Adoptada por... ¿5sos?

Capítulo 16

Jeans de tiro altos, blusa de tirantes color rosa y una chaqueta por si luego tengo frío. Todo listo.
Me hice una coleta alta, me maquillé un poco y bajé a la sala.

—¿Se puede saber a dónde vas? —pregunta Ashton. Comenzó a darme nervios y pensé rápido en una respuesta.

—Iré con unas amigas a ver una película.

—¿No vinieron por tí?

—E-es más rápido encontrarnos en un lugar e ir todas juntas.

—Bien, tienes razón. Y ¿qué película verán? Acuérdate que las de terror te asustan, no las mires por más que ellas insistan.

—Sí lo sé, Ashton. No pasará.

—¿Quieres que vaya por tí?

—No, no hace falta.

—Entonces no vengas tan tarde. Envíame mensaje cada tanto y llámame cuando estés de regreso, ¿okay?

—Sí Ashton. Te avisaré cuando haya llegado. Adiós.

Salí de allí y respiré hondo un par de veces para tranquilizarme. No negaré que a veces he dicho alguna que otra mentira inocente pero... ¿mentir sobre a dónde y con quién iré? Como Ashton está de malhumor, dudo mucho que me deje salir con un chico a estas horas, quizás iba a querer venir conmigo. Caminé dos cuadras hasta que llegué a la tienda de mascotas, Adam se encontraba allí fumando. Esperen... ¿fumando?

Agradezco que Ashton no esté aquí viendo esto.

—Hola —dije acercándome hacia él.

—Hola ¿acaso quieres? Lo estás mirando como si fueras un niño viendo un chocolate.

—Lo siento —dije al notar que miraba fijamente al cigarrillo que estaba entre sus dedos.

—No te preocupes. Entonces ¿nos vamos?

Asentí y nos fuimos. Al cabo de diez minutos llegamos a una pizzería, nos sentamos al lado de la ventana y, en tan sólo un rato, una mesera se acercó a darnos el menú.

—¿Pizza hawaiana? —me pregunta. Negué rápidamente con la cabeza y él sonríe —Genial, también la detesto.

—¿Qué te parece la de cebolla? Es deliciosa.

—Lo siento señorita Irwin pero yo no soy fanático de la verdura que te hace llorar.

—No es cierto —dije riendo pero, viendo que él no se reía, me detuve —¿Qué? ¿en verdad no te gusta la cebolla? Fuimos a comer hamburguesas con cebolla la otra noche.

—Sí... hablando de eso, le quitaba las cebollas a mi hamburguesa cada vez que tú te distraías.

Reí por su comentario y negué con la cabeza.

—Ay señorito Adam, era más sencillo pedir una hamburguesa sin cebolla.

—Me gusta complicar mi vida.

—Me dí cuenta -respondí y sonreí —entonces... la pizza de cuatro quesos...¿te gusta esa?

—Por supuesto.

Adam alza un poco su mano y la misma mesera se acerca a tomarnos la orden.

—Buena elección. Su pizza vendrá en unos minutos.

Luego de que se fuera, nos quedamos unos minutos en silencio.

Incómodo.

—Tu cabello se ve muy cool, ¿ondas naturales? —me pregunta.

—Depende de cómo amanezca. Hoy fue con rizador.

Sonrió ante mi respuesta y luego me miró fijamente.