❝...𝘼𝙇𝙀𝙅𝘼𝙏𝙀 | Mikey/Senju/Chifuyu

CAP O36 "Manos manchadas de sangre"

Desde que fue el 2do secuestro de Aiko Akashi tanto Mikey como Sanzu no la dejaron descansar ya que la tuvieron entrenando día y noche.

-Sigues siendo una débil.- Mencionó, Haruchiyo mientras miraba a Aiko con desprecio quien había caído agotada de rodillas por qué se había enfrentado a vários hombres derribando a todos pero por poco no lo hacía.

-Los derroté ¿Que quieres que hagas?- Dijo ella viéndolo ahora mejor al pelirosa quien se llevó una pastilla a su boca.

-Necesitas mas y mas entrenamiento con lo que hiciste hoy solo me demuestra que cada día eres más y más inutil.- Menciono el pelirosa.

-Sanzu...- Aiko se levantó débilmente mientras se acercaba a el y tomaba su brazo que le dolía, estaba rengeando se acercó a el mientras el mencionado solo se quedó allí algo nervioso, la rubia subió su vista chocandola con la del.- ¿Por qué me odias? ¿Que te hice?- Dijo finalmente ella buscando una respuesta, de parte de Takeomi, Kokonoi, Mochi, Kakucho y los hermanos Haitani quienes eran los ejecutivos importantes había obtenido respeto y alguno que otro halago por sus habilidades en pelea pero para Sanzu todo lo que ella había está mal.

-Ni te acerques a mi y hablame con respeto maldita mosca.- Mencionó esto el chico ya que se le había salido lo de "mosca" pues solia utilizarlo con Senju pero la mirada de Aiko era similar a la de ella y por esa razón la había usado, empujó a Aiko quien cayó de espaldas totalmente agotada.

-Ya es suficiente.- Menciono Rindou y acercó a Aiko quien estaba en el suelo desmayada por la sobreexigencia que había sufrido su cuerpo.

-No aguanta nada.- Haruchiyo bastante extrañado por todo lo que había pasado solo decidió irse sin prestar atención.

-Mira como te dejaron...- Rindou levanto a Aiko en sus brazos, cuando estaba por llevarla a su habitación ella se abrazo a su cuello.- ¿Cansada?

-Bastante... Quiero dormir nada mas...- Menciono Aiko y Rindou simplemente sonrió para llevarla a su cuarto, la verdad era que realmente ella estaba cansada.

Con el paso de los días Aiko se hizo más y más fuerte.

-¿Hoy no estaré con Reiko?- Pregunto la rubia mientras estaba con Ran y Rindou en el auto en camino a un estacionamiento bastante alejado pues los Haitani estaban buscando a un traidor.

-Hoy nos vas a acompañar como funciona el negocio, órdenes de Mikey.- Dijo Rindou Haitani mientras en su mano tenía una pistola colocándole las balas y se la entrego a Aiko.

-¿Voy a matarlos yo?- Pregunto la rubia algo intrigada cuando tuvo la pistola en sus manos.

-Realmente mataremos al traidor nosotros pero por si las moscas debes estar armada solo por esta vez.- Ran se metió por una zona bastante poco concurrida que los llevó hacia un estacionamiento de un centro comercial al que no iban muchas personas.

-Ahi está esa rata.- Menciono Rindou mientras Ran había estacionado el auto en una parte oscura.

-A por ese idiota.- Ran con una sonrisa bajo del auto.-

-¿Puedo ir?- Pregunto Aiko.

-No.- Respondió Rindou cerrando la puerta mientras la rubia solo se cruzo de brazos y veía como ambos hermanos sigilosamente iban hacia aquel tipo, lo tuvieron que perseguir, no huyó muy lejos la rubia veía como comenzaron a golpearlo brutalmente Rindou le había roto ambos brazos mientras Ran solo lo seguia lastimando hasta que finalmente le disparó y se fueron corriendo hacia el auto nuevamente para escapar de allí pues podria llegar la policía.

-¿Era necesario tanto sufrimiento?- Se preguntaba Aiko en su mente mientras ahira su vista se fue hacia la pistola que tenía en sus manos aún le daba bastante miedo usar esta pero ya había matado gente.

-¿Viste como se hace esto?- Sonrió Rindou mientras se limpiaba la sangre con algunos pañuelos que tenían en el auto al igual que Ran quien se limpio rápidamente y puso en marcha el auto para escapar de la escena del crimen rápidamente.

-Encontrar a la plaga, hacerla sufrir y acabar con su miseria ¿Algo más?- Menciono Aiko y los Haitani asintieron pues la chica ya iba aprendiendo el negocio.

Aiko junto a Rindou bajaron cuando llegaron a la mansión de Bonten en lo que Ran guardaría el garaje.

Aiko se sorprendió cuando los brazos de Rindou la abrazaron, no solían tener muestras de amor seguidas por la promesa que Rindou le había hecho pero mientras solo eran pequeños toques todo estaba bien.

-¿Tanto querías hacerlo?- Sonrió ella mientras ahora acaricio el rostro de Rindou quien sonreía.

-Puede que si... Tengo que ser caballeroso con la futura señora Haitani.- Dijo con una sonrisa.

Aiko con una sonrisa en sus labios tocó con su dedo la nariz de Rindou.- Quisieras.- Se separó de el mientras entraba a la mansión e iba hacia el patio pues escuchaba ruidos desde allí.- Ni creas que llevaré tu apellido.

-¿Y llevaré el tuyo?- Rindou reia.- ¿Cuál es?

-Ah si mi apellido es Ak...

Cuando Aiko estaba por terminar de hablar quedó muda al momento en que abrió la puerta del patio y escucho un disparo y vio a Reiko, con una pistola, de los ojos de la chica caían lágrimas mientras había disparo pues Mikey la tenía amenazada, ahora Reiko también tenía las manos manchadas de sangre.

-¡REIKO!- Grito Aiko mientras veía como la pelinegra totalmente en shock cayó al suelo llorando a la vez que Mikey solo rodó sus ojos.

-Liberate mas para la próxima Reiko, si no serás una debilucha para toda tu vida.- Sin tomarle importancia camino hacia adentro de la casa en lo que Aiko corrió hacia ella y la abrazo fuertemente.

-N-no estuviste para impedir que l-lo hiciera...- Dijo Reiko llorando ella no quería matar a nadie.

Aiko no sabía que decir o hacer en aquel momento, al parecer el ir a "matar a un traidor" con ambos Haitani fue una cortina de humo para que no se metiera cuando Mikey le pidiera a Reiko matar a sus traidores.

-M-me llevaron a una misión... Discúlpame Reiko...- Aiko totalmente enojada miro hacia la ventana y vio a Rindou, al parecer tendría problemas con alguien.

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En el siguiente capítulo empieza lo más horrible denle amor para así actualizamos más rápido y lo lamento por dejarlos así tanto tiempo pero ya me recupere así que volvemos a las andadas.