Explosion

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El GP de Qatar significó dos cosas importantes para Max, uno, un nuevo título de campeón, y dos, una satisfacción más en su interior al ver a Hamilton fallar estrepitosamente en la primera curva de la carrera. Un gran DNF estaba situado en la significativa y gran pantalla al lado del nombre de su rival, la contempló por unos momentos y cerró sus ojos pensando en que esa situación le pareció un poco irreal, y hasta molesta en cierto punto.

No estaba muy seguro de porqué la carrera se torno demasiado aburrida sin tener la prescencia de Lewis atrás suyo en la pista. Luego cambió la expresión de su cara de repente al darse cuenta de las cosas que estaba pensando y quiso darse un fuerte golpe contra la pared más cercana, no estaba muy seguro de porqué siempre sacaba las conclusiones más idiotas del mundo cuando Hamilton le faltaba en la pista o tenia alguna sanción que le impidiera seguirle el paso detrás suyo. Era como un puto perro metiendo las narices dónde no le importaba, en efecto.

ㅡ Max.

Una voz lo llamó y detuvo todos sus pensamientos al instante. Él neerlandés identificó de inmediato de dónde provenía y a quién pertenecía esa voz, más no estaba demasiado entusiasmado de girar para verlo.

ㅡ Te estoy llamando, acercarte ahora.

A veces su Padre era tan considerado, se dijo Max a si mismo, con sarcasmo. Decidió que lo mejor era voltearse y acercarse, era lo mejor para si mismo. No le sorprendió para nada observar la expresión serena y poco amigable de Jos mirándolo como de costumbre. Parecía que con su habitual gesto, cualquier momento era perfecto para regañarlo, y entonces, se preguntó cual seria el próximo error que cometiese para que lo hiciera.

ㅡ Necesito hablar contigo de algo urgente. ㅡ Sentenció su Padre. Él neerlandés conecto miradas con él de inmediato, sin entender muy bien a qué se refería todo aquello. ㅡ ¿Que haces persiguiendolo, Max?.

Él rubio frunció el seño con miedo. ㅡ ¿A qué te-?. ㅡ Habló con un hilo de voz antes de que sus palabras fueran interrumpidas.

ㅡ A Hamilton. ㅡ Respondió con dureza Jos, causándole escalofríos al neerlandés. ㅡ Christian ya me lo dijo todo, Max.

ㅡ ¿Y tú le crees a todo lo que ese viejo te diga, papá?. ㅡ Los nervios lo empezaron a traicionar. Su voz flaqueó al hablar, y entonces se sintió estúpido por su error.

ㅡ Cállate, Max.

Todo el rostro de Jos pareció endurecerse de a poco y contraerse más con el pasar de los minutos por toda esta situación extraña que lo tomó desprevenido, era visible que por la cara de horror de Max al pronunciar en apellido de Lewis, se sintió descubierto. Estaba furioso y decepcionado de su primogénito por descubrir que todo aquello era verdad entonces en cierto punto. No esperaba que todo lo que Horner le hubiera contado ese sábado por la tarde durante el spint estuviera cerca de serlo, si era sincero. Sentia que era alguna especie de venganza y una mala broma de Horner para arruinarle ese momento en el que su hijo habia ganado su tercer campeonato durante el spint, una broma de mal gusto que le costó digerir al principio, pero que se le olvidó rápidamente al festejar ese campeonato de su hijo como si fuera suyo, en esa misma noche.

Luego lo recordó y lo analizó un rato, pero no supo si darle demasiada importancia en ese momento. No le importaba mucho lo que su hijo sintiera fuera de la pista mientras todo estuviera en su sitio, claro, siempre pensó que quizás pasaba su tiempo con muchas mujeres cuando no lo veía y eso estaba bien para él, esos eran los rumores del Paddock, no era como si Max y él tuvieran mucho que hacer juntos a parte de hacerlo practicar y competir en este deporte todos días que pudiera. Pero el solo pensamiento de saber, considerar, o confirmar, que su hijo estaba teniendo una especie de obsesión por Hamilton, lo dejó helado, sorprendido y asqueado al mismo tiempo.

Él nunca dió un mal ejemplo a su hijo mientras lo educó y este creció viéndolo siempre, entonces se preguntó internamente durante unos momentos, ¿qué había hecho mal para que su hijo se fijase en un hombre entonces?. Era inconcebible para él contemplar la idea de que dos hombres estuviesen juntos, mucho menos que Max se fijase en uno de ellos, y para empeorar, era Lewis Hamilton, su rival en este deporte.

¿Quizás no fue lo suficientemente insistente sobre Kelly Piquet?, ¿tan poco se valoraba su propio hijo para fijarse en alguien cómo Hamilton?. El enojo lo carcomía, y Max parecia ser testigo de ello, ya que portaba una cara de susto inmensa al observar que su Padre solamente se quedó en silencio durante un buen rato sin dirigirle la palabra.

Él neerlandés buscó razones para no llorar ahi mismo producto de la desesperación, no estaba en sus planes que Horner realmente se lo contara a su Padre en estos momentos, y se sintió completementa decepcionado de su jefe por ello por alguna razón. Se suponía que tenian este trato silencioso de no hablar mucho sobre el tema porqué Max lo rechazaría y se burlaría, entonces Christian pondría de excusa que lidiarian con esto en otra ocasión, y lo olvidarían hasta que se metiera en problemas con Hamilton otra vez. Era consciente que Toto Wolff y su jefe estaban al tanto de la situación, más sus conversaciones con Homer sobre el tema no habian llegado muy lejos y tampoco era un tema que le preocupaba mucho de hablar, ya que se sentia intocable y audaz para resflegarle en la cara a Christian que no estaba interesado en escuchar sus palabras la mayor parte del tiempo. Tanto que se lo tomó como un desafío y disfrutaba de verlo aterrorizado con solo querer acercarse al garaje de Mercedes.

Más ahora sabía que había cruzado el límite, y aquí estaban. Realmente no esperaba mucho además de lo que ya estaba acostumbrado, una gran golpiza hasta no sentir los músculos de su cuerpo y muchos insultos, demasiada degradación y lo que siguiera de ello para quedar frente a su Padre como un bueno para nada, inútil, y quizás algo nuevo a su lista de insultos, un gay.

Max bajó la cabeza en silencio, el ambiente en la sala era muy tenso y pesado, pensó en salir corriendo de allí, quizás estaría bien, solo debía levantarse y mover las piernas tan rápido como pudiese para escapar, a pesar de que estuviera cansado, con sed e irritado por el calor de Qatar.

ㅡ ¿Acaso yo te eduqué asi, Max?, Que eres, un maricon, ¿eso eres?, ¿eso me estuviste ocultando todo este tiempo?. ㅡ Espetó su Padre con furia. ㅡ Tantos años de mi vida desperdiciados, ¿solo para qué te gusten los hombres?.

La cabeza de Max quedó en blanco entonces, le fue difícil emitir palabra alguna cuando Jos se abalanzó sobre él para darle el primer golpe, luego el segundo, y perdió la cuenta después de ello. Muchas palabras hirientes prosiguieron, más su mente no quiso reproducirlas por la culpa, quizás vergüenza o por miedo de verse reflejado en ellas. Estaba asustado, como un niño pequeño, el solo pensamiento de sentirse perdido y con miedo lo estaba matando, ya que quién se suponía que tenía que amarlo y cuidarlo, le estaba dando uno de los peores momentos de su vida ahora. Pero sabía que no sería ni el primero y el último de sus castigos, algo que lo destrozó demasiado por dentro, quizás mucho, y solo pudo manifestar todo ese dolor que estaba guardando en su exterior, como una lastimera lágrima, que por supuesto, no representaba nada contra todo el odio a si mismo que se estaba gestando en ese momento.

Difusos pensamientos (Lewis Hamilton & Max Verstappen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora