9. Cara a cara

13 2 0
                                    

30 de junio de 2022

Dylan no paraba, y no quería que lo hiciera bajo ninguna circunstancia. Me estaba costando acabar porque yo no quería, necesitaba que ese momento durara para siempre.

Aumentó la intensidad de las embestidas. No, no está llegando él primero. La cama se movía varios centímetros para adelante y atrás, me encantaba que pasara eso.

Acabó. No, mierda. Lo noté por su expresión y su gruñido, siempre hacía lo mismo.

-Un poco más Dyl, vamos- pedí.

Me miró directo a los ojos, respirando agitado y mordió su labio inferior. Ay, por el amor de Dios, lo va a hacer. Me derretí con tan solo pensarlo.

Me hizo "la cosa", así lo bautizamos. "La cosa", es justamente, algo que hace que mi cuerpo se llene de placer en tan solo segundos. No sé exactamente que es, pero hace mover mis caderas, mientras entra en mi despacio, pero firme y... ay, Dios, juro que llega a un punto dentro de mí, que nadie llega.

Acabé yo también y él se acostó a mi lado. Creo que empezó a hablar, pero no lo escuché.

El placer se desvaneció y el dolor empezó a surgir. No dolor físico, ni nada, no tenía que ver con lo que acababa de pasar. Sentía un dolor en el corazón increíblemente grande, todos mis problemas volvieron a mi mente.

Hay algo muy curioso del sexo o masturbarse: te olvidas de todo lo que te pasa. Por eso, también se usa para liberar estrés.

Empecé a llorar sin darme cuenta, sollocé y Dylan me abrazó fuerte atrayéndome hacia él.

-¿Qué pasa?- murmuró y me dió un suave beso en la cabeza.

-Me cuesta estar aquí sola, me cuesta ser un adulto- confesé, avergonzada conmigo misma.

-No estás sola- aseguró y tomó mi mentón, para hacer que lo mirarla- Yo estoy aquí y siempre voy a estar aquí- me secó las lágrimas de la cara con su pulgar.

-Vamos de nuevo- dije, queriéndome subir a él.

-No- negó y me abrazó más fuerte, impidiendo que me moviera. Empezó a acariciarme por todos lados- Deja de reprimirte sentir- siguió- Acéptalo, llora, rompe cosas. No me importa. Negar que te pasa algo, no hará que esto se vaya.

-Huir es mi especialidad- bromeé, pero era cierto. Solté una risa entre las lágrimas que ya se habían calmado un poco.

-No tiene que ser así por siempre.

-¿Por qué lastimo a las personas?

-Porque te lastimas a ti misma- contestó rápido, como si lo hubiera tenido en la punta de la lengua.

Tenía razón, mucha razón. Tener a un mejor amigo que sea más grande que yo, tenía estos beneficios. Él, ya experimentó estas cosas, sabe como lidiar con ellas. Es la única persona, a la que realmente le tomo los consejos.

-Quédate aquí esta noche- lo abracé yo, cerrando los ojos.

-Siempre, Lola. Siempre.

Nonsense Stories 🤪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora