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Fue en el otoño de 1989 cuando Hakuji le preparó pastelillos a Kyojuro por primera vez.
Vivió una tortura completa al dejar que su madre se burlara de él en su cara por comportarse como un bebé tierno que no sabía cómo revolver el chocolate con la leche. Fue una vergüenza total quedar empapado de harina en toda la cara, fue un dolor interminable el que le quedó en las manos segundos después de sacar los panecillos del horno de la estufa. Bien tenía razón Rui en que tuviera cuidado y utilizara unos guantes de cocina.
La señora Tamayo fue más colaboradora en ayudarlo a decorar con merengue de sabor vainilla la orilla de los pastelillos y Hakuji no pudo evitar poner mucho empeño especialmente en el que estaba preparado únicamente para el rubio, colocando un "Cachetón" con una carita feliz al lado de su singular sobrenombre.
A pesar de que no fue una maravillosa sorpresa, a pesar de que sintió que todo su esfuerzo había sido en vano por las carcajadas que Nakime le regalaba de broma... los ojos llorosos del cachetón fueron lo que verdaderamente le importaron en ese instante.
En el otoño de 1989 Hakuji pidió un deseo al cielo: "Por favor, ya no quiero que Kyojuro vuelva a llorar, no me gusta verlo llorar".
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Nunca en su vida se había sentido tan molesto, hasta aquella mañana que descubrió lo difícil que era convencer a su mamá de que le ayudase a comprar algunos ingredientes para preparar pastelillos de chocolate. La noche anterior Kyojuro le comentó que jamás había probado uno, y Hakuji se sorprendió tanto hasta el grado de prometerle que aprendería a prepararlos para regalarle al cachetón y a su familia todos los que llegara a cocinar.
Justo en ese instante se lamentaba por abrir la boca y soltar tantas palabras antes de pensarlo un poco más.
Siguió a Nakime por toda la casa, repitiendo y pidiéndole una y mil veces que lo llevara al centro comercial, el dinero lamentablemente lo consiguió después de romper el cerdito que guardaba debajo de su cama, incluso Rui soltó un silbido al ver tantas monedas por primera vez. Además de que le había cooperado el poco dinero que juntaba con el pensamiento de algún día visitar el parque temático que cada navidad se instalaba en ese pueblo.
Al principio fue duro y tentador ponerle una mirada suplicante a su madre, pero su orgullo definitivamente podía más. Ni en sus más profundos sueños cedería ante el chantaje que Nakime le estaba imponiendo: "Te llevaré a comprar los ingredientes, a cambio de que laves todos los calcetines apestosos de tu papá"
¡Que buen chiste!
Así que mejor decidió pedirle ayuda a la señora Tamayo, que casualmente pasaba frente al jardín de su casa cargando unas cajas de cartón que a simple vista parecían pesadas. Hakuji aprovechó la excusa perfecta de ayudarla con tal de que lo acompañara al centro comercial. La viejita apenas si podía caminar y ver al mismo tiempo el suelo para no pisar alguna piedrita que la hiciera tropezar.
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𝟏𝟗𝟖𝟗; 𝐇𝐚𝐤𝐮𝐣𝐢 𝐱 𝐊𝐲𝐨𝐣𝐮𝐫𝐨
FanfictionHakuji adoraba sembrar rosas todos los días en el jardín de su casa. Kyojuro era un pequeño niño cachetón que intentaba revivir el jardín muerto del patio de la casa de su abuelita imitando todas las acciones del pelinegro. La primera rosa sembrada...