10. El ascensor

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Hoy

-Extrañé esto más de lo que admitiré jamás- dije sobre sus labios, desesperada.

-También yo- contestó de la misma manera.

Ya en el borde de la cama, me deshice de su camisa y de la mía. Empezó a besar mi cuello y me tiré para atrás, cayendo en el colchón.

Me sentía tan viva, así me hacía sentir Dylan: viva y cómoda. A él le encantaba ser espontáneo y apasionado con todo lo que hacía y me inspiraba a hacer lo mismo.

Desabroché su pantalón y metí la mano, tocándolo. Se le tensaron los músculos, lo noté porque apretó mi cintura y bajó rápidamente mi ropa interior.

-Te juro que cuando...- me interrumpió el sonido de un toque en la puerta de mi departamento.

Dylan se sobresaltó y dejé de tocarlo, deseando que quien sea que estuviera ahí, muriera muy lenta y dolorosamente.

Más toques en la puerta. Revoleé los ojos, ya enojada y empujé un poco a mi amigo para que se moviera. Cayó a mi lado y yo me levanté, poniéndome la ropa interior y su camisa, que me cubría por arriba de las rodillas.

Caminé hasta la puerta y la abrí. Me enojé aún más cuando vi quien era.

-Te voy a dar siete segundos de ventaja para que corras- solté.

-¿Eh?

-¿Qué quieres?

-¿Podemos hablar o...- me miró bien, notando la camisa- estás ocupada?

-Muy ocupada- asentí y él hizo lo mismo.

-Porque...

-¡Jace, quiero seguir teniendo sexo contigo!- grité- Solo deja de sobrepensar las cosas, ¿puedes?- agregué.

Se sorprendió un poco por mi actitud, pero necesitaba que entendiera.

Como si no fuera peor, Dylan apareció detrás de mí sin camisa, mirándolo de arriba a abajo.

-Así que... este es el famoso Jace- habló con seriedad- Interesante.

Jace se puso incómodo, lo noté y también con una molestia extraña. Yo, por mi parte, solo quería desaparecer, esto nunca me había pasado, que los chicos se cruzaran.

El ascensor del piso se abrió, dejándonos ver alguien que se bajaba: Sabrina, mi mejor amiga, con la que tengo que aún hablar muy seriamente, mierda.

La rubia vio la situación en la que me encontraba y asintió.

-Puedo volver despues- dijo, antes de meterse al ascensor otra vez.

-Puedes unirte, si quieres- escuché a Dylan mirando al castaño con un tono de broma, pero honestamente, ese es su tono usual, por lo tanto, no sé si está bromeando.

-¡Ok, no, basta!- exclamé aturdida.

-Oh, vamos, no me digas que no te gustaría hacer un trío, amiga- me contestó codeándome.

-¿Amiga?- preguntó Jace.

-¿Eso es lo que te quedó de la oración?- preguntó Dylan, soltando una risa.

-Está bien, a ver...- cerré los ojos, ordenando la situación- Jace... te llamo luego, ¿ok? Lo prometo- le dije directamente y asintió- Y tu métete adentro, vamos- lo empujé a mi amigo dentro del departamento y cerré la puerta- ¿Te volviste loco?- pregunté enojada.

-¿Por qué?- se encogió de hombros con inocencia. Lo miré mal- ¿No quieres hacer nada?

-¡Por supuesto que si, ridículo!- grité aún con tono molesto- Vamos a ir a la habitacion y nos vamos a dar duro, ¿entendido?- seguí de la misma manera.

-Lo que tu digas.

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