Nonsense Stories 🤪

11. La escalera

16 de febrero de 2019

Suspiré mirando mi vaso de plástico casi vacío. Vodka con limón, no estaba tan bueno como creía y la fiesta tampoco. Estaba apoyada en una mesa llena de bebidas afuera de la casa, escuchando la música que ya no la sentía fuerte, gente metiéndose en la piscina, etc.

-¡Hola, aquí estás!- ví a Madison, viniendo hacia mí con una sonrisa y le devolví el gesto.

-Feliz cumpleaños- le dije, dejando el vaso en la mesa y acercándome para abrazarla- No te he visto en toda la noche.

-Lo sé- se separó un poco- Lo siento, y también lamento que no hayas podido traer a nadie, sé que no conoces a mis amigos- siguió.

-Usualmente, sé socializar bien, pero... no sé- me encogí de hombros.

-¿No te encontraste con esta chica que te dije?- preguntó.

-¿Sabrina?- pregunté.

-Si, sé que se llevarían muy bien.

-No la he visto, no- respondí.

Madison se ha vuelto mi amiga hace pocos meses, me mudé al departamento debajo de ella. Nos hemos cruzado varias veces en el ascensor y la conversación fluía con facilidad.

Un amigo le prestó la casa para su cumpleaños y me invitó, diciendo que podría presentarme a amigas de ella. No he hecho más que tomar alcohol sola y apostar quien podría coger esta noche con solo mirar.

-Vuelvo enseguida, ¿si?- me dijo- Diviértete, y cualquier cosa, llámame y nos encontramos- asentí con una sonrisa y se alejó de mí.

Volví a suspirar, cambiando la expresión, mirando a mi alrededor. Ví a un chico rubio extremadamente atractivo, apoyado en la pared de la casa, como yo estaba hace unos minutos con el vaso.

¿Cómo no me di cuenta antes que estaba ahí, por Dios?

Caminé hasta él sin pensarlo demasiado. Era aún más atractivo, conforme me acercaba. Ese pelo rubio brillante y no muy corto ni largo, esa nariz, esos ojos, esos labios...

-Hola- saludé y sonreí.

El chico levantó la cabeza, miró para ambos lados y volvio a mí.

-Hola- me devolvió el gesto. Ay, por Dios, soy tuya.

-Soy Lola, amiga de Madison- me presenté.

-Jace- no había nombre más acorde a su físico, honestamente- También amigo de Madison.

-Vi que estabas igual que yo, así que... pensé en hacerte compañía- seguí- No te he visto en toda la noche.

-Seguramente si, perdí a mis amigos de hecho- explicó.

-Créeme, si te hubiera visto antes, ya hubiéramos tenido esta conversación- solté y levantó las cejas.

Ok, la primera vez, que un chico no actúa confundido ante mi coqueteo.

🤪🤪🤪

Sabía besar, por el amor de Dios, sabía besar.

Dar un beso no es solo mover los labios, es donde están las manos y que haces con ellas, como manejas la lengua, a que velocidad lo haces, que tocar, cuando.

Y Jace, estaba haciendo todas esas cosas a la perfección. Sentía en el estómago un cosquilleo y la piel de gallina con el tacto de sus manos en la piel de mi cintura, a causa del top que tenía. Yo acariciaba ese bonito pelo rubio que tenía.

Estábamos en el pasillo del piso de arriba, no había gente y yo solo me quedé contra la pared, dejando que él haga lo que quiera. Le daría todo, de verdad.

Empecé a escuchar un teléfono y Jace se separó de mí varios centímetros. Sentía los labios ardiendo, no sé cuanto estuvimos besándonos.

Sacó el celular de su bolsillo y cortó rápidamente, para volver a besarme. Ni siquiera miró quien era, por Dios, que sexy.

Segundos después, volvió a sonar y volvió a separarse, suspirando con cansancio.

-Contesta- le dije, soltando una risa.

Me quedé contra la pared apretando los labios, como si lo sintiera ahí aún.

-Hola, ¿qué pasa?- estaba molesto y me dió risa que odiara a la persona que haya interrumpido- ¿Qué? Ok, ok, ya voy- cortó y me miró decepcionado- Me tengo que ir, ahora. Mi amigo tomó mucho de más- explicó.

-Ah... está bien- contesté, algo decepcionada por tener que parar.

Fue hasta la escalera.

-Espero verte luego- corrió hasta abajo.

Me quedé ahí parada de nuevo, como una estúpida. Porque ninguno de los dos, fue lo suficientemente inteligente, para pedirle el número de teléfono al otro.