Capítulo 1

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...

— ¡Oh, por Dios tía! ¿Que fue eso? —Preguntó alarmado Alan a Victoria.

Al parecer a un loco se le había dado por correr a esas horas de la noche por una calle sola, casi lo atropellan, a penas llegaban y no querían tener ningún problema con la policía, no aún.

Revisaron la calle, pero no había nada, por lo que siguieron su camino a casa.

— No te preocupes, logramos esquivarlo, no pasa nada, ya casi llegamos así que váyanse alistando. — Dijo la mayor mirando a su sobrino y a su hija por el retrovisor del auto.

— Está bien. — respondió y luego guió su vista hacia la ventana—. Allison, ¿Crees que esta vez sí consiga, al menos un amigo? — Preguntó a su prima con un puchero.

La nombrada lo miró por unos segundos y luego sonrió.

— Estoy segura de que si, eres alguien muy agradable, y si los demás no se dan de cuenta entonces son unos idiotas. —dijo la pelinegra agrandando aún más su sonrisa.

— Allison, ese lenguaje. —reprochó Victoria riendo.

Entre risas llegaron a su nueva casa y empezaron a desempacar lo necesario para unos pocos días, había mucho tiempo para desempacar lo demás.

— Descansen familia. — gritó Alan desde su habitación mientras acomodaba su manta hasta el cuello.

Y así, cayó rendido a los brazos de Morfeo a las tres de la mañana, quizás la ansiedad que le producía conocer nuevas personas le había dificultado su sueño.

...

Cuando llegaron a la preparatoria, se sentaron en un banco a fuera esperando a alguien que los guiaría a su salón.

— Oh, ¿Alan, podrías calmarte un poco?, estás temblando demasiado, y creo que mi brazo ya debe de estar muy rojo. — Dijo Allison con voz suave tratando de calmar a el rubio, este se dio cuenta, de que efectivamente, estaba apretando demasiado el brazo de su prima.

Vamos, no pueden culparlo, a cualquier persona podría pasarle, estaba muy nervioso, iba a conocer a un montón de adolescentes con quienes pasaría lo que quedaba de preparatoria, era demasiado abrumador para el.

— ¿Acaso tú no estás nerviosa? — Preguntó ya más calmado, soltando el brazo de la pelinegra, tratando de regular su respiración.

— Solo un poco, pero no me gusta demostrarlo demasiado, siento que me haría ver débil... — su conversación se vió interrumpida por el timbre de su celular— Alan, dame un minuto. — contestó la insistente llamada—. Mamá, tres llamadas en mi primer día es exagerado... Todo menos una pluma, ¡Por Dios!, olvide mi pluma— Rió mientras Alan le ofrecía su bolígrafo, ella solo le dijo que esperara un momento agradeciéndole— Si mamá, te amo.

— ¿Mi tía?

— Si, preguntando si había llevado todo, ya sabes cómo es.

— Ya veo. — esta vez le dió el bolígrafo a Allison— ten, lo necesitas más que yo, me da pereza escribir. — dijo rápidamente lo último al ver como La pelinegra tenía intenciones de regresarlo.

— Eres el primo más terco que he conocido. —su risa resonó burlona.

— Soy el único primo que tienes. —Dijo con obviedad rodando los ojos.

Sueltan más carcajadas mientras bromean de cosas cotidianas.

— Disculpen por hacerlos esperar. —Un hombre alto interrumpió sus risas, entonces se pusieron de pie rápidamente y empezaron a seguirlo a dentro de la preparatoria— Díganme, ¿Decían que no crecieron en San Francisco?

Teen Wolf: T1 [Derek Hale] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora