Límites

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La gente era bulliciosa, pero no tanto para un neerlandés rabioso que iba en busca de su presa más preciada. Ese era el gran Max, cometiendo idioteces como de costumbre, muchos vieron al muchacho pasar directamente de ellos para ir en dirección al garaje de Mercedes, lo cual no fue sorpresa para muchos de hecho en ese momento, de cualquier manera no podían saber con exactitud lo que tramaba él rubio, sin embargo, darse la vuelta e ignorar el revuelo que sería aquella noticia entre ingenieros era más fácil que acercarse a un hombre que estaba dispuesto a golpearte en el rostro si no te quitabas de su camino.

Max estaba abierto a la posibilidad de encontrarse con Toto, pero no le importó en absoluto, era más importante amenazar a los ingenieros que no dijeran nada de todo lo que estaba sucediendo. Asi fue cuando se encontró en el garaje y varias miradas confundidas se posaron en él sin siquiera pasar unos segundos.

ㅡ Eh... No puedes estar-

ㅡ Lewis me solicitó. ㅡ No pudo evitar soltar una sonrisa falsa, algo le quemó por dentro. ㅡ Si me disculpan es algo importante, muchachos.

Muchos no tuvieron opción que quedarse callados mientras un pequeño silencio rondaba y era más espeso con el pasar del tiempo. Quizás Max tenía demasiada suerte o era pura coincidencia, porqué Bono lo hubiera sacado a golpes de allí, pero no sé encontraba presente. Eran uno de esos días dónde nada parecía estar a su favor para los ingenieros, ni siquiera Toto estaba allí, lo cuál los puso más nerviosos a todos, sin saber exactamente que esperar de lo que sea que pasase ahora dentro de la sala de descansos.

Max caminó a través del pasillo alargado hasta que identificó uno de los carteles, no era difícil deducir que Hamilton estaba allí, los días de práctica eran perfectos para descansar en esas insignificantes habitaciónes acondicionadas, quizás a él le perturbaba la idea de pensar que quizás Lewis no estaba ahi y quizás estuviera con otra persona, más no quiso seguir divagando en eso porqué lo volvería loco. Abrió la puerta sin muchas dificultades y bruscamente tomando por sorpresa a quién se encontraba allí dentro, era todo un espectáculo observar su estoico rostro cargado de una mirada engreída y punzante dispuesta a cualquier cosa.

ㅡ ¿Max?.

Él hombre moreno se quitó sus audífonos de inmediato mientras miraba a Max confundido por verlo allí parado. Él hombre rubio solamente cerró la puerta detrás de él y se cruzó de brazos.

ㅡ ¿Ni un hola puedes decirme ahora?.

ㅡ Bueno, tal vez si alguien no hubiera entrado a la fuerza a mi garaje, lo diría. ㅡ Los ojos marrones de Lewis lo penetraron profundamente, él neerlandés estaba en un estado completo de adrenalina, algo que le encantaba demasiado, más no lo iba a admitir tan fácil.

ㅡ Parece que alguien no está feliz de verme.

ㅡ ¿Por qué estás aquí?. ㅡ Los ojos de Lewis no se apartó de la mirada burlona que portaba Max.

ㅡ Aburrimiento, quizás. ㅡ Él moreno se le quedó mirando sin saber a qué conclusión llegar, pensando que Max estaba completamente loco.

ㅡ No es momento de estupideces, Max. ㅡ La voz de Lewis se alzó e hizo alzar una ceja al rubio, incrédulo. ㅡ Sabes muy bien que no puedes estar aqui.

Él neerlandés soltó una carcajada que aturdió a Lewis en algún punto, quizás podría haberse escuchado por todo el garaje pero a él no le importó en absoluto, más habitaba un silencio extrañamente perturbador y asfixiante en el sitio, haciendo que él moreno se cuestionase si su equipo acaso lo abandonó por miedo a lo que se podría desarrollar entre ellos dos, lo cual no pintaba muy bien hasta el momento. Max estaba siendo tan irritante como de costumbre y Lewis solo podía verlo reír, como si sus advertencias fueran chistes baratos de mal gusto.

ㅡ Oh, Lew. ㅡ Max decidió dar unos pasos adelante, sin importarle la incomodidad en el rostro de Lewis por su acercamiento. ㅡ Hoy estás muy gracioso, los aires de México cambian a las personas al parecer.

ㅡ Max, fuera.

ㅡ ¿Es enserio, Lew?, hoy debería ser un día de celebración, ¿no lo creés?.

Lewis inclinó su cabeza notablemente confundido. Él neerlandés caminó hasta el sillón que estaba en medio de la sala y rápidamente tomó asiento al lado del moreno, dejándolo petrificado en su sitio, su mirada estaba clavada en la cara de satisfacción totalmente enfermiza que Max portaba con tanto orgullo.

ㅡ Hoy me verás ganar una vez más, Lew.

La manera en la que Max sacó las palabras a relucir casi enfurecieron y colmaron la paciencia del moreno, tratando de mantener la compostura, sin querer soltar alguna barbaridad en frente del chico. No había nada más humillante que esto, y los dos lo sabían perfectamente, Lewis no dejaba de pensar en lo estúpida que era la situación como para lidiar con un maldito chico mimado y egoísta como este.

ㅡ ¿Y creés que debería importarme?.

La interrogante del moreno hizo voltear con rapidez la cabeza de Max, él cual lo miraba sonriente.

ㅡ Claro que sí, deberías seguirme el paso, yo soy la razón por la que estás en las ruinas ahora.

El cuerpo del neerlandés se relajó en el sillón sin importarle mucho sus propias palabras, cómodamente miraba desde su lugar el cuerpo de Lewis inerte a su lado, expectante por alguna reacción, alguna palabra o un buen golpe. No pedía nada más, sería una gran forma de empezar el GP de México con su rival.

La dureza que portaban las palabras de Max y la despreocupación con la que se dirigía a Lewis lo dejaron en una situación complicada para su mente, hace algún tiempo que no pensaba en cosas como esa, quizás porqué Max no estaba allí para recordarselo como de costumbre, pero abría viejas heridas y traumas emocionales qué callaba desde 2021, y eso no era para nada bueno justo antes del GP. Más no dejaría que él neerlandés tuviera el privilegio de verlo sufrir de fuera, y no dijo absolutamente nada ante lo dicho, como solía hacer ante cada burla del rubio. Él no estaba allí para satisfacer a Max en sus juegos.

ㅡ Lew. ㅡ Llamó al moreno, quien a duras penas lo observó de reojo con puro odio. ㅡ Hoy te quiero en el podio conmigo.

ㅡ ¿Qué?. ㅡ Murmuró él moreno, sin saber que decir exactamente ante tal declaración.

ㅡ Que si no te veo en el podio hoy, te esperaré en ese patético trailer que tienes.

ㅡ ¿De que estás hablando, Max?.

ㅡ A qué te quiero cerca de mi en la pista, Sir. Lewis Hamilton. ㅡ Él rubio se levantó como si nada hubiera pasado de su lugar con todo el orgullo del mundo, mientras Lewis lo seguía con la mirada hasta la puerta de la sala con la boca levemente abierta, encontrándose profundamente ofendido. ㅡ Deberías hacerle honor a tu nombre, lo que hiciste en la anterior carrera fue espantoso, por cierto.

Y con esas últimas desagradables y poco amables palabras características de su rival, él neerlandés abandono al moreno que estaba petrificado en la habitación, dejándolo con más dudas que miedos sembrados. Ahora estaba sumamente sorprendido del descaro que tenía Max para querer controlarlo como si fuera un maldito perro.

Eso era lo que le faltaba.

Difusos pensamientos (Lewis Hamilton & Max Verstappen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora