¡Bonjour!
¡Buena lectura!
Sin ganas de terminar con el beso, pero con dificultad pada respirar tuvieron que separarse.
Las respiración de ambos se tornó agitada, Inés incapaz de mirarlo se volteó llevándose los dedos hasta sus labios. Estaban hinchados ante lo voraz del beso que acababan de compartir.
Su cuerpo se estremeció al recordar caricias del pasado proveídas por el hombre que se encontraba a sus espaldas.
¿Por qué no había podido olvidarlo?
Cerró los ojos y apretó los puños, decidida a mentir nuevamente, a llenarlo de palabras hirientes para alejarlo de una vez por todos.
Sin embargo, al voltearse y encontrar nuevamente los ojos llenos de ilusiones de aquel hombre que la había dado tanto... su corazón se encogió como una esponja.
El hombre fue hasta la puerta, poniendo el seguro.
Luego extendió los brazos invitándola a fundirse en ellos. Inés se mordió los labios, en su cabeza sabía que no era la solución, pero su corazón le ordenó que se lanzara a los brazos del doctor, ya habría tiempo para arrepentimientos.
Fue corriendo hasta él, lo abrazó con fuerza mientras este la llenaba de besos.
- Mi mujer altanera -susurró a su oído- me recuerdas a esa mujer con la mirada altiva que entró a mi consultorio años atrás -tomó el rostro de su amada entre sus manos- es como si el tiempo se hubiera detenido, como si por fin al volverte a ver recuperara eso que me fue arrebatado.
Inés lo escuchaba atenta, mientras sollozaba. Comprendía cada una de las palabras del hombre ya que al igual que él, ella sufrió un infierno lejos de él.
- Los días eran horribles, pero las noches... noches eran peor que una pesadilla -continuó Victoriano- era una agónica tortura en en la que me preguntaba. ¿Quién me ha robado el mes de abril?
Inés casi respondió, estuvo a unos segundos de revelar lo que había pasado con Bernarda, tuvo toda la intención de revelarle a Victoriano quién era en verdad su madre.
Pero no hubo tiempo, Victoriano la besó nuevamente y esta vez la levantó en brazos llevándola hasta la cama.
Inés sabía lo que pasaría y no tenía la mínima intención de poner resistencia.
Esta vez no hizo falta apagar las luces, no sintió la necesidad de ocultar su cuerpo desnudo y lleno de defectos ante esos ojos que la miraban y admiraban como si de la obra de arte más hermosa jamás pintada se tratase.
Sonriendo, Inés ayudó a Victoriano a dejarse de sus vestimentas, quedando completamente quieta cuando este la fue desvistiendo a ella con suma delicadeza.
El hombre quedó impactado al notar que Inés se había operado colocándose implantes mamarios. Orgullosa, ella guió las manos de Victoriano hasta sus senos para que los palpase.
Esto aumentó la excitación en el pobre doctor, que solo alcanzó a abalanzarse sobre Inés.
Mientras besaba y acariciaba sus senos, se acomodó sobre ella, continuó besando el cuello femenino para luego volver a centrase en sus senos.
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¿QUIÉN ME HA ROBADO EL MES DE ABRIL?
RomanceEsta historia la había publicado ya por el 2018 más o menos, solo que bajo el nombre de: "Una mirada que fue mentira" y la verdad que la idea de lo que iba escribiendo me encantaba, hasta que no tengo idea del porqué lo convertí en algo totalmente d...