Acercarse, tomar.

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Se llamó al silencio o eso más bien, es lo que Max pensó era lo más indicado de hacer. Él rostro tan dubitativo de Lewis además era objetivo de su mirada gélida. Estaba asustado, un cordero asustado conteniendo su respiración.

Estaba buscando darle vuelta a toda esa frase tan macabra para decir que solo eran tonterías. Lo conocía. Conocía esto, Lewis era alguien muy fácil de ver, no era un hijo de puta y tampoco alguien tan insensible para dejar esas palabras al aire. Era fácil, decía palabras hirientes para arrepentirse y luego se iba sin más, su silencio era horriblemente divertido. Pero nunca fue problema para Max provocar tantos sentimientos negativos a gusto.

Pero, Lewis se oía un poco diferente.

El cuerpo del moreno recayó sobre una pared cercana y creyó ver con sus propios ojos al diablo en persona. Max no se había ido, y en realidad el había dicho eso con tanta seguridad que estaba tan asustado de si mismo como si hubiera visto un fantasma, su rostro estaba descompuesto.

ㅡ Lewis. ㅡ Un suspiro se salió de sus labios, pero fue imperceptible para él moreno. ㅡ ¿Que quieres decir con eso?.

Bueno estaban un poco cerca, quizás los pies de Max se apresuraron a encontrar una pizca de remordimiento en el rostro de Lewis, pero estaba plagado de un miedo que no supo reconocer. Estaba confundido.

ㅡ No... ㅡ Era un desastre, no estaba modulando absolutamente ningún pensamiento coherente, estaba frío. ㅡ No tengo nada...

ㅡ ¿A qué te-

ㅡ Max he estado lidiando con muchas cosas. ㅡ Un poco de tristeza provino de esas últimas palabras, no estaba seguro de seguir. ㅡ ¿Disfrutas ésto?.

Otro suspiro llegó a la boca de Max, pero está vez fue de sorpresa. Sus ojos se ensancharon y sus cejas subieron, incrédulo de lo que sus oídos estaban escuchando. Algo siniestro detrás de esa pregunta arrebató su aliento.

ㅡ No deberías preguntarme eso a mi. ㅡ Aclaró su garganta una vez salidas aquellas palabras. ㅡ Pregúntatelo a tí.

Lewis se quedó allí unos segundos en silencio y sin entender por completo las palabras tan claras, la ojos se Max se iban para los suyos y supo decifrar la diversión en ellos, disfrutando el conflicto, el rompimiento de su mente.

ㅡ Tú eres él que disfruta esto... ㅡ Sus ojos se entrecerraron, su mirada acusatoria era suficiente para hacerle saber al contrario de su poco entendimiento.

ㅡ Incorrecto. ㅡ Corrigió sin más. ㅡ Tú decides dejarme y estar aquí contigo, tú decides cuando sacarme, tú eres el que se rompe por pensar en lo que soy capaz de hacerte.

ㅡ Max.

ㅡ Dime Lewis. ㅡ La sonrisa instalada en su rostro era diabólica a los ojos del hombre mayor, una sintonía de todos sus sentimientos negativos estaban allí, en esa característica tan normal de él. ㅡ ¿Por qué sigues aquí?.

Los brazos del neerlandés lo acorralaron en el poco espacio que les quedaba dentro de ese lugar tan remoto del Paddock. Max sintió el aroma de un perfume desconocido por sus fosas nasales, pero la accesibilidad lo fue un problema ya que él cuello de Lewis estaba a su disposición. Disfrutó del aroma, del perfume caro y la escencia tan deseable para él.

ㅡ Déjame ir. ㅡ Ese leve reclamó saco unas risas algo ruidosas a Max, pero eso aturdió lo suficiente al moreno para ignorar que él espacio entre ellos se cerraba cada vez más.

ㅡ Entonces, ¿yo te estoy reteniendo?. ㅡ La falsa indignación en la voz del rubio no pudo ser más exagerada, pero también contenía un poco de confusión al escuchar esas pocas palabras salir de la boca temblorosa del contrario.

ㅡ Dices que no lo haces, pero me persigues. ㅡ Él cuerpo de Max se movió solo para observar con atención y más detalle el rostro de Lewis, sus brazos todavía apoyados en esa pared rasposa dejaban ver a sus ojos al contrario como alguien más pequeño, débil, inofensivo.

Una de sus piernas se introdujo en medio de las de Lewis, separándolas y asustando al moreno, quién soltó un grito de sorpresa ante la acción ya dicha. Al instante, Max tapó su boca con una de sus manos, evitando que Lewis suelte más gritos y quejas, que para él, empezaban a sonar excitantes y lo que menos quería en ese momento era tener una erección por las súplicas de Lewis.

Ya lo haría después, eran imágenes frescas para su memoria.

ㅡ Me gusta perseguirte. ㅡ Susurró sin más, a pocos centímetros del rostro del moreno. Los ojos abiertos de Lewis delataban miedo. ㅡ Es tu problema si decides aceptarme, como lo estás haciendo ahora.

Las pobres quejas del moreno eran calladas por la mano todavía posicionada en su boca, impidiéndole el habla. La pierna de Max parecía tentarse a moverse para cometer algo innombrable, pero se arrepintió al sentir una puntada en su corazón, al ver tanta desesperación en el contrario. Pero al mismo tiempo, las dos manos del moreno fueron aprisionadas por la otra mano libre de Max, evitando que se moviera demasiado ya que eso terminaría en ser algo peligroso para su cordura.

ㅡ Haz silencio. ㅡ Mencionó con algo de cansancio él rubio, los ojos gélidos una vez lo penetraban solo para mirarlo con dureza. Ambos mantuvieron la mirada por unos segundos, antes de que la expresión de Max cambiará a una más relajada. ㅡ Eres muy ruidoso, ¿lo sabes?. Empieza a comportarte o tendré que castigarte.

Lewis soltó un ruido de indignación a lo que Max solo se quedó en sitio sin expresar mucho, queriendo evitar burlarse de su elección de palabras. Era un asqueroso, lo sabía, pero pensó por un momento que quedarse allí por mucho tiempo más era una sentencia de muerte para él. Corrían peligro y seguramente Jos ya lo estaba buscando como loco de costumbre, no estaba de humor para soportar algunos golpes y futuros hematomas.

Sus manos empezaron a aflojar su agarré y se arrepintió un poco por la fuerza ejercida, a medida se sus manos se quitaron revelaron las marcas de sus dedos, incrustadas en esa piel tan sensible y bien cuidada. Hizo lo mismo con la mano en la boca de Lewis y su pierna, entonces dejó respirar por fin al moreno, quién no protesto en ningún momento después de aquellas palabras tan cuestionables.

Se hizo una brecha de silencio entre los dos, quizás incómodo para él moreno pero no para Max. Estaba acostumbrado a ser un hombre tan directo qué dejó a Lewis sin palabras en la boca, ningún reclamo salió de sus labios ante la confesión tan extraña, también estaba pensando en todas las palabras anteriores de Max, pero ya tendría otro momento para procesar todo que acababa de pasar allí.

Casi fue una guerra mental para Lewis tratar de luchar para no quitar la mirada del rostro del rubio, supo que su respiración agitada era una humillante señal de toda la vergüenza y caos que estaba sintiendo ahora mismo. Pero era gracioso en parte, porqué Max solo se paró allí, admirando su obra de arte más personal. Un bien preciado para él.

ㅡ Deberíamos vernos en tu habitación de hotel algún día.

Esas palabras sueltas de Max fueron las últimas en salir de sus labios animadamente, antes de salir de ese lugar tan rocoso y alejado del Paddock. Dejando a Lewis con la sangre helada y un montón de dudas que responder.

Max solo pensó en que todavía tenía pendiente cobrar su pequeña venganza planeada desde la presentación de Las Vegas.

(...)

esta soy yo después de escribir doce capitulos narrando las desgracias de las vidas de estos dos y viendo que ya es hora de agregar más drama en este cap, conflictos sentimentales y roces entre estos dos

esta soy yo después de escribir doce capitulos narrando las desgracias de las vidas de estos dos y viendo que ya es hora de agregar más drama en este cap, conflictos sentimentales y roces entre estos dos

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Difusos pensamientos (Lewis Hamilton & Max Verstappen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora