba descansando en la comodidad de su alcoba real, mientras el aire se llenaba con el aroma fresco de las flores que había en el jardín.
Isabella despertó primero, suavemente acariciando el torzo de Baldwin, quien seguía sumido en un sueño profundo. Con una sonrisa pícara que se le escapocasi ronca de su mascara, decidió despertarlo de una manera especial. Se inclinó sobre él y susurró suavemente en su oído, haciendo que sus mejillas se tiñeran de un suave carmín, que ella no podia ver.
"Mi querido esposo, el sol nos llama a comenzar este nuevo día juntos. ¿No te parece justo que nos apresuremos y disfrutemos al máximo de nuestra unión?"
Baldwin abrió los ojos lentamente, y al ver la radiante sonrisa de Isabella no pudo evitar sentir una mezcla de vergüenza y deseo. Se levantó , tomó a su amada esposa en sus brazos y la giró juguetonamente en el aire antes de depositarla suavemente en la cama.
"¡Tienes razón, mi amor! No podemos permitir que este día pase sin aprovecharlo al máximo", exclamó Baldwin con entusiasmo.
La pasión comenzó a arder entre ellos mientras se entregaban el uno al otro en un abrazo apasionado. Sus manos se deslizaban con ternura sobre las curvas del otro, sus labios se encontraban en ardientes besos que avivaban las llamas de su amor.
Mientras tanto, en otra parte del palacio, el primo de Isabella, Marcus, que siempre había sido pícaro y alegre, estaba gastando una de sus bromas a Tiberias, la mano derecha del rey. Aunque Marcus era gay, siempre había admirado la belleza de Tiberias, y no podía resistirse a molestarlo de vez en cuando.
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"¡Oh, querido Tiberias! ¿No crees que tus ojos brillan más de lo usual esta mañana? Tal vez tu corazón haya encontrado a alguien que lo haga latir más fuerte", bromeó Marcus, mirando a Tiberias con una expresión traviesa.
Tiberias, aunque algo molesto por las travesuras de Marcus, no pudo evitar sonreír. Sabía que Marcus solo quería añadir un poco de diversión a su día y, en el fondo, apreciaba su espíritu juguetón.
"Mis ojos brillan como siempre. Pero mi corazón pertenece al servicio de nuestro rey y su hermosa reina", respondió Tiberias con una mezcla de orgullo y adoración en su voz.
Mientras Baldwin e Isabella continuaban su despliegue de pasión y amor en la intimidad de su alcoba, Marcus y Tiberias compartieron una mirada cómplice, ambos conscientes del profundo vínculo que unía a la pareja real penso twberias y marcus penso en el te que les dio que era afrodisíaco. El amor estaba en el aire, y esa mañana, en el reino de Baldwin e Isabella, todos sentían que el futuro estaba lleno de promesas y felicidad.
Nota: Me gustaría recordarte que, a pesar de las escenas de pasión y la relación entre Marcus y Tiberias de conocidos no hay amor ni nada, es importante tener en cuenta el respeto y la consideración hacia todos los involucrados. El consentimiento y el amor deben prevalecer en todas las relaciones.
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