Nonsense Stories 🤪

18. Camino al cielo

1 de octubre de 2023

Tener sexo con Joshua, era tener sexo con una nube. Sé que suena loco y ridículo, pero es la verdad. Con él, no siento ni fuerza, ni desesperación. Siento deseo, deseo puro, y eso, se va deshaciendo de una manera lenta, melódica e increíblemente placentera, por decir lo menos.

Él se ve tan tímido e inocente, pero en la cama, es un verdadero Dios. Me dice cosas al oído en susurros, me acaricia, me cuida y pide permiso para todo. Es lo más sexy del mundo para mí.

A veces, viene con la guitarra para tocar algo antes o después. Si lo hace antes, no lo puedo explicar, pero el sexo es aún mejor.

Estaba encima de mí, con las manos entrelazadas con las mías a cada lado de mi cabeza. Yo solo gemía ante tanto placer, había definitivamente algo divino dentro de este chico, no puede ser.

Se detuvo y me miró muy agitado.

-¿Ya estás...?- asentí, una electricidad se había esparcido por mi cuerpo. Un rayo entre las nubes, fue espectacular.

Lo agarré del cuello, antes de que saliera de mí o pensara en separarse de mi cuerpo. Empecé a besarlo y acaricié sus rulos, esos rulos merecen una novela entera, hablo en serio.

-Josh...- dije en sus labios. Sacó un sonido, nada más, indicándome que siguiera hablando. Basta de ser sexy, ya terminamos- ¿Te quedas?- solté sin pensar.

Se separó de mí y me miró muy sorprendido. Yo, no lo estaba tanto para decir verdad.

Ok, he estado ocultando un... secretito, es así: cuando la cosa es demasiado buena, cuando el sexo ese día era por encima de todo lo que hubiera creído sobre el placer, me agarraban estos "ataques de noviazgo", le decía yo. Necesitaba que se quedaran conmigo, que me abracen, que me besen, que estén ahí al otro día cuando despierto y, si queremos, empezar el día como terminamos el anterior.

No es la primera vez que me pasa, pero hace mucho no me ocurría. Ross, por ejemplo, se ha quedado... más veces de las que me gustaría admitir. Dylan, a veces simplemente le digo que esté porque si, y con Jace, me ha pasado una vez, pero se emocionó tanto que intenté controlarme.

-¿En serio?- sonrió y asentí.

-Por favor- volví a besarlo con más intensidad- ¿Quieres?

-Quiero.