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Fue en el verano de 1989 cuando Hakuji experimentó el sentimiento de anhelo por primera vez.
Porque observar el jardín de la señora Tamayo siendo nuevamente sembrado le recordaba totalmente que ese día regresaba a la escuela y serían largas horas de tortura, largas horas sin tener al cachetón a su lado haciéndole preguntas sobre cualquier cosa.
Hakuji se dirigió directamente al camión escolar, haciendo un enorme berrinche para que le permitieran quedarse en casa, pero fue un fracaso total cuando Nakime lo metió al asiento a la fuerza, regañándolo y repitiéndole palabras como, "Se supone que ya eres un niño grande. Deja de ser un chillón"
"Seré un chillón hasta que yo quiera dejar de serlo" fueron las simples palabras que el pelinegro le devolvió a su madre.
Sin embargo, no supuso que sería más difícil mirar a través de la ventana y notar al pequeño Kyojuro caminar de la mano de Ruka hasta la puerta de la casa contraria. El rubio mantenía una hermosa sonrisa dibujada en su tierno rostro y en un momento desprevenido, movió su mano en señal de despedida, apretando sus labios e inflando sus característicos cachetes, dándole un aspecto realmente infantil.
"Buena suerte. Estaré esperándote cuando regreses de la escuela" fue el grito con más emociones impresas que el pelinegro alguna vez haya escuchado.
En el verano de 1989, Hakuji pidió un deseo al cielo: "Por favor, lo que más quisiera en este mundo es que el pequeño Kyojuro siempre esté esperándome. Cachetón, siempre espera por mí".
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El chofer le dirigió una mirada cansada, claramente con el sueño flotando y remarcando cada asiento del autobús escolar. Hakuji simplemente bufó en el instante que entregó su boleto de entrada y caminó por el pasillo, mirando de nuevo los rostros conocidos de sus compañeros. Los asientos ocupados, llenos de los niños ricos y mimados que solían presumir sus calificaciones durante la semana de exámenes.
Hakuji frunció el ceño en cuanto sus ojos se clavaron en aquella cabellera ceniza grisácea siendo perfectamente acomodada por el viento que entraba por la ventanilla vieja. Douma quitó su atención del libro que se encontraba leyendo en cuanto sintió una mirada pesada en su persona. No pudo evitar sonreír al ver a Hakuji mostrándole la lengua en signo de fastidio con las claras palabras "Te odio" cargadas en su boca.
El pelinegro prefirió ignorarlo y continuó su camino, topándose con Gyutaro en los últimos asientos, con esa expresión que el peliverde solía tener cuando se trataba de un nuevo descubrimiento que el pelos de escoba acababa de hacer. Gyutaro movió las cejas con burla antes de soltar una carcajada demasiado fuerte, ganándose varias quejas por parte de los otros niños. Al final solo suspiró y se movió al otro lado para que el pelinegro se sentara.
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𝟏𝟗𝟖𝟗; 𝐇𝐚𝐤𝐮𝐣𝐢 𝐱 𝐊𝐲𝐨𝐣𝐮𝐫𝐨
FanfictionHakuji adoraba sembrar rosas todos los días en el jardín de su casa. Kyojuro era un pequeño niño cachetón que intentaba revivir el jardín muerto del patio de la casa de su abuelita imitando todas las acciones del pelinegro. La primera rosa sembrada...