♡ : CAPÍTULO I

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— Estoy en casa.

Jeongin tiró su mochila al piso antes de correr escaleras arriba hacia su habitación en donde, seguramente, estaba su madre.

Su Omega ronroneaba al oler el aroma a miel que desprendía su cachorro. En cuanto oyó un llanto, supo que Yeonjun también lo había olido.

Abrió la puerta rápidamente, siendo recibido por la brillante sonrisa de su madre.

— Hola, mi niño — la mujer besó su mejilla con ternura —. Es hora de ser un padre responsable.

Jeongin rodó los ojos con una sonrisa ante esas palabras. Su madre salió de la habitación, dándole un espacio para estar con su hijo pues estuvo unas horas sin verlo. Jeongin observó a su cachorro enternecido, el pequeño estaba moviendo sus piernitas en el aire mientras lloraba, anhelando el contacto de su papá.

Los pechos de Jeongin habían dolido toda la mañana durante sus clases. Incluso tuvo que ir al baño de la Universidad para cambiarse la blusa ajustada que llevaba por dentro de la camisa, pues esta se estaba empapando, de a poco, con leche.

Finalmente, se despojó de la parte superior de su vestimenta, se acostó de costado sobre la cama atrayendo a su pequeño hacia su pecho y sintió un alivio muy grande cuando este empezó a succionar.

Jeongin no quería imaginarse cómo serían los cinco meses que duraría su último semestre de la Universidad. Apenas era el primer día, y su Omega lloraba lastimero al no tener a su cachorrito cerca.

Su corazón se estrujó cuando los grandes ojitos lagrimosos de su hijo lo miraron, atento. El Omega peinó delicadamente con sus dedos el cabello de Yeonjun, e hizo un puchero al notar –por trillonésima vez— el parecido tan grande que tenía con su padre Alfa.

Sin notarlo, sus ojos también se cristalizaron cuando las memorias atacaron su corazón y mente.

— Estoy seguro de que papá también te amaría tanto como yo — Jeongin sonrió al ver como su cachorro no desprendía la mirada de su rostro. — Eres tan precioso como él.

1 AÑO ATRÁS

Jeongin mantenía una mano en su vientre muy asustado. Había recibido una llamada por parte de Yeji, su cuñada, apresurándolo para que vaya al hospital: Hyunjin se encontraba internado debido a un fuerte accidente que había tenido.

Con cuidado, manejó el auto que su pareja había comprado hace poco para que el Omega usará cuando él no estuviera en casa. Jeongin trató de relajar su cuerpo para poner todas sus energías en el lazo y así sentir las emociones que el Alfa le transmitía, pero eso solo lo hizo poner aún más nervioso, porque Jeongin no sentía nada.

Bruscamente, secó las lágrimas de su rostro con la manga de su abrigo. Hyunjin tenía que estar bien. Sintió las patadas fuertes de su cachorro dentro de su vientre y gruñó frustrado, no era el momento para las rabietas de su hijo: su padre se encontraba en el hospital.

Con todo el cuidado que pudo, estacionó el auto, se bajó y, con pasos rápidos, se adentró al hospital. No podía correr ya que su vientre de seis meses era pesado y, con lo torpe que eran sus piernas, seguramente, al bajar del auto, ya estaría besando el suelo.

Volvió a revisar el mensaje en donde Yeji le indicaba el piso donde se encontraba toda la familia de Hyunjin. Jeongin respiró hondo antes de enfrentarse a ellos, sabía de memoria que la única que simpatizaba con él era su cuñada y, en ese momento, no podía refugiarse en los brazos de su pareja si llegaba a ocurrir algo.

— Buenas noches — en un tono muy bajito pronunció esas palabras.

— ¿Qué hace este aquí?

Jeongin se encogió por reflejo mientras la Alfa se acercaba peligrosamente a él. El menor puso una mano protectora en su redonda panza, las pataditas de su cachorro le recordaban que no debía sentir miedo porque tenía que protegerlo. Estaba listo para gruñirle a la mujer, cuando el padre de Hyunjin se interpuso.

— Cariño, no ahora.

— Silencio, Omega. — El hombre agachó su cabeza sin decir una palabra, y Jeongin sintió pena por él.

La madre de Hyunjin siempre lo miraba con rabia en sus ojos. No lograba comprender por qué, nunca hizo algo en contra de ella, o se comportó de mala manera para que la Alfa y el Omega lo odiaran tanto.

— Madre, basta. Jeongin es el Omega de Hyunjin, es obvio que tiene que estar aquí por su Alfa — Yeji rodeó a Jeongin por los hombros de manera protectora, llevándolo lejos de allí.

Ambos se sentaron en las bancas de espera, Jeongin seguía sin tener información de su pareja, y eso empezaba a desesperarlo.

— Yeji, ¿cómo está Hyunjin?

— No sabemos. Los doctores no han salido del quirófano.

Quirófano.

Su Omega aullaba y rasgaba dentro de su pecho, haciendo que su corazón se encogiera de dolor y necesidad. La marca en su cuello picaba; esa misma mañana, Hyunjin había reabierto la herida, y Jeongin solo quería sentir su lengua sobre la piel lastimada.

— Jeongin, el lazo... ¿el lazo no te dice nada? ¿Qué sientes?

— No... — su voz se quebró. Se cubrió el rostro con sus manos, sollozando —. No siento nada, Yeji.

Dos horas pasaron para que pudiera tener noticias de Hyunjin. Dos horas en las que Jeongin lloró en silencio mientras tocaba su abultado vientre, de vez en cuando, debía susurrar palabras para su cachorro, que se notaba muy inquieto esa noche.

A pesar de eso, nadie se acercaba a preguntarle por su estado, aun sabiendo que era el Omega de Hyunjin.

— Familiares de Hwang Hyunjin.

Todos se reunieron con el médico que salía del quirófano, Jeongin, con esfuerzo, logró llegar hasta el círculo improvisado de la familia Hwang.

— La operación no salió del todo bien — Jeongin mordió muy fuerte su labio para no sollozar. — El paciente presentó dos costillas esternales rotas... Debido a una contusión, tuvimos que acudir a una operación. El problema aquí es que su familiar ha entrado en estado de coma. Lo siento mucho.

No. Mi Alfa no. No...

Todos los presentes soltaron jadeos sorpresivos, pero Jeongin ya no estaba prestando atención.

Los oídos se le habían tapado, debido a un pitido muy fuerte. Se aferró a la pared más cercana que encontró para no caerse, sintió unas manos tomar sus hombros, pero ese toque dolía, ardía, no quería otras manos que no fueran las de su Alfa.

Luego de eso, todo se tornó oscuro.

I still want you ❁ HyunInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora